Con ánimo taciturno
Corté los escollos del camino
Pero tú venías con botas de siete leguas
Haciéndome creer
Entre la realidad y el delirio
Hasta que descubrí
La distancia abismal
Todos repetidos en horas imprecisas
Cuando tanto necesitaba salvarme
Recuerdo que cantaste tus victorias
A la vez que te exhibías soberbiamente inmaculado
Hoy te veo cruzar prodigo y galante
Exigiendo un legado
A la vez que olvidas
Donde quedé postrada
Se te olvidó también el derroche de impiedades
Con misión de verdugo
En el más siniestro sacrilegio
Cuando todo pudo haber sido diferente
Sin teatros
Y sin crear leyendas
Por eso aunque hoy me veas
Con la mirada estéril
Aún me queda una clave que concuerde
En este diapasón de decepciones