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Monday, August 04, 2008

REALIDAD CUBANA

La violencia en Cuba.
Por: Lic. Adela Soto Álvarez
Escritora y Periodista cubana exiliada en Miami


La violencia es un problema social y evoluciona al igual que la sociedad de forma histórica, por lo que pudiéramos decir que es uno de los problemas más serios que existe en la humanidad, y al que debemos brindarle el mayor interés en erradicarlo, o por lo menos aliviar este flagelo que va lentamente destruyendo los valores éticos y estéticos de los hombres.

En toda sociedad existe mayor o menor grado de violencia, pero es totalmente inaceptable, por lo que quienes son victimas de estos actos, lamentablemente quedan muy afectados y las secuelas en todos los casos son incurables.

No existe violencia menor, ni mayor porque todas dañan la dignidad, la integridad, la psicología de los que la sufren y también daña a los que la ejecutan. Por tales razones no podemos aceptar tal anomalía como si nada ocurriera.

¿Que engendra la violencia?... la misma violencia, la que esta implícita en toda sociedad a causa de los cambios, económicos, políticos y sociales que en la misma se van produciendo.

Por ejemplo una sociedad cerrada como Cuba es propensa al incremento de la violencia aunque los diarios oficialistas cubanos afirmen que en la isla es menor que en otros países de América Latina,

Es conocido por todo el Mundo que el país caribeño frisa cifras alarmantes en esta indisciplina social, lo que ocurre es qué las evidencias son solapadas por los medios informativos dirigidos por el DOR, Departamento de Orientación Revolucionaria del Comité Central, el que no permite la prensa roja, ni amarilla, y cuando no queda otra opción y los delitos llegan a los diarios, las notas explicativas se redactan dando una panorámica preventiva, con el objetivo de ocultar a la población la gravedad del mismo.

Silenciar las estadísticas delictivas y ocultar estos hechos no ayuda a la sociedad.,al contrario anima a la violencia, pues quienes cometen los actos y no son detectados, se envalentonan y continúan sus propósitos , además de ofender la vista de los receptores y la dignidad de las victimas

Cuando la población no conoce de estos hechos a través del noticiero gubernamental, y se entera por el comentario popular, comienzan a restarle importancia a la violencia porque, como lo trascendental sale por la televisión y el periódico, pudiera deducirse que se trata de un acto menos grave, que no merece la pena condenarlo y sacar del mismo las enseñanzas de la realidad.

Lo cierto es que a pesar del silencio informativo, muchos son los casos de asesinato, hurtos, robos, asaltos, broncas, suicidios, pandillas organizadas y crímenes pasionales los que se han convertido en el pan diario de la sociedad cubana, y ni las altas condenas que impone el Código Penal vigente en la isla detienen esta realidad que se oculta con el objetivo de dar una imagen de un país donde no pasa nada, por ser un Estado Socialista.

Las indisciplinas sociales, la violencia doméstica, callejera, el desorden, las ilegalidades, el robo a mano armada, el vandalismo, y otras acciones graves se han incrementado al extremo que la población comenta el miedo que sienten al salir a la calle.

Y esto se debe al deterioro moralista y cívico de la sociedad, y las necesidades materiales de las personas menos favorecidas, a causa de la tan desfavorable situación que presenta la economía cubana.

La desesperanza del hombre, la impotencia, la represión y la falta de libertades, ha comprimido el espíritu del cubano introduciéndolo en una válvula de escape llamada marginalismo, y apatía, la que se refleja en el incremento de la violencia social, por lo que sin excepción de edades y sexo, arremeten contra cualquier medio que les proporcione provechos para enfrentar la crisis que los ahoga.

Otra de las formas que esta aumentando la violencia callejera en Cuba, es la adicción de la mayoría de los jóvenes a la drogadicción, con el objetivo de escapar de la realidad que los golpea, y sin darse cuenta se van convirtiendo en asaltantes y agresores potenciales capaces de embestir sin conocimiento aparente, ni entender razones, y con una fuerza e insensibilidad increíble con golpes sobrehumanos sobre cualquier prójimo.

Otra manifestación de la violencia cotidiana son los ataques cen la vía pública para robar, para la violación sexual, y el atraco.

En los últimos días se conoció de un gran número de asaltos a los autos panataxis, utilizados para el transporte de turistas, o personas con tenencia de moneda convertible, pues estos servicios se cobran solamente en divisas, y la delincuencia carente de esta moneda ve esta modalidad como una de las tantas maneras de obtener el capital necesario para enfrentar su economía.

También han arremetido las agresiones contra los boteros que lo hacen en las dos monedas circulantes en la isla, y transitan en diferentes barriadas tanto marginales como residenciales. En estos actos delictivos, no solamente asaltan al chofer, sino que lo golpean hasta matarlo, por lo que se han reportado heridos graves, y varios muertos.

Otro de los actos de violencia que crece vertiginosamente es el vandalismo perpetrado contra los ómnibus públicos, las paradas de estos autobús, contenedores de basura, tiendas de divisas, viviendas privadas, asaltos a extranjeros, y nacionales, asaltos sexuales, ahorcamiento, pasionales, y dramáticos,

Muchos cubanos aseguran que hay que estar armado hasta los dientes para poder botear o circular por las calles cubanas en los horarios nocturnos, y como no les dejan portar armas, porque es un delito penado por la ley, tienen que armarse de un machete, cuchillo viejo, o un palo que no les sirve de mucho, pero les ayuda a investir al asaltante.

Otro de los actos de violencias cotidianos que esta afectando seriamente a los 11,2 millones de habitantes, atribulados, perseguidos, y reprimidos hasta la saciedad, por la economía, la política y la violencia, es el crecimiento sostenido de la agresión verbal, entre jóvenes de ambos sexos, los que sin pudor, ni respeto, arremeten contra cualquier persona con un lenguaje ordinario , lo mismo en una reyerta, que frente a una vivienda, taquilla de cine, tienda de compra, teatro, ómnibus ,que en la vía pública y por el menor motivo.

Por otro lado tenemos la violencia aparentemente soterrada que sufren los ciudadanos cubanos, por supuesto los comunes, con el maltrato que reciben por parte de los empleados, de cafeterías, centros comerciales, astronómicos o de servicio, incluyendo empleados de instituciones públicas y políticas, que hieren la sensibilidad de cualquier ser humano con dignidad, solamente con el silencio, o la forma imperativa de dar las respuestas.

En Cuba la “cultura de la confrontación”, el lenguaje ofensivo, las malas palabras dichas o sugeridas, la actitud siempre ofensiva y siempre agresiva contra enemigos y diversos, pulula en casi toda la población, incluyendo la femenina, y contra ella.

La violencia intrafamiliar esta tomando la delantera en casi todas las familias cubanas.. La mujer aparentemente liberada en 1959, la que se afirmó por el aparato gobernante, ya no sufriría nunca más de discriminación ni racial ni social, en los últimos tiempos, se encuentra dentro de una creciente gama de maltratos, físicos, verbales, psicológicos, y sociales.

Muchos hombres golpean a sus esposas hasta derribarlas, las hieren, las violan, las someten a caprichos, y a humillaciones, y aunque existen grupos encargados para defender estos casos, cuando se realizan las denuncias pertinentes, todo se convierte en puro burocratismo y siguen las palizas y los atropellos, los que muchas veces han provocado la muerte.

Otro de los actos de violencia infrahumana es el que se comete por parte de la cúpula gobernante contra la oposición pacifica, y los presos políticos y comunes, aboliendo totalmente la carta Universal de los Derechos Humanos, incluso condenando a quienes la porten o hagan valer.

En todos los centros penitenciarios cubanos se utiliza la fuerza para someter a los reclusos. Estos militares uniformados y no uniformados, custodios, o reeducadores son especializados en artes marciales, y utilizan sus conocimientos contra los prisioneros, hambrientos, desvalidos y sin las mismas condiciones para compensar un enfrentamiento.

Esos hechos son una vergüenza y reflejan una seria descomposición de la sociedad y subrayan la atención que tiene que darse, desde la familia para lograr un trato equitativo en las sociedades futuras.

Usemos los métodos y los medios de la educación, de la participación ciudadana, de la persuasión, la personalización consciente y la socialización gradual y voluntaria. Porque cada cubano la necesita urgentemente.

Con estos actos de violencia generalizada en aumento esta en juego la vida de muchos hombres. Por lo que es necesario desterrar de nuestro medio la palabra confrontación, y educarse para un mundo mejor, con libertad, democracia …y como hermanos.