Todo mi
desenfreno
Hizo blanco
en tus prejuicios
Y de
nada vale estar en pleno siglo XXI
Para que
te despojes del amianto
Que encadena
tu mente
Tú tan
libre pensador
Pragmático
en concepciones
No eres
capaz de entender que lo que guarda
El corazón
La mente
no puede reprimirlo
Es cierto
que para el amor
Se necesita
de dos
En pura
confidencia
Un sueño
prendido a la solapa
Y un
latido perfecto
Hoy no
me pesa el estallido emocional
Ni el
abrazo repentino
Tampoco
los besos robados
En un
arranque tierno y felino
Pero si
me pesa tú perpetuo silencio
En pecado mayor
Si no existen razones
Para tanto despego
Ni siquiera
llegué a tocar tu espíritu
Con mis
limosnas
A destiempo