Una hora más
Con ganas de perderme mar adentro
Nadie me entiende
Todos cruzan intocables
Derramando su soez
Mientras mis sentimientos
Se paralizan
Sin tener a quién llamar
A quién gritarle esta reprensión espiritual
Estos deseos inmensos de dejar de ser
Muchos años acumulando la intemperie
Llenando los barriles de futuro
En un afán inmenso por construir la perfección
Pobre de esta loca mujer
Que no advirtió la aridez del terreno
Y sembró a manos llenas
Espinas y ramos de trepadora
Había dejado de llover
Solamente caían piedras y palabrotas
Creció la hierba mala
Entre arpones lanzados por que sí
La burla abofeteando el parpadeo de
la suerte
La calle hecha una taberna corpórea
Hundiéndose en la perdición
Otros maldiciendo a amigos y enemigos
Engendrando la rabia
Y después la apatía perpetúa
De todas formas quién soy
Una bastarda de la vida
Sin tesoros ni herencias
Tan sólo conduzco mis propios pies
Famélicos de acaparar ciudades
Donde no falte la luz
Si un abrazo pecho adentro
Y así continuo entre cifras de
sacarosa
Y golpes en el esternón
Habito un cajón facilitado
Con olor a tierra prestada
Mis anhelos
Fueron todos a la depresión
Los libros los carcomen las polillas
A todo diente
Los más cuidados
Se olvidan sin compasión
En un desván amarillento
Escoltados por ácaros
Que pasan su tiempo
En Releerle mis cuitas a los duendes
Otros perdidos entre virus y
despreocupación
De todas formas a nadie le importaron
Que fueran mis horas de insomnio
Mis amores frustrados
Mis disparates pasionales
Ahora todos emociones muertas
Como muerto siento el corazón
Aunque a veces me parezca que late
Con un latido sórdido
Que se impulsa y vuelve a decaer