No es la turbulencia de los años
Ni la sangre a todo fuego
Mucho menos el deseo infinito
De cualquier mano tibia
Que resbale
No es
El beso que no me has dado
Ni tu constante desprecio
Cada vez que cuentas mis desastres
Epidérmicos
O vez mí tiempo ajado
Sin esa brillantes
Que te profesan
A lo lejos
Es algo más divino
A pesar del tumulto
De blasfemias
Y los disparos humillantes
A contra luz
Es una fuerza superior
Que me antecede
Y crece bajo siete candados
De inseguridad y prejuicios
Es el amor de novelita rosa
Que llega a invadir mis orgasmos
Más sutiles
Precisamente a esta hora
En que los peces comienzan a morirse
Es fuerza descomunal
Ceguera cómplice
De mis noches de hastío
Es tu olor a hierba y grana
Con arranques salvajes
Aumentando
La forma de crecerme
Pecho a dentro
Ser impoluto
Y a la vez mezquino
Que una tarde de octubre
Llegó para quedarse.