Raptaron la
ciudad
Al son del
colmillo y el cuerno
Cortaron astas
Impusieron hábitos
alcaicos
E irrespetuosos
Todo es un sonar
de grilletes
Y cananas
hambrientas
Menos postrarse
ante la santísima
Echaron sus alhajas
al mar
Se apoderaron de
rejas coloniales
Amasan huesos
Actúan de bufón
sin carpa propia
Los cortesanos
se apoderan de las ruecas
Saben que es el único
camino
Ante que salgan
a la luz tantos infieles
No pueden contar
con las saetas, ni las peinas
De la hilandera
El mago no debe
conocer de su infancia
Su historia perdió
las puntas
Ahora
Mastica costillas
de colibrí
Y escupe
esmeraldas sin perfilar
Solamente queda
un pozo
De aguas
amarillas y rojas
Y una que otra
salpica
Incolora y
mustia
Se escuchan
tambores
Rompiendo tímpanos
Y pechos
Va dejando el
aroma de su rastro
Entre los
pedazos de su túnica
Muchos dicen que
exhibe dientes de hada
Para confundir a
las sirenas
Y se le oye
bramar mitad mujer
Mitad tigre
Nadie puede
imaginar que tenga el pudor
De dañar y luego
meterse llena de paz
En los rasgos de
la noche
No quisiera
dudar
Ni aceptar que
en su cabello
Termina el viaje
y el blandeo
Los pobres e
inmaduros
La esperan llenas
de claveles en la boca
Sin adivinar que
trae cascos
Y veneno de
culebra inoculado.