Muy pronto se ahuyentará la luz
Que hoy reina en mis recintos
Un manto negro y frio
Me anunciara implacable
Que terminó mi plazo
Y no me queda tiempo
Para seguir plasmando ideas en mis libros
Y las noches de entrega
De loca poesía
Serán en mi cerebro
La epopeya que me obsequio el destino
No podré ver tus ojos
Atados a los míos
Ni tu incitante boca estrenando para mí
Una nueva sonrisa
No podré mirarme al espejo
Y descubrir las huellas que va dejando el tiempo
Tampoco podré ver el inmutable rostro
Que fundirá la lástima
Ni las rosas ilesas que crecen en el mundo
Ni la mascara del malvado
Ni la codicia del rico
Ni podré reconciliarme con el dolor aliado
Seré como una sombra que cabalga en silencio
Llevando entre sus ruinas remiendos y pesquisas
Y así serenamente
Escucharé
El sonido más alto de la lluvia
Sin poder apreciar si es de día o de noche
Si alguien ha llegado
O simplemente existo.