Soy esa mortal
que vive la historia sin leyes
Sin importarle que
germine una catástrofe
Lo importante es
el deleite de tu amor
Cada vez que te atreves
A habitar el reino de mis piernas.
Soy esa mortal virgen y demonio
Expulsada del paraíso terrenal
Solamente por devorar
la manzana de tu centro
La que trata de destruir
el puente de los istmos
Para adentrarse en el
candor de tu ternura
La mortal que perdió la perfección
Por encontrar en tu piel
el lugar imperecedero
Quien transforma
tus defectos de Don Juan
Rindiéndose sin temor
Bajo tus plantas
Esa mujer
Unas veces diosa y otras Dulcinea
Que cabalga trasnochada por tu sexo
Porque no quiere otro destino
Que tu boca
Ni otra salvación
Que tus brazos preñados
de tentación y fuego