Ahí esta
Profundo
Imposible de evitar
Rasgando la pequeña luz
El aletear de vida
Los zumbidos macizos
E incoloros y Persistente
En medio de la nada
El miocardio sujeto al esqueleto
El bumerán a puro ruego
Calcinado y sombrío
En la antípoda de sí mismo
Mas allá el puerto
Los peces
Los mares confundidos
El salitre aterrando a los muertos
El humo pálido
El cinturón atado al pergamino
Sin querer circular
Y sin importarle que la tierra estalle
Ni estalle el estómago de los sin nombre
Solamente la Kaaba a la deriva
Archivando
El estupor y sus quejidos
Mientras el cielo
Nos empapa con sus nubes
Rojinegras
Tatuándonos con el horror
Al vaivén de los azogues