Cada vez que miro al espejo
Descubro la enorme oscuridad que me dejaste
El dolor haciendo travesuras
Destruyendo lo puro a contrapecho
El tiempo en su constante estadía
Me lleva de la mano sin cansancio
La ausencia de las cosas más queridas
Me turba la mirada y me aprisiona
Si supieras del eterno paradigma
Anidando los azogues de mi alma
Mi afán de continuar
Y la realidad poniendo zancadillas
A veces pienso, otras solamente me imagino
Mutante y descolorida
Llena de deseos putrefactos
Mis cactus y mis rosas todas secas
Y el amor como cruz sobre los hombros
Disimiles recuerdos se amontonan
Cuando siento este cielo
Caer sobre mi rostro
Y mi vida convertida en un centavo.
Sin saber en qué momento encontrará
La puerta.