Toda la carga
Sobre señales ácidas y sombrías
La risa en vendaval
Sin pensar en los pedazos
Que caen
Ni cuánto hubiera dado
Porque el festín de cuervos
No fuera tan preciso
Pero la vida cruza
Y nada pude contra la alta marea
Se afanaron los dardos
Llegó la indiferencia
Y en un cerrar de ojos
Todo nos fue impreciso
Hasta la desventura resultó flamante
Y me vi de rodillas
Suplicando unas gotas
Yo la más sublime
De todas las mortales
La mujer que nunca atizó disparates.
Bendijo la magia
Y se prendió en su signo
Como algo imprescindible
Ahora llueve y no escampa
Escampa y nunca llueve
Y me siento perdida
En una tembladera
Donde no existe escape
Ni siquiera una braza
Para encender la hoguera
Como algo imprescindible
Ahora llueve y no escampa
Escampa y nunca llueve
Y me siento perdida
En una tembladera
Donde no existe escape
Ni siquiera una braza
Para encender la hoguera