Como de vez
en cuando
Duele menos
Dejo de
buscarte
En aquellos
lugares donde es asidua
Tú presencia
A pesar de
tus alabanzas pueblerinas
Y el
inconstante ego
Solamente te
encuentro, lleno de vanidad
En los seguros
sitios que certifican tu ausencia.
Esa ausencia
que se empeña en demolerme
A pesar del
orgullo y la dignidad
De los
certeros golpes a la razón
Y sigues
metido ahí
De forma alterada,
y a la vez curiosa
Sin dejar de
habitarme
Entonces soy
la traducción contraria del mito:
Un cuerpo
que siente y necesita volar libre y sonoro
Por eso
persiste
En hacerte
analizar lo que no entiendes
En que
concibas la fuerza telúrica
Y los
despliegues de ternura
Inéditos.
Otras veces me importa muy poco
Que insistas
en continuar de flor en flor
Buscando el
aroma que jamás encontraras
En otro lado
Me abandonan
los deseos de encontrarte.
Y me juro no escudriñar
Dejarte
perdido en tu marasmo de locura
E
inestabilidad
O tal vez
pánico
Conformándome
con escribirte
En mi
subconsciente
O en estos
versos
Ridículos y
sombríos
Que van
apoderándose de mi musa
Herida
Hasta la
quinta vértebra.