Qué más da
Si no hubo
revancha
A tanto
disparate
Mi piel se
expuso
Con pureza y
desprovista
De todo
análisis
Aturdiendo
tu galantería
Sacando la
insensibilidad del monje
Y de repente
el adiós interminable
Lleno de
olvidos y humillaciones
Sin embargo
Nunca tuve
presente tu esfera ventral
Tu terquedad
incurable
La aptitud
de monigote
Que adorna
tu supuesta hidalguía
Ante
aquellos que consideras
Buen bocado
para la delación
Introduciéndote
ante tecnócratas
De mala
monta
Los que al primer descuido te dan la espalda
Cuan amarga
es la embestidura que llevas
Como te satisface
matar al siervo herido
Para darle
vida a la serpiente de turno
Si con ello
logras
Una oda a las
ventajas