Devuélveme
Las ganas
De reír
De ser feliz a toda hora
Estoy en La otra orilla
Sigilosa
Y sin fuerzas
Grito sin parar
Pero no escuchas
Sigues puliendo el carbón
Para volverlo mármol
Sin darte cuenta
Que el tiempo
No perdona
Que somos su devenir
Porque nuestras
Sonatas son menores
Y nos ven mediocres
Porque no saben de ciprés
Ni siquiera
El destino de su lluvia