Las aspas del
molino
Están muele que
muelen
Saben
Que lo que llevo
dentro
Aflora a todo
tiempo
Es imposible
quitarle esa fidelidad
Montes y mares
surgen como la salvación
Los ojos casi
ciegos
Buscan la
potestad del sol
La luz al final
del tubo
Todo es lento
Desbordante
Pensamientos al
relieve
Amaestrando la
voluntad
Qué más quisiera
yo
Que hincar mis
rodillas eternamente
De todas formas
todo es evidencia
Hasta el viento
a estas horas
Se ha vuelto
errante
Incapaz de
acariciar este dolor
Me siento en
total desamparo
Con una cruel
tormenta que pule y barniza
Mis
catastróficos pensamientos
Donde la suplica
Se ha convertido
en colores indecisos
Y blasfemo y
vuelvo a blasfemar
De vivos y muertos
Metiéndome de a
lleno en un crepúsculo
Aventando con
palabras casi obscenas
Lo puro y lo
impuro
Si alguien
pudiera aliviarme
Sanar mi
espíritu de adentro hacia fuera
Darme la fe que
viene y va
Sin detenerse
Ese alguien no
existe
Me dejaron a la
deriva sin timonel ni velas
Ni siquiera una
soga para anclarme
De vez en cuando
me revuelan gratitudes
Y creo que aun
tengo alma y recuerdos sanos
Me siento
criatura libre
Capaz
Invulnerable
ante las brujas y los paganos
De pronto los
ojos se me ponen sepia
El corazón late
a velocidades espantosas
Y comienza a
crecer una ferocidad
Increible
Roza mi
subconsciente
Llega al
consciente
Pero no salta
afuera
Y regresa como
espolón calcáreo
A destruir
sueño, tranquilidad, paciencia
Me siento sola
Otras conmigo
Por eso sé que
todo está despierto
Soy mi propia
cárcel
Nunca debió
nacer
Esta manía de
entrega sin recompensa
Amar abierta y
sin fronteras
Dadivosa con el
perdón a los culpables
A veces penetro
mi interior
Me cuento las
vísceras
Repaso las
entrañas desde la cuna
Hasta la vejez
Y siempre
aparecen unos ojos pueblerinos
Suplicándome
reflexión
Los miro y no se
a que cuerpo pertenecen
Hasta que
descubro
Que
son mis ojos
En un rostro que
no me pertenece.