No
logro entender
Este
afán de reptil
Nuevamente
clamando una limosna
Sin
importarme
Mi
nombre en la palestra
Mi
esbeltez interior
Y
la gran corona de afecto
Que
nunca se separa
Por
qué la pesadumbre
Sirviendo
de diana
Persiguiendo
a diestra y siniestra
El
ojo del ciclope
Su
corazón destartalado
El
cruce desacorde de las mariposas
Y
los grillos
En
un jardín lleno de pastizales
Donde
el sol nunca llega
A
veces no sé si aún respiro
O
solamente baja y sube el diafragma
Al
son de las torturas
Con
tantas flores abiertas a mi paso
Mi
ánimo se espanta
Se
me arruinan los ojos
Y
releo y releo la misma inquisición
La
quema en la bastilla
Los
leones con sus fauces hambrientas
¿Qué
sucedió con mi quinto sueño
Mis
piernas abiertas a la mar
La
llovizna
Tus
manos entrelazadas
Al
son de los susurros?
Por
qué me acuesto en América
Y
me despierto en Roma
Repleta
de una pasión desplegada
Que
al abrir las cuencas
Se
convierte en polvillo fino
Y
se escapa lentamente
Como
el agua entre los dedos.