Tal vez estoy al final de la partida
Se escuchan viejas profecías
Entre un tumulto de espíritus en coma
Me agazapo al final del laberinto
Cubro mis oídos del fúnebre lamento
Descubro que me queda un ojo
Cicatrices y mucha remembranza
Sin otra opción
Me acuno entre mis brazos
Halo la soga
Preparo la señal
Me pego a la rendija
Por donde aún penetra
Un rayito tenue que respira
Veo muchas personas
Halando la cobija
Otros con las rodillas en plena vía
Implorándole perdón a los ausentes
Olvidaron la hora del martirio
Las noches lamiendo botas
Relinchándole al indefenso
Enturbiando con sus cejas fijas
La hermandad de las raíces bíblicas
Te busco en el umbral del disparate
Entre los escombros y trúhanes
Y te escucho entre un ronco discurso
Aplaudido por ningún transeúnte
¿A dónde fue a parar tu erguida compostura
La burla y la memoria?
El agua ha comenzado
A penetrar las hendiduras
Aborda el frio.
Sin té caliente
Ni otras golosinas
Los noticieros se disparan
Con gran algarabía
Suena la trompeta, el clavicordio
Hasta las sirenas se desbocan aturdidas
Todo es un torrente de relámpagos
Quizás estoy al final de la partida
¿Espero la entrada del túnel
La luz al final?
Observo desconfiada
El tronar de esculapios
Una orden mayor
Y gotas penetrando
Por la único filón
Que me queda con vida.