Nada es preciso
Aunque
nos afanemos
Por creernos iguales
Las cosas enrarecen
Como empujón magnético
Se desfasan los nervios
Invisibles e incoloros
Crece la masa amorfa
Aumenta sus latidos
Nadie escucha el aletear
Ni si los ojos están cristalizados
O aún nos quedan ojos
Todo es un escenario
De bulín
Lacerando los conductos
Y recodos
Nos abren
Nos transfieren
Y allí tras las paredes
Sin escapatoria ni salvoconducto
Quedan los sentidos bamboleándose
Nadie comprende la metamorfosis
Ni la velocidad que nos lleva
Cuando dejamos de ser útiles
Y llegan los insomnios a blasfemar
La almohada
Las voces de los torpes
Convertidas en monstruosas latitudes
Van rompiendo el tímpano de gratis
Sin
percatarse
Que ya todo pasó
Que ni quirófanos ni Botox
Ni los inventos de la especie humana
Ni siquiera la vara mágica
Junto al gurú y los hipnotizadores
Nos pueden devolver la lozanía
En esta época de centauros metalizados
Solo se mira afuera
Valores y detalles van pasando de moda
Solo nos obsequian
Un traspié de larga muerte
Aparecen las sombras
Con sus perfiles bestiales
Alabando las palabras siniestras
Que entorpecen
El deseo más puro
Amenazas. Menos precios
La falta de equilibrio espiritual
Mancillando sin pudor
Esa parte que tanto protegiste
A pesar de las veleidades del espejismo
Y los encantamientos anímicos
Me revuelco en mi misma
Hasta la sordidez
Me trago los desprecios
En mi más fuerte impulso
Y miro el caos en que se convierten
Aquellos que como tú
Un día surgieron de la nada
Germinaron
Y hoy están a punto de extinguirse.