Salto
el buitre
Inesperadamente
Se
llenaron los rencores
La
sed de venganza
Y
hasta mutilaron los canarios
Todo
lanzado al mar
Sin
atreverse a mirar los destrozos
Ni
si detrás del casco
Se
oculta un brillante generoso
Que
te llevara hasta la eternidad
No
hubo pausa
Ni
agradecimientos
La
sonrisa se convirtió en martillo
La
lengua vigorosa
Y
suelta
Hizo
astillas la parte más profunda
Hasta
las esquirlas de la seducción
Fueron
manjar del viento
Yo
que te imaginaba llegado del oriente
Con
manos de querubín
No
eras más que un demonio presuntuoso
Bufón que se subasta
Por miseros centavos