Me canse de los forasteros
Con la máscara instalada
A toda hora
De los supuestamente sanguíneos
Enseñando la ponzoña
O clavándola
Paso lista al montón de disparates
Incluyendo aquellos
Que cometí sin salvoconducto
Por un minuto de estadía
Yo la mujer sin bridas
La que cabalgaba por los años
Aferrada a un escorpión
De mala monta
Tan solo porque me sonreía
En los momentos más convulsos
Otras veces blindada hasta el tuétano
Enfrentando la perdición
Los recuerdos insípidos y
deliberantes
Sin detenerme a pensar
Por eso me llegó el desencanto
Hasta los pulmones
Y el corazón se abalanzó
Cansado de golpes rufianes
Y heridas hasta la medula
Ahora que me queda
Seis décadas de perdición
Seis títulos
Alcanzados en la Soborna
de Paris
Preparados para el fuego
Un terrible ateísmo
En constante sube y baja
Algunos libros publicados
Otros almacenados para la posteridad
De todas formas sé que voy a
despedirme
De los espejismos del desierto
A utilizar las alas
Y el único ojo
Para llegar a la otra orilla
Donde tal vez encuentre un lugar
Más solemne donde poner los pies