En espléndido embate
Descubro los fantasmas más fortuitos
Recuerdos a quema ropa
Puñales a flor de piel
Insistiendo
Derrumbe la pasividad
Y me convierta en un pedazo
De sal muera
Aferrada a mi quinta vertebra
Corpórea Y repelente
En eterno combate con el resto
De mis afiebrados tintineos
Sé que perdí el Paraíso
Con mi delirante increencia
Aunque Jehová
Escudriñe mi corazón todos los días
Y mis rodillas vivan postradas
Llenas de rasguños y golpetazos
Pero aun así
En espera de su benevolencia
Amo a mi semejante por encima
De cualquier opinión fortuita
No creo en casualidades
Ni en el amor de lejos
Desde que abro mí solo ojo
Amo la intensidad de las palabras
La mano extendida sin empujes
La sonrisa franca
Y el corazón sin bridas
¿Qué más pudiera pedir
Una mujer del siglo XXI?
A la tercera edad
Y enferma de romanticismo.
