Claramente soy más que un demonio
Tarareando por las calles
Con doble rostro
Y sensibilidad pagana
Mis triunfos y mis medallas
Almacenadas en los recintos
Más auténticos
De una prole de mendigos literarios
Mientras el porvenir se hincha
Y despedaza la autoridad que nunca
tuve
Pobre de los incautos,
lisonjeros y
bufones
Entregando al hermano
Por baratijas
Y puestos fortuitos
En almacenes de moda