Nadie me advirtió
Yyo no quise ver
El aluvión de ingratitudes
Ni el dolor a campo travieso
Tampoco supe
Salvaguardar las emociones
Y Las deje posesionarse
Lanzar sus gritos alienados
Ante los golpes de indiferencia
Creía era para mi
Aquella nube de vientos faustos
Azotándome el afecto
Pero me equivoque
Vagaba dislocada
Pisando escalones turbulentos
Arrastrada por espejismos
Y luces lóbregas
Por eso ahora me veo
Con el ánimo hecho girones
Trenzando la mentira a la realidad
Creyéndome culpable
De no calmar las olas agresivas
Ni el manto de verdades
Lanzadas a boca de jarro
¿Qué me espera a esta hora
En que murciélagos y lechuzas
Zumban esta nueva catástrofe?
En qué lugar de mi interior
Guardo esta nueva derrota
Si vivo sin escuderos
Ni catafalcos
Solamente la línea huidiza
De mi inmadurez en plena ancianidad
Encaprichada en sus toques a degüello