Al final terminé
Dueña de la nada
A veces sin pensarlo
Otras por esa necesidad
De abrigo
Que se apodera
Me gustaba sentarme frente al mar
Escribir en la arena
Y al final
Terminamos en una casa
De paredes escuálidas
Sin fuego, ni lumbre
Repleta de cosas que no nos
Pertenecen
Tratamos de encontrar algo divino
Me aferré a tus ojos
Impávidos
Silentes
Tenías el corazón
Lleno de desordenes
La piel fría con rasgos trémulos
Y cobardes
Creíamos que revolcándonos
Sin besos
Llegaría el amor
Más de pronto
Nos fuimos dando cuenta
Que éramos dos cuerpos
Aferrados
A un tren que nunca pasa