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Monday, June 23, 2008

ARTICULOS


Pueblos Cautivos


“Una masacre espiritual que late en el corazón de la justicia”.



“Entre los innumerables ataques que comenzó a profesar, estuvo en primer orden el de controlar a los supuestos desafectos. Para ello la emprendió con diferentes formas represivas, entre ellas la de crear los pueblos cautivos, con la finalidad de mantener bajo estrito control y lejos de sus provincias de origen a los miles de campesinos colaboradores del movimiento armado guerrillero y opositor que surgió en los años 1960 en la montañosa zona del Escambray


Por: Lic Adela Soto Álvarez
Periodista y escritora cubana.


En Cuba no solamente están cautivos los hombres y mujeres que sin libertad andan por las calles llenos de pavor y miedo. O aquellos que son condenados a una fría celda sin condiciones, donde los sumen al maltrato físico y psicológico por cualquier delito que hayan cometido, o simplemente porque disientan de los ideales del amo.

La historia de esta represión organizada es espeluznante y real, y está marcada en los corazones del pueblo defensor de los derechos como una llaga incurable, por lo que es necesario recordarla y narrarla a las nuevas generaciones y aquellos que tuvieron la suerte de no verse enredados en sus tentáculos.

Hacer mención a cada hecho seria lo ideal, pero en este caso voy a referirme a uno de los actos más bárbaros que ha cometido la dictadura cubana en contra de la libertad del hombre y que no ha sido otro que la creación de “Los Pueblos Cautivos”

Por lo que comenzaré por un breve recuento de lo acontecido en la isla aprisiona a partir de que el régimen comunista tomó el poder en 1959, dándose a la tarea de sumir al pueblo en una eterna cárcel.

Entre los innumerables ataques que comenzó a profesar, estuvo en primer orden el de controlar a los supuestos desafectos. Los que solamente por disentir fueron confinados a estos sombríos parajes obligados a vivir y morir".

Para ello la emprendió con diferentes formas represivas, entre ellas la de crear " los pueblos cautivos" con la finalidad de mantener bajo estrito control y lejos de sus provincias de origen a los miles de campesinos colaboradores del movimiento armado guerrillero y opositor que surgió en los años 1960 en la montañosa zona del Escambray


Después de un intenso acto de espionaje arremetió contra infinidad de núcleos familiares residentes en el Escambray y en zonas aledañas. Para ello invadió cada propiedad privada, y confiscó cuanta pertenencia tenía el supuesto traidor, arremetiendo en primer lugar contra los hombres de cada vivienda, y dejando a sus familiares a la deriva, sin protección ni amparo gubernamental.

Muchas fueron las familias condenadas a este destierro forzado dentro de su propia patria, y los que fueron a parar a diferentes lugares como Briones Montoto y López Peña en el municipio pinareño de San Cristóbal. Sandino en Pinar del Río, Los Quemados Municipio de Manicaragua. Y a los demás los enviaron para un lugar llamado Miraflores, en la provincia de Camagüey.

Este destierro comenzó en 1970 y no se detuvo hasta 1985 con el traslado del último núcleo campesino que vivió en aquella región central del país.

Los viajes para proceder a este destierro ocurrieron unos tras otros hasta que no quedó ni un campesino sin ser desalojado de su lugar de origen.

Lo que no solamente demuestra la desfavorable y represiva actitud de confinamiento del régimen totalitario que dirige la isla cubana dentro de sus modalidades improcedentes, sino que en ella este bien definido su carácter arbitrario y cruel

Pero esto no le importo a ninguno de los gobernantes cubanos, su objetivo era controlar y castigar a los que valientemente tuvieron el coraje de enfrentarlos con uñas y dientes, y tomaron las armas y se introdujeron en las lomas para acabar con la dictadura que se acababa de implantar.

Comenzaron los escuadrones del ejército a citar a los implicados con los levantamientos en armas en las zonas montañosas, con el objetivo de aislarlos de por vida de la parte para ellos afecta, y no contaminar a los supuestos revolucionarios.

Todo por el terrible miedo a que continuaran organizándose y terminaran con el gobierno, por eso no se detuvo la búsqueda y captura, a través de la operación Limpieza del Escambray” acusándolos de contrarrevolucionarios, y condenándolos a muchos años de cárcel.

A los implicados en estos hechos no sólo los encarceló, sino que los desheredo de sus propiedades, al igual que hizo con los colaboradores, o presuntos colaboradores, que los desterró del lugar y envió a las construcciones y al trabajo forzado de las “Comunidades Cautivas”

Entre los citados al aislamiento se encontraban algunos ex guerrilleros que nunca fueron identificados como tales, pero eso no los exonero de culpa, y fueron conducidos como, criminales, escoltados por oficiales de la Seguridad del Estado hasta el estadio deportivo de la ciudad de Santa Clara.

Allí conglomeraron a todos los cabeza de familia, en este caso a los hombres, amenazándolos a través de un corto discurso, donde les dijeron que los iban a trasladar hacia otras provincias, porque todos eran culpables de contrarrevolución, y tenían pruebas fehacientes de que habían apoyado o participado en los levantamientos del Escambray, por lo que ninguno merecía ni el aire que respiraba.

Para humillarlos más les aseguraron que a partir de ese momento iban a ser confinados no solo de sus tierras y viviendas, sino que su condena era el sufrimiento de ellos, y todas las generaciones que estuvieran nacidas o por nacer.

Muchos pensaron que con el tiempo su situación iría mejorando y que los odios de las partes en conflicto quedarían en el pasado, pero la frase que los oficiales castristas le dijeron a todos estos hombres a la hora del destierro, en la ciudad de Santa Clara, el 15 de diciembre de 1971, no fue dicha para que se olvidara, pues fue cumplida a cabalidad, junto con la apropiación de reses, tierras, sembrados, viviendas, y artículos personales.

De inmediato, a todos estos acusados los montaron en un tren cuyos vagones habían sido convertidos en pequeñas prisiones móviles y bajo fuerte custodia militar fueron conducidos hacia su nuevo destino: los que serian “Los pueblos cautivos” y donde los esperaba la tristeza y la calamidad, entre la represión y la muerte espiritual.

Allí se convirtieron en prisioneros desterrados. Obligados a trabajar entre diez y doce horas diarias, sin condiciones de vida, mala alimentación, maltratos, castigos, golpes, falta de atención medica y sin ningún tipo de contacto familiar, pues construir sus prisiones era uno de los castigos.

Nunca se supo la cantidad de campesinos que fueron a este destierro cautivo, pero se calcula que las cifras sobrepasaban los 2500, lo que indica que las victimas de esta inmolación pudieran ascender a diez mil cubanos, si no fueron más.

Mientras estos hombres condenados a trabajaban de sol a sol y aceptar a la fuerza este traslado, el gobierno se dedicaba a la selección política de los familiares que componían el núcleo de cada uno de ellos, los que a la partida de los hombres al trabajo de construcción de las comunidades, quedaron desamparados a merced de algunos familiares y amigos que se condolieron y les dieron abrigo, pues una gran mayoría de ancianos , niños pequeños, y enfermos, después que se llevaron a los hombres al destierro, fueron expulsados de sus viviendas, sin importales la suerte de cada uno de ellos.

Se conoce que los que no encontraron cobija, tuvieron que malvivir en tinglados bajo el cielo y condenados a esta turbulencia de intolerancia gubernamental.

Pero no les bastó con esto y siguieron el rastro de cada uno de los que de una forma u otra trataba de liberarse de la opresión del recién gobierno, y seis años después de estos hechos, y de liquidarse al último foco guerrillero, el 15 de diciembre de 1971, la policía política citó nuevamente a cientos de campesinos que aun quedaban en el lugar, y que fueron acusados de haber apoyado a los grupos armados opuestos al régimen, y fueron también llevados al mismo lugar de los anteriores.

La intención del gobierno era limpiar los alrededores del lomerío central del país de elementos que en el futuro pudiesen apoyar otra acción armada contra el régimen de Fidel Castro.

Los desterrados demoraron un promedio de dos años y medio en construir las primeras viviendas de los denominados “Pueblos cautivos”, por lo que hasta 1973 no comenzaron las mudanzas de las primeras familias, el resto lo hizo en 1985.

Muchos de los obligados a esta masacre espiritual, cuando menos lo esperaban, se aparecían en sus puertas varios militares armados, y sin saludar si quiera, les decían que tenían que salir del lugar porque ya la vivienda estaba terminada y habia llegado la hora de partir al cautiverio familiar, por lo que les daban la dirección y les ordenaban irse de de forma rápida y sin protestas.

También les advertían que no tenían que llevar nada porque las viviendas estaban amuebladas, pero esto fue una de las tantas mentiras, pues muchos pudieron comprobar que los nuevos apartamentos se encontraban vacíos.

Al cabo de poco tiempo supieron todos que las viviendas que tuvieron que abandonar a la fuerza y sus tierras, fueron ocupadas por personas afectas al gobierno, y de forma gratuita y nunca les pagaron por sus propiedades ni un solo centavo. Es decir que esto constituyo a una de las tantas expropiaciones ilícitas que ha cometido el administración comunista.

La primera etapa de estos desalojos se realizó en camiones desde Güinía de Miranda hasta los llanos de Jibacoa, en el mismo Escambray. Otras familias salieron de los diferentes municipios.

Los locales donde los albergaron no tenían condiciones para juntar a personas mayores con niños, pues no habia privacidad Todo se componía de literas estrechas, de tablas, muchas sin colchonetas.

Los militares custodios del lugar le dieron leche a los pequeños y algo de comer a los adultos. Al otro día, continuaron las deportaciones en camiones similares hasta Manicaragua. De allí a un lugar llamado El Ranchón, donde las condiciones eran mucho perores.,

Al llegar a este lugar no le dieron comida a nadie, ni siquiera leche a los niños. Al oscurecer, los volvieron a subir a los camiones hasta Santa Clara.

Los bajaron en unos solares yermos cerca de la estación del ferrocarril sin consideración, a pesar de que la mayoría eran mujeres, ancianos y niños, pues la a mayor parte de los hombres desde 1971-72 estaban presos en diferentes regiones de la provincia occidental de Pinar del Río.

En esta ciudad pasaron la noche sin dormir, atacados por los mosquitos, con un intenso frío y mojado por la lluvia que para más desgracia comenzó a caer.

Al poco rato los subieron al tren, ese que años antes habia llevado a los hombres al destierro de las comunidades cautivas.

Era un tren con muchos vagones convertido en cárceles móviles diseñadas para las mujeres, niños y ancianos con el mismo rigor que para los hombres.

En los mismos iban como custodios en cada vagón ocho o nueve guardias armados hasta los dientes, ninguno podía moverse.

Los niños lloraban asustados, y por la inmensa hambre. Los viajes duraban más de 35 horas, era una tortura irresistible pero ninguno podía hacer nada.

En este tren-cárcel, iban personas para los pueblos cautivos construidos en López Peña, Briones Montoto y Sandino. "

En la medida en que llegaban al final del trayecto, la caravana dejaba los coches y continuaba su viaje hasta la próxima parada y así, hasta llegar a la última".

Algunos de los deportados a la fuerza llevaban algunas pertenencias pero ninguno la pudo llevar consigo, sino en otro lugar que nadie conocía, después supieron que las traían en un tren de carga.

Al llegar tuvieron que enfrentarse a la nueva odisea de buscar dentro de un sin numero de bultos cuales eran los de cada cual.

Cuando ya cada uno localizó el suyo, fueron al encuentro con los hombres de la familia los que llegaban en busca de las mujeres y los niños en carretas tiradas por bueyes. Todos sucios, mal comidos, delgados, y con la piel ennegrecida por el sol.

Estos hechos, así como los encuentros familiares ocurrieron hasta mediados del año 85 en que se realizó el último destierro del Escambray hasta el cautiverio.

Todos acusados de insurgentes, sospechosos de colaborar, y guerrilleros, por lo que comenzaron a sobrevivir bajo estricta represión policial y todos en pueblos con adversas condiciones de convivencia, pero si con excelentes condiciones para la vigilancia

Con el paso de los años habilitaron tres casitas como escuelas primarias. Más tarde, al darles casa a los últimos presos, convirtieron el albergue donde vivían en escuela

Los adolescentes que asistían a la secundaria básica debían dirigirse hasta el pueblo de San Cristóbal, ubicado a ocho o diez kilómetros de distancia, la mayoría de las veces a pie, por no tener transporte para trasladarse".

Así se mantuvieron por muchos anos, hasta que al final en 1978 el estado comenzó a mejor las condiciones. Por ejemplo las principales calles fueron asfaltadas, pavimentaron las aceras, habilitaron áreas verdes e inauguraron algunas tiendas de productos industriales y alimenticios.

Además crearon una sala de video, y ampliaron la posta médica entre otras cosas sociales. Todas estas supuestas mejoras fueron construidas por la mano y obra de los hombres de cada familia en cautiverio obligados a trabajar como esclavos.

La única entrada y salida de estos pueblos cautivos construidos en Cuba para los desafectos del sistema totalitario y residentes del Escambray solamente tienen una entrada y una salida, que se compone de un terraplén, que se extiendo por dos o tres kilómetros hasta la autopista.

Cuanto estamos en tiempo de lluvias se convierten en pantanos, en tiempo de seca, en polvo y suciedad.

Todas estas zonas cautivas están rodeadas de montes y sabanas y el pueblo más cercano esta ubicado a 14 o 20 kilómetros de distancia.

Otra de esta realidad cautiva y desterrada, es la vigilancia permanente. Las visitas de la policía política (DSE o G-2) son periódicas y las citaciones a sus dependencias son constantes.

Todos son vigilados todo el tiempo. Ninguno puede tener relaciones de amistad ni intercambiar nada con vecinos sin correr el riesgo de ser acusados por el cuerpo represivo .
En cada edificio hay tres o cuatro familias de confidentes. Los oficiales del DSE y los confidentes se reúnen cada semana en locales de la escuela básica para intercambiar informes y dar nuevas instrucciones.

Las vicisitudes de los desterrados no sólo están presentes en la observación, control y amenazas policíacas, sino que también se manifestaban en los aspectos económico-laboral y político.

Y como si esto fuera poco, todos los residentes de estos pueblos cautivos fueron y son actualmente sometidos a una sistemática discriminación laboral y económica.

La falta de confianza política que sobre ellos ejerce todavía en la actualidad el Estado totalitario, les limita al acceso a trabajos de mayor responsabilidad y mejor remuneración.

En estos pueblos cautivos cubanos nunca han existido alambrados ni soldados armados que limiten los movimientos, pero están encerrados en una cárcel diferente, en la cual la disciplina penitenciaria, las cercas y los guardias están programados en las percepciones, por lo que todos están y se sienten en calidad de prisioneros del régimen.

Sienten diariamente el dolor y el castigo del destierro, y son sumidos a la indigencia económica y social, así como calificados de contrarrevolucionarios, escorias, y otros epítetos más de la lengua del gobierno.

Toda esta discriminación general crece por días. Y los obligaba a integrarse, y a asistir a actos de apoyo del régimen. Y si se niegan los maltratan aun más.

Ante esta barbarie espiritual muchos de los condenados al destierro de las comunidades cautivas cubanas, deseaban y aun desean emigrar a Estados Unidos.

Algunos son aceptados, otros no, por lo que los denegados si por casualidad son estudiantes o se encuentran trabajando para sobrevivir, son sometidos a actos de repudio, y los expulsan del empleo.

Todos los residentes de los pueblos cautivos que viven y vivieron en la situación antes señalada son victimas de las más refinadas torturas psíquico-físicas que se les pueda ocurrir a mentes desequilibradas como a la que dirige arbitrariamente a la nación cubana.

Decir Pueblos Cautivos, Comunidad Cautiva, es lo mismo que decir penitenciaría, ahí se asfixian a familias completas e inocentes que por una razón u otra trataron de hacer justicia a su país, desde las lomas del Escambray.

Ahí malviven hacinados, perseguidos, y hostigados, sin más opción que la resignación que nunca les llegará, porque su valentía ya fue comprobada y por eso el inescrupuloso sistema los ha sometido a una de las pruebas más monstruosa y pérfidas, con el objetivo de someterlos por venganza a la más extrema crueldad conocida en el mundo por el miedo que tienen a que un nuevo levantamiento en armas les derribe su monarquía.

Continuará…..

Friday, June 20, 2008

NARRATIVA


AMALIA SANCHEZ



AUTOR: ADELA SOTO ALVAREZ

Este obra va dirigida a todos aquellas personas que desconocen lo que ocurre dentro de nuestro interior cuando la desesperanza nos desploma, y lo importante que es la fe para salvar el espíritu, porque con fe todo se logra. Con fe las caídas son menos fuertes y la fe nos ayuda a levantarnos de cada vacío espiritual y material a que nos condene la propia existencia…….



“Finalizaba el año en la isla esclavizada, por lo que eran tiempos difíciles y todos lo sabían, por eso fueron muchos los que después de regresar a su terruño fueron enviados a ese lugar tan sombrío donde el hombre pierde no sólo la lucidez sino hasta la vida.


Unos con la misión cumplida, otros sin cumplir, pero todos con el mismo diagnóstico, y falta de identidad. Y aunque el día era cálido, y las nubes jugueteaban sobre el azul del cielo, muchas corazas comenzaron a caer bajo la interna lluvia”. ….

El rustico y bien diseñado edificio de construcción medieval, asomaba entre las altas montañas, las que juguetonamente se veían escoltadas por el pintoresco paisaje donde un sin número de palmas reales, y coposos árboles le daban el toque perfecto a aquel lugar tocado por la madre natura.


A primera vista parecía un palacio gótico donde siempre existe una princesa encantada o cautiva de los maleficios de una bruja y que como es natural algún príncipe hechizado por su imposible amor sale en su rescate, enfrentando como el Quijote hasta los molinos de viento.


Por desgracia en este palacio no era una princesa la que habitaba tras aquellas paredes expuestas al viento, sino infinidad de princesas convertidas en residuo humano, al igual que príncipes valientes cautivos y a punto de extinguirse. Todos expuestos a la inclemencia de los más aberrantes y tormentosos momentos.


Nadie deseaba llegar, pero el que lo hacía, no tenía otra opción que permanecer recluido por un buen tiempo. Y si mejoraba podía salir de alta o pase, y si no entonces serviría de conejillo de la india para duchos en materia científica y divulgadores de logros a costilla de los humanos.


Amalia la joven muchacha provinciana fue una de las que llegó custodiada por varios enfermeros.


Alguien dijo que venia de la Selva completamente loca. Pero la realidad era que la habían vuelto loca los acosos sexuales de su jefe, y las catástrofes del hombre en tierra ajena.


Lo cierto era que estaba allí, la heroína de tantas batallas, sin saber si era día o noche y con un silencio atroz, que le castigaba ferozmente la garganta, pero aun se le podía reconocer a pesar de las quemaduras de su piel y su desvencijada apariencia.


Por tales razones y teniendo en cuenta su padecimiento silente, decidieron los facultativos proporcionarle posibilidades de recuperación, llevándola sin preámbulos a una de las habitaciones destinadas a los enfermos mentales.


El pequeño cubículo a donde fue conducida estaba fuera de todo bullicio. Parecía alzarse solemne en aquel lugar tan sombrío, mientras el arrullo de la suave brisa abanicaba gentilmente la coposa vegetación, que amurallaba implacable el posible progreso, a pesar de las blancas paredes adornadas con enormes ventanales donde el contraste de los vitrales con el sol daba un toque de sortilegio formidable.


Todo parecía un encanto del amplio inmueble, que cubierto de hermosos cuadros contemporáneos, realzaban el uso de pinceles creativos, predominando los colores azules, y grises, sobre esqueletos y pájaros cantores.


Parecía un sueño recorrer con la mirada aquellas expresiones atractivas y desafiantes a la vez. Todas de un inigualable toque surrealista, que no dejaba de emocionar los ojos estupefactos de Amalia, la tierna y debilucha muchacha, que no dejaba de preguntarse para sí… quién sería el autor de aquellos dibujos que le desgarraban el corazón con solo mirarlos.


Tal vez alguien tan complicado como ella, pero la rubrica sobre el lienzo resultaba tan ilegible que sus irritados y grandes ojos verdes no podían descifrarla.


De todas formas no tenía otra elección que continuar caminando con sus interrogantes en el más esquemático silencio y en busca aunque fuera de un poquito de tranquilidad para su guerra interna, porque la paz para ella era otra cosa.


Al fondo y muy cerca de uno de los ventanales sobre un sillón muy deteriorado por el uso de quién sabe cuántas penas. Lucia la hermana mayor, la que siempre acudía, la que nunca tuvo negativas a la hora de ayudar al desvalido, leía absorta la obra clásica de Alejandro Dumas, mientras Amalia continuaba sin pronuncias palabras.


-¡Es mi lectura preferida!- Se le escuchaba murmurar, aunque muchos pensaban que lo hacía para reafirmarse la existencia de los amigos, la lealtad y la justicia, tan escasa en tiempos de desastre.


Por eso a cada momento miraba a la hermana y sonriente le comentaba algo sobre la hermandad de los Mosqueteros, pero Amalia nada respondía.


Desde que llegó al hospital se mantuvo en un profundo mutismo, por lo que el médico aconsejó, la dejaran así hasta que ella misma decidiera salir de su impenetrable mundo.


Una muchacha delgada y pequeña con los cabellos anudados a la nuca y sobre estos una simple cofia, tan blanca como su vestido, le daba cierto aire de pureza y confianza a los constantes movimientos que realizaba dentro de la habitación.


Después con voz de ángel de la guarda y sin dejar de sonreírle le preguntaba cómo se sentía y verificaba de forma cautelosa todo lo que sucedía a su alrededor.


A Amalia se le antojó una espía enviada quién sabe de que tambaleo ideológico. Con su cara de mojigata nunca pudo confundirla, porque la época de las confusiones para ella había pasado.- Se decía para sí y la miraba todo el tiempo con ojos desconfiados, pero sin hacer comentarios, porque de lo qué sí estaba segura era, de qué se la habían encomendado muy especialmente.


A ella nunca le habían gustado los privilegios, pero en esos momentos no tenía otra opción que aceptarlos y esperar pacientemente hasta poder descubrir quienes eran los interesados con tanta adulonería y exagerados cumplidos.


Después de mucho andar por la vida se había convencido de que lo hacían para que se desbocara, y vomitara todo lo que tenia dentro de su cápsula sentimental.


Por eso a pesar de toda la confianza que la muchacha trataba de ofrecerle, Amalia se mantenía hermética, con sus verdades bien encerradas en los páramos de su tristeza.
Lucia se puso de pie exhalando un suspiro de agotamiento físico, a la vez que dejaba caer el libro sobre la cama de Amalia. Miró el reloj y comentó sin dejar de estirarse, que el final del día estaba por llegar.


Buscó en su cartera el pase de entrada al hospital, y las llaves de la vivienda e inclinándose besó a la hermana aconsejándole con disimulada autoridad que aprovechara el tiempo que iba a estar sola y leyera la obra de Dumas, así podría recuperar la fe perdida. Amalia la miró y para no contrariarla asintió con la cabeza.
Últimamente para ella todo se había convertido en un ritual de órdenes. Lee, espera, soporta, no pienses,…como si lograrlo fuera tan fácil.


Qué estúpidas son las personas que piensan que pueden con palabras desvanecer el aleteo de los gorriones cuado se afanan en desordenar las ideas, y aunque Amalia se había convertido desde el último golpe en una mole de silencio a la que cualquier rumor la espantaba, no había dejado de hilar las sombras de sus muertos y estos no dejaban de atormentar su perturbado cerebro, por lo que darse a la lectura le era imposible.


Haciendo caso omiso a las palabras de la hermana y reafirmándose una vez más que nadie podía quitarle de los párpados lo vivido, pues había marchado siempre con la fe y la esperanza como bandera y ahora pasaba a ser manjar de los remordimientos y las agrestes decepciones.


Amalia la valiente mujer contemporánea que enfrentó la sed de sus arritmias, las siluetas herméticas, los papeles sombríos, los amigos neutrales, sin atesorar otra cosa que no fuera enarbolar su estirpe con su ponzoña ardiente. Se desvanecía entre el olor a zombis y el llanto recalentado que esparcía sobre un lecho ajeno, en espera del hambre de la ciencia, y la piedad de los que hacían lo posible por encontrar un bálsamo justo para calmarle el espanto que padecía.


Por eso se aferraba a sus incógnitas a la vez que se revolcaba entre el estiércol que le quedaba en las sienes. No podía imaginar que tuviera que continuar tras el muro, mirando solamente las telas de las arañas.


Por eso después del portazo al salir la hermana caminó de un lugar a otro de la habitación buscando un lugar para asirse y salir de tantos recuerdos, pero todo era imposible para ella, y las evocaciones del subconsciente como estocadas al centro del corazón comenzaron su nueva faena.


De un golpe llegó a su mente la imagen que proyectaba cuando se pensaba vencedora y su espíritu se llenó de aplausos, pero de igual forma el pecho se le inundó de la realidad y volvió a verse como lo que realmente era… “Un héroe desamparado”.


Por eso entre lágrimas se sentó al borde de la cama, tratando de tranquilizar sus nervios, pero por mucho esfuerzo que hacia nada conseguía, porque la verdad como martillo no dejaba de refutarle las neuronas, y reafirmarle su título honorífico de “Vencedora de la nada”.


Amalia se sentía vencida, con las sienes a puro fuego, y revalidándose cada vez más, que la zozobra era su mejor aliada. Por eso se detuvo en la primera estocada, la de su juventud entre la ardiente pólvora, las explosiones, y el sabor caliente de la sangre.
Su olfato se había convertido en un látigo, por eso el olor etílico del verdugo, su forma de mancillarle la candidez la asfixiaban y cuando esto sucedía se mordía las manos hasta verlas amoratarse, queriendo con ese acto quitarse la impureza.


De un golpe se puso en pie y caminó hacía la amplia ventana que comenzaba a filtrar los primeros rayos de la luna. Miró el cielo en busca de un poco de paz, pero esta le llegó en un lenguaje ajeno. Sin saber que hacer regresó despacio y se ovilló sobre el lecho como un perro desvalido.


La voz de la enfermera interrumpió su éxtasis junto a un sin número de fármacos que se exhibían triunfantes ante sus aturdidos ojos. Y todo esto junto a las palabras fabricadas de aparente consuelo,… de que podía tener otra oportunidad, si era fuerte.
¿Cómo podría ser fuerte si ya lo había sido tantas veces?…Si solamente con el oficio de vivir ya lo era.


¿Qué eran fuerzas, acaso convencerse a si misma de qué el cuerpo estaba hecho solamente como soporte?


¿Quién era ella?...se preguntaba indecisa. ¿Acaso nada pasó realmente por su vida? ¿Entonces no hubo muertos,… dónde estaba su risa?


Absorta en sus constantes ideas se debatía en su recuerdo como un espadachín en plena batalla, entonces le llegaba entre llamas de dolor el rostro querido de Miguel, las piernas amputadas de Saúl, el cuerpo inerte de Mariela, y su cabello envuelto en el rojo intenso de la sangre que aún atrofiaba su cerebro.


Se apretaba las sienes tratando de olvidar, pero la mediocridad y los abusos de René con su donaire satisfecho de autosuficiencia la golpeaban sin cesar, mientras las últimas palabras de consuelo se perdían de su alcance.


Ellos, Miguel, Saúl, Mariela, sus tres mosqueteros cruzando cercas, penas, calvarios, unidos por el amor y las ideas. Creyéndose Odiseas.


Los genios de la lámpara de Aladino. Tan iguales o iguales a los que permanecían eternizados en las páginas del libro de Dumas, habían dejado de existir y Amalia estaba segura de eso.


Miguel había quedado sepultado en tierra ajena. Saúl y Mariela igual, solamente la fina lluvia y el recuerdo eterno como un lento río que al final siempre iba a parar en las excretas sádicas de René.


Un buen número de hermanos engañados habían regresado como ella. Mutilados del alma, otros sin conciencia. El resto había quedado detenido en el espasmo del polvo, a veinte metros bajo tierra y cubiertos por un rectángulo de mármol gris, sin poder ver las estrellas, ni escuchar su grito,… el mismo grito que no dejaron de emanar sus cuerdas vocales cuando llegaron como carne de cañón a la Selva.


Estaba segura que todo había pasado. Ya no tenía a quién contarle los asedios de los apetitos nocturnos cuando la soledad y la nostalgia hacía estrago sobre los subordinados., y los predios eran menos que un incendio corporal.


Tampoco tenía a quien contarle los acechos del Simio, ni las violaciones a su pureza. Ni siquiera podía confesar que estaba al borde de la locura y que la resignación no le llegaba.


Ella “Dartañan de Los Mosqueteros”, la que siempre quiso ser justa, ahora sólo estaba recluida en sus meditaciones, disociada, ajena, y cansada de enfrentar los avatares, cercenando el presente… Y lo peor de todo ya no le quedaban sueños.


Alguien le preguntó una vez, ¿qué cómo era posible que soportara tantas crueldades sin morir?. Y ella respondió,- ¿Acaso cree qué vivo todavía?..-


Y era cierto parecía viva a pesar de su corazón tan afligido, de su constante recelo a enfrentar sus realidades, de sus cuerdas vocales negadas a emitir palabras.


Se había acostumbrado a aparentar ser una y realmente era otra. Las dos Evas, las mujeres “Llamarada y Brisa”, una empeñada a ser siempre, y la otra empeñada en ser ventisca.


Algunas veces para salvarse hizo lo posible por echar al viento sus conflictos refugiándose en recuerdos agradables, y cuando hacía esto se le escuchaba murmurar que el aire le calmaba las brazas.


Muchas veces la sorprendió la mañana en plena Selva atrapada entre el roció y sus vivencias y se le veía caminar descalza, quitándose de las mejillas las suaves gotas del cansancio, pero siempre regresaba obediente a los pies del verdugo.


Un sonido breve pero agudo provocado por una de las camillas la sacaron de sus pensamientos.


Se puso de pie asustada, y caminó lentamente hacía el ruido. Después de todo necesitaba caminar. Llevaba muchos días recluida sin ver el sol, sin buscar a sirio su planeta preferido. Era el único que la entendía y consolaba, por eso le había dedicado muchas horas conversando con él, sentada entre los canteros de tilos y begonias.


Mientras caminaba no dejaba de pensar en el reencuentro con el pasado familiar, era otra de sus obsesiones.


Hacía tantos años que no convivía con los suyos, por lo que no podía adivinar si continuaban iguales, o tan desiguales como de costumbre.


Entonces detuvo el pensamiento en las palomas de Rudy volando como bandadas y alterando la tranquilidad del hogar y los vecinos.


El grito de las turbas familiares azuzadas por las carencias de las cosas más precisas. El olor a fango interminable ligado al olor a leña y a madera antigua, y quiso escapar de esos desastres y meterse de un tirón en los pasillos interminables del amado hogar.


Llegar a la ansiada salita tan llena del confort de clase media, y observarlo todo en el mismo sitio.


Los cuadros pintados por su inexperiencia en algunos escapes espirituales. Las fotos de los niños, la del abuelo gruñón, las de su juventud con el cabello largo, tan largo como lo eran sus esperanzas quinceañeras, y la guitarra de nostalgias gigante colgando silenciosa del alero.


Pobre Amalia no quería que se le escapara ni un sólo detalle, por eso hacía todo el esfuerzo por imaginarse junto a la mesita avejentada, exhibiendo la lámpara que le regaló Miguel aquel día de Reyes.


El siempre quiso que ella tuviera una lámpara, porque las consideraba mágicas y siempre llevaban un genio dentro. Y ella se reía satisfecha y dichosa cuando él la consentía con sus palabras delicadas y precisas.


Pero el mago de su lámpara se escapó una tarde y dejó de concederle milagros. Esa misma tarde en que sin pensarlo se marchó condecorada de ideales, dejando a la deriva sus quimeras.


¿Y ahora dónde estaba?,… ¿Resignada a un silencio crudo, metida en una enorme lejanía, bebiendo del néctar del arrepentimiento?


Eran muchas preguntas sin respuestas. Era mucho el dolor que atizaba su agrietado cerebro, por eso continuo vagando por los recuerdos que guardaba del hogar, esta vez los pececitos de cerámica blanca, y la diosa del amor sin brazos, también regalos de Miguel.


Allí también estaban las siempre vivas verdecitas y pobladas a pesar de la falta de agua, colgadas sobre la ventana que daba al patio las tinajitas de barro. Hasta los vasitos de yogurt repletitos de tunas de diferentes especies se mantenían al pie del almacigo y al arbusto de espinas, trofeo a sus eternas contiendas. Todo permanecía intacto en el pensamiento desordenado de Amalia.


-Todo está en el mismo sitió- Se decía para sí, mientras las lágrimas le humedecían las mejillas, y se sentía nuevamente atrapada por el olor de las rosas mañaneras que engalanaban el canto de los gallos sobre la fresca tierra que tanto añoraba.


Quiere detener el recuerdo, pero éste la continúa llevando por el tiempo transcurrido, y ve al padre decidido a no dejar entrar la luz. Nutrido de prejuicios y balanceándose en su sillón de mimbre y a la madre recalentando el poquito de café criollo, esta vez de mala muerte, entre los planes para el domingo cuando todos estén juntos y poder cocinar la libra de frijoles que guarda con celo desde principios de mes.


Su hermano José colgado del vició como un ermitaño, con la mirada nula ante las carencias y sin dejar de rechinar las mandíbulas, a la vez que sedimenta el sudor sobre la vieja sábana.


Natalia la más pequeña de las hermanas, alimenta el miedo con las uñas como manjar, por evitar las desenfrenadas agresiones familiares.


El ineludible olor a sopa de ajos como dardo contra el olfato. Las tortas de harina polvoreada con azúcar turbinada a las l0 de la noche, calmando la acidez de los jugos gástricos, mientras el humo y el tizne imponen sus dominios a pesar de los quejidos respiratorios. Y lo peor, la mirada lánguida de Pluto y Saltarín en el patio esperando por el milagro de las raspas del arroz para aplacar las tripas.


Son muchos recuerdos, está segura de que no puede remendar sus verdades, ni calmar su dolor aunque la embutan de medicamentos traídos de la China, u otro Mundo, ni siquiera con el elixir de los dioses del Olimpo.


Piensa y piensa a la vez que aprieta su cráneo entre las manos, y ve la maldición sobre sus hombros y descubre que nunca tuvo casa, tampoco edificó la paz, ni construyó al hombre nuevo como le hicieron creer. Solamente fue un instrumento de la mentira y la mala suerte.


Sofocada por los pensamientos, corre hacia la habitación, penetra el umbral y sigue corriendo de un lado a otro. Enciende un cigarro, absorbe el humo, casi desenfrenada, se dirige a la amplia ventana, en estos momentos para ella la única salvación.


Mira y vuelve a mirar, con un terrible deseo de lanzarse y terminar de una vez con tantos pesares, pero la buena brisa comienza a batir sus alas sobre su endeble rostro despeinándole cariñosamente los cabellos. Detiene el intento y siente inexplicablemente vestigios de armonía sobre su cuerpo


Entonces comienza a mirar todo el paisaje que se ofrece, dándose cuenta que desde la ventana lo puede observar todo sin ser vista.


Abajo están los hombres discutiendo sobre la realidad. Alguna que otra mujer deambula sobre sus pantorrillas, otras cuelgan de la impiedad y la desventura del inevitable acoso.


Un buen número de ancianos arrastran sus pies con la esperanza de tomar el ómnibus que esta por llegar. Otros leen las diferentes crónicas del diario vespertino. Dos discuten sobre béisbol. Todo rutina, sin cambios, ni futuro, pero están vivos o por lo menos lo parecen.


A pocos metros de la entrada de emergencias riñen dos señores. No se entiende bien el por qué, pero están al irse a los golpes. Los hombres son tan impredecibles, que a lo mejor después del fandango se abrazan y se toman par de tragos juntos, por lo que no hay que preocuparse. Se dice convencida.


Alguien gritó que eran las nueve de la noche, y ella le teme a esa hora pues tendrá que regresar de nuevo al infierno. La enfermera está por llegar con sus píldoras curativas, y la ponzoña afilada para clavarla en su trasero.


No quiere pensar en ese momento que le espera, por eso inevitablemente le llega Julieta como una estocada a su recuerdo. Julieta y la Selva, y Marisela la liberal amiga, que no le importaban las rayas de su inmunda vida, porque el tigre tiene más y vive.


¿Qué sabría Julieta de entregas por amor? Si daba de beber a cualquier sediento. Se repite ya con voz.


También sale René de uno de los recodos de su mente, con la bayoneta siempre encasquillada tratando de apostarle un buen disparo, y ella huyendo por los pasillos interminables de la vida.


¿Qué daño le había hecho todo?...ella que se pensó caudal, no fue más que agua estancada y pestilente.


Después le llega la fiesta de sus quince años… y el comienzo de su decepción y vació, tan sólo por un simple minuto de inocencia y descuido familiar.


Posteriormente sus veintidós años a fuerza de zarpazos enemigos. Ahora con treinta, no le quedaba nada más que aprender.


Se frota las manos con fuerza, y se reafirma una y otra vez que aun vive, que es Amalia, que alguna vez fue madre, que alguna vez amo desenfrenadamente. No podía recordar a quién, pero siente que ese sentimiento de nuevo se abalanza.


¿Seria a René, o Alfredo,… a lo mejor a Nicolás, o Rufino. ¿Pero cuándo comenzó la desdicha, eso no la recuerda, aunque como el amor sabe que invade todo su cuerpo.
¿Seria al nacer?.. .Tal vez fue un embrión mal formado, o nació en el lugar equivocado y menos exacto.


Si pudiera encontrar una goma grande y borrar todo el pasado, o simplemente regresar al semen del padre y no ser fecundada. Pero nada de eso puede hacer, solamente le queda una posibilidad para salvar el espíritu, y es Gabriel el único que podría, aquel joven al que ella le daba vida en cualquier palabra, o rostro, para calmar sus pesadillas.


Aquel amor imaginado, cultivado en sus carencias. Aquel muchacho loco que le hacia el amor sobre la hierba y le regalaba flores, las que aun viven dentro de sus libros más preciados.


Pero Gabriel, podía ser Alejandro, Pedro, Juan, Jacinto, José, Iván, Orlando, David. Cualquier detalle, cualquier beso. Incluso a pesar de saber que nunca fue cuerpo, de lo qué sí estaba segura era, que con una dosis de Gabriel sobre su demencia estaba salvada.


¿Pero dónde encontrarlo, se le había desvanecido y por mucho que escudriñaba su imaginación no lograba conformar su rostro , ni su boca, ni sus ojos.


Su cerebro se agobio tanto de buscarlo en el infinito, que sólo sintió consuelo al aferrar fuertemente sus manos a la ventana.


Debajo seguía la gente cada cual es su asunto, y ella cada vez más sola, sin que nadie percibiera su presencia, y mucho menos alguien que la comprendiera, por tal razón tampoco nadie podía ampararla del derrumbe espiritual.


Sin pensarlo dos veces se subió sobre la silla que permanecía al pie del amplio ventanal, y se lanzó al vació.


Una fuerte sacudida estremeció el pavimento. Seguidamente gritos desesperados de auxilio, junto al impasible sonido de las camillas, mientras regresaba nuevamente a su silencio, esta vez más profundo, más eterno, y escoltado por un escuadrón de ángeles, que dejaban tras su estela un canto de piedad para la historia.






Sunday, June 08, 2008

POESIA



YO TENIA UN AMIGO

ADELA SOTO ALVAREZ


Yo tenía un amigo
Tremendo
Como el viento
Envenenaba mi voz
Y después regresaba con toda la luz

Pero mi amigo apostó a un día de suerte
Quemó la realidad
y se tragó mi sombra

Ahora muestra los colores que no tiene
Y yo recuerdo
Su gesto preferido
Las gotas de distancia
Y comienzo a morir
Mientras caen las hojas

Es terrible decir que una tuvo un amigo
Que ya no tiene nombre
Un huracán de amistad
Bajo mil noches juntas

Y mi amigo
Se volvió hueco
Triste como un recodo
Largo como la ausencia
Y no aprendió a volver

Ahora me pregunto
¿Que será de mi amigo si no crece?

Poesía




ELEGIA AL ESPEJO INTERIOR
ADELA SOTO ALVAREZ


El espejo me agobia y me deshace
Hace días que su tregua es una farsa
Y su lucidez
Es para gritarme

¡Que no eres para mí!

Porque soy una mujer con muchos puntos
Ruidosa
Malhumorada
Con estrías por fuera y por dentro

Que no queda luz
Ni sobresaltos
Ni siquiera ese don de convencerte
Que el día no es para ambos
“aunque nos dejen”

Que no me quedan horas
Ni pompas de jabón para la noche

Que aunque aprendí a vivir con los fantasmas
La realidad nunca pasó inadvertida

Que aunque los años hieren
Y llevan de la mano al gran vacío
Con un dolor superior
Casi asfixiante

Quiero que sepas:
Que aun diviso tus reflejos
Esa ausencia de ti que me conmueve
Esa magia que transpiras
Cada vez que me sueñas
Confuso y desvelado

¡Remíteme a la luz
Si es que aun puedes!

Mírame como nave que ancla en tus ensueños
No como colección para tu ego
Porque te juro
Que me quedan sobresaltos
Una pasión incólume
Tocando en La Mayor
Dentro del pecho.
Mi palabra
Mi fe
Y todo mi cuerpo.

POESIA


TU AMOR Y EL MIO.

POR: ADELA SOTO ALVAREZ


Tu amor y el mío
Como dos gotas abstractas
Secándose en una distancia atroz
Mientras mi cuerpo se afana en
Recuperar la última fragancia

Tu amor y el mío
En medio de un dolor con alas
Que se empeña en esfumarse lisonjero
Cuando me atrevo a negarlo
Ante cualquier suspiro que penetra
Mi quinta puerta

Es hora de cerrar las compuertas
De no llamarle amor a este presagio
Que sedujo mis noches.

Y abrirnos nuevamente
Para que salga el maleficio de mi vientre
Y salga la pesadumbre que te aparta

Tu amor y el mío
Dos cuerdas flojas que tambalean
Cuando la espesura se hace hiedra

Una realidad casi indolente
Que duerme a la sombra de un ayer incierto

Sin embargo estoy sedienta hoy
Y siento frío
Y tu calidez
Casi me toca…

Tuesday, June 03, 2008

ARTICULOS


CAMPOS DE CONCENTRACION




Por: Lic. Adela Soto Álvarez.

Cuando hablamos de campos de concentración automáticamente pensamos en la barbarie alemana, dirigida por Hitler, y quien marcó la historia de una nación, cuando se dio a la tarea de construir una serie de instalaciones con adversas condiciones para la vida humana, con el único fin de encarcelar y eliminar a los supuestos “enemigos del estado”.

Según cuenta la historia en estos campos de concentración se metían a comunistas alemanes, socialistas, social demócratas, gitanos, testigos de Jehová, homosexuales, clérigos cristianos, y personas acusadas de comportamiento asocial o inauditos según las apreciaciones del asesino y su camarilla.

Se conoce que después de la anexión de Austria en marzo de 1938, los nazis arrestaron además a judíos, y austriacos, y los encarcelaron en los campos de Dacha, Buchenwald, y Sachsenhausen, en Alemania. También en noviembre del 1938 los nazis realizaron una ola de arrestos masivos de judíos, y los encarcelaron en campos de concentración pero esta vez por periodos breves.

Estos prisioneros eran vigilados por los equipos especiales de la SS llamadas “Unidades de la calavera”, los que como hoby hacían competencias de crueldad entre ellos, apostándose uno a los otros quién sobrepasaba los atropellos, y las torturas a los encarcelados.
Otras de las barbaries de este sistema fue lo ocurrido durante la Segunda Guerra Mundial, donde médicos nazis hicieron experimentos sobre los prisioneros de algunos campos.

Bajo el impacto de esta guerra, el sistema de campos de concentración nazis creció rápidamente. Después de la invasión alemana de Polonia en septiembre de 1939, los nazis abrieron campos de trabajos forzados donde miles de prisioneros murieron de agotamiento y hambre.

Después de la invasión alemana de la Unión soviética en junio de 1941 los nazis aumentaron el número de campos de prisioneros de guerra donde diariamente morían infinidad de hombres y mujeres desnutridos y deshechos de tantas torturas físicas y mentales, así como sometidos a una hambruna increíble.

Algunos de estos campos de trabajo forzado fueron construidos dentro de los campos de concentración ya existentes, como por ejemplo en Auschwitz en la Polonia ocupada.
El campo de Lublin, luego conocido como Majdanek fue creado en el otoño de1941 como un campo de prisioneros de guerra y fue convertido en campo de concentración en 1943. Ya aquí miles de prisioneros de guerra soviéticos fueron fusilados o gaseados sin compasión por las tropas hitlelianas.

Esta es una parte de la historia ocurrida por el régimen represivo y dominante de Adolfo Hitler en Alemania.

Por lo que cuando conocemos de esta realidad y nos metemos en lo que ocurre en Cuba no tenemos más opción que compararla con la misma, con la diferencia de que en la isla esclavizada por el sátrapa comunista, se sobrepasa la barbarie de cualquier asesino del mundo circundante.

Si comenzamos por analizar lo sucedido en 1959, cuando de forma inteligente e intrépida comenzó por adueñarse de las propiedades del pueblo, utilizando para ello exageraciones y mentiras que lograron que los cubanos confiaran ciegamente en su verborrea demagógica, utilizando en ello a la parte mas vulnerable de la sociedad que era la campesina, por su bajo nivel educacional y participativa en los negocios de la economía.

De igual forma hizo con el hombre de a pie al que le fue lavando el cerebro, haciéndoles creer que ellos iban a ser los dueños del país, y que su gobierno iba a ser un sistema de participación, y libertad como nunca antes visto.

Pasada esta primera prueba de hipnotismo donde no dejó de usar inescrupulosamente la psicología de las multitudes, se promocionó libertario de los oprimidos, y una buena cantidad le creyó, hasta que poco a poco fue dominando cerebros y posesiones, convirtiéndose en el dueño mayor de una nación carente.

Aun corto tiempo fue dominando por completo al país con un arte ducho en conocimientos de tortura psicológica, solapada y macabra, exponiendo su mandato con fuertes ráfagas de represión, y convirtiendo a la Cuba de hoy en un campo de concentración generalizado, con diferentes campos de trabajo forzado y torturas físicas y mentales dentro del gran campo, social y penitenciario, lo que lo supera en artimañas al sanguinario de Adolfo Hitler.

Las farsas y embustes fueron apoderándose de cada discurso, donde quien participaba primero por voluntad propia en espera de mejoras sociales, después lo hacia a punta de cuestionamientos laborales, y reprensiones políticas pues creó vigilantes chivatos en los llamados Comités de Defensa de la Revolución y valoraciones sindicalistas, en los centros laborales, donde cada trabajador era analizado por su comportamiento participativo y combatiente, a través de un sociopolítico, donde la llevaban la cuenta de los trabajos ,voluntarios, la combatividad política, el trabajo en apoyo a la construcción, la participación en las tareas de la patria, la guardia obrera, el estudio, y otras participaciones, de lo contrario la expulsión y el descrédito para toda su vida. Convirtiendo a Cuba en uno de los campos de concentración más grandes que ha conocido la humanidad.

Con esta toma de poder, eliminó a los del viejo sistema político. Aprobando la pena de muerte, y fusilando a millones de cubanos, enjuiciados en tribunales populares, militares, y donde los fiscales del pueblo acusaron a inocentes por el simple hecho de las apariencias o haber vestido el uniforme del gobierno de Fulgencio Batista.

Los pocos militares que quedaron exonerados en la masacre del ajuste de cuentas, los expulsó a la calle sin oficio ni beneficio, empujándolos al destierro tanto fuera del país, como fuera del lugar de residencia, y partir de ese momento tuvieron que sobrevivir perseguidos y vituperados por la supuesta masa revolucionaria y el incipiente hombre nuevo.

En esta época de depuración social, no solamente la emprendió contra los gusanos como se les comenzó a llamar a los desafectos al sistema, sino que expulsó inescrupulosamente a cuanto cura y monja residía en Cuba, porque el nuevo sistema solamente podía ser devoto a la Biblia Marxista Leninista. Por lo que las iglesias para la lengua y la opinión comunista eran templos de malsanidad donde el hombre podía hacer contrarrevolución, por lo que quienes profesaran tal creencia cristiana comenzaron a ser perseguidos.

Así y de forma mucho más rigurosa hostigó y encarceló a los “Testigos de Jehová” por el simple hecho de no querer inmiscuir la política con la religión, no jurar la bandera, aprender el manejo de las armas, o pertenecer al servicio militar obligatorio.
Una buena parte emigró a diferentes países del mundo desposeído de todo lo que tenia, y enjuiciado por su orgullo cristiano y cuestionamientos políticos, donde solamente tenían derecho los supuestos revolucionarios, por lo que comenzó a darse a la tarea de crear al robot nuevo, porque todo tenia que ser a su imagen y semejanza, como si el fuera un ejemplo digno de seguir.

Para cegar a un más al pueblo convirtió cuarteles en escuelas, bajó los alquileres, y se enfrascó en alfabetizar hasta las piedras del camino, utilizando para ello una ideología comunitaria donde en todo momento tergiversó palabra por palabra a su conveniencia.

Cuando ya se convenció de que tenía al pueblo en sus manos, y que los que podía perjudicar sus proyectos de posesión habían sido expulsados y exilados en otros confines del mundo. Se dio a la tarea de comenzar a construir sus dominios represivos para fundir bien el pánico a toda la sociedad y meter en ellos a quien sacara el pie fuera de sus concepciones políticas.

Derogó las leyes jurídicas a su ordene y mande, cambio la constitución de la República, abolió el sistema eleccionario, y se coronó eterno “Rey de la isla caribeña”. Único sucesor de la prepotencia y el absolutismo.

Con estas nuevas leyes dominando todos los sistemas directivos políticos y sociales, comenzaron a crecer los centros penitenciarios de forma vertiginosa. Todos con adversas condiciones y donde fueron a parar culpables e inocentes y todo aquel que podía hacerle sombra a su directiva partidista.

Prueba de ello es que en la Cuba de hoy pensar o pronunciarse inspirados en el pensamiento martiano de separar el gobierno civil del mando militar es suficiente para que el régimen, que dice ser continuador del partido que fundó Martí, comience a lanzar sus acusaciones de anti patriotas, bandidos, contrarrevolucionarios, y cuantos adjetivos entienden sin el menor respeto a los derechos humanos, ni a la libertad, ni a la justicia o la paz merecedora de cada ciudadano.

Por lo que en Cuba, hace 47 años, que el pueblo pasó a un plano muy denigrante.,y en su lugar apareció el Estado Socialista, el Partido y cuanta organización con rastros de comunismo se le ocurrió crear.
Así fue como las leyes adquirieron el carácter de defensoras del Estado Socialista, tomando la Constitución una línea sin precedentes en la historia de la República de Cuba.

Así también hizo con la libertad de prensa, de asociación, de expresión, etc., se han visto condicionadas, inclusive desde el punto de vista constitucional.

Por todo esto que recoge la historia soy del criterio de que en “Cuba Socialista” existen muchos más campos de concentración que en la Alemania dominada por Hitler por lo que continuaré describiéndolos.

El sistema penitenciario en Cuba, dista mucho de ser un lugar de reeducación del hombre que comete un delito y necesita integrarse nuevamente a la sociedad.
En estas mal llamadas prisiones, que son verdaderos campos de concentración se destruye al hombre, y se va llevando lentamente al deterioro físico y espiritual, no solamente por los abusos diarios, sino por el hambre a que son sometidos, con una dieta insalubre, y desproporcionada de calorías para la vida de cualquier ser humano.
Todos los presos cubanos sufren de desnutrición y tienen el sistema nervioso central totalmente destruido, a causa de los abusos psicológicos, lo que ha generado un gran numero de suicidios dentro de los diferentes penales.

La atención medica es insuficiente por lo que cualquier enfermedad por simple que sea se complica y ha muchos los ha llevado a la muerte.

Todos los presos políticos y comunes son sometidos a la fuerza del poder imperante, el que los obliga a realizar trabajos forzados, sin pagos por su labor.

Muchos sufren de insolación ante la falta de protección en los campos y las construcciones, además de la falta de alimentación ante la carga de trabajo por jornadas de más de ocho horas bajo lluvia, sol y sereno.

La corrupción dentro de los penales cubanos se agudiza por días, por lo que existen testimonios fidedignos de reos que aseguran que en todos los penales existen oficiales y conduces que disfrutan del maltrato a los prisioneros, y utilizan a reclusos con largas condenas para que se conviertan en jefes, y vendan las celdas y la comida por dinero o algún objeto de valor, .así como maltraten y hasta asesinen a los presos desvalidos, y todo quede como una rencilla presidiaria.

Se conoce que en estas penitenciarias de Castro los juegos ilícitos y el homosexualismo se practican a conocimiento de los reeducadores, y delante del resto de los reclusos, todo permitido con fines de lucro.
Las ratas, cucarachas e incestos de diferentes especies pululan en todas las celdas, así como las filtraciones de heces fecales, orina y aguas podridas.

El agua potable para los reclusos esta totalmente contaminada, así como la comida, que es servida fría en bandejas de metal en malas condiciones, y se compone de una sopa de col, una cucharada de arroz con semillas, ya a veces un rebotillo verde, o un pedacito de tortilla o picadillo de soya en mal estado.

Los prisioneros, tanto políticos o comunes conviven con asesinos y violadores, hacinados y todos se encuentran con patologías crónicas agudizadas por la insalubridad y la falta de atención medica.

Muchos se han quedado inválidos y otros están por quedarse a causa de la hambruna, y humedad intensa, además todos padecen de sepsis bucal con sangramiento prolongado, así como tuberculosis y trastornos digestivos entre la mala absorción de los alimentos contaminados por parásitos y bacterias adquiridas dentro del penal.

Cuando sabemos de estas realidades nos damos cuenta que nuestro país, se ha convertido en un campo de concentración peor que los de la época de Hitler, por eso hay que seguir luchando cada día más por que la libertad absoluta cubra la patria que nos vio nacer y se termine de una vez por toda con tanto horror e inclemencia