Y puedas leer esta misiva
Que sepas sigo aquí
Y añorando la paz
Con mi cadena acuestas
“El mayor enemigo del hombre no es otro que su propio ego, pues este, mientras no está dominado, lo vuelve sordo y ciego al bien. Pero Dios le ha dado al hombre una amiga preciosa, su propia alma, que no ha dejado de hacerse escuchar por él y de guiarlo hacia la Luz que busca más o menos conscientemente”. Marie Corelli (1864-1924) Novelista británica.
Ámame, Insondable y obsesivo
Hunde sobre mí todas tus fuerzas
Lléname de esa luz
Que sabes darme
Ámame, Una y otras vez
Que no exista la prisa
Solo la fogosidad de tus quejidos
Llevándome por pasadizos secretos
Ámame y dame de beber
Del néctar de tus labios poderosos
Lame mis pies dedo a dedo
Mis piernas escurridizas e intranquilas
Todo el clamor que llevo
Como cascada de lluvia y oropéndolas
Surte mi corazón de forma incalculable
Dame un siempre sin jamás
Un no te olvido
Y desciende sobre mi cuerpo
Como anhelante explosión de mar y viento
Se apodera de ese dolor inconforme
Que nos brinda la noche
Cuando realmente
Necesitamos de unas manos
Que acaricien el tiempo
Qué desconsuelo resignarse
A transportar el amor solamente en poemas
Teniendo un pecho enorme
Una pasión enorme
Un apetito capaz de devorar
La inseguridad
Y ya ves
Me conformo
Con tejer a la alborada tú recuerdo
Suspirar desde lejos tus efluvios
Intactos e imperecederos
Mientras mi pensamiento vuela
Hasta tu país
Se mete en tu aposento
Y nada puede evitar
Que me sienta en tus auxilios
Delineando con mis manos
Tu rostro angelical
Si supieras
Aún conservo
Tu mirada
Prendida a la fogata
De la espera
Sin importarme el cansancio
O el jadeo
Y hasta pienso que eres mío
En ese instante de pasión
Que surge desde el fondo
Y me llena
De esa fuerza
Que aún conserva mi delirio
Es de noche y llueve en la resaca
Tus ojos se introducen en mi piel
Y vuelven las cadenas del amor a cautivarme
Imposible olvidar tu voz profunda
Tus palabras siempre en La Mayor
Acariciando
La constante estadía
Tu caricia
Sin idilios ni rebuscamientos
Pero segura y penetrante
Hasta llegar el último estallido
Y sucumbirme en este recuerdo permanente
Que nunca se va
Y aprisiona esta falta de ti
Si supieras cuánto necesito de tu vida
Saber qué tal te va sin mí
Cómo amaneces
Con qué mataste la costumbre
Si olvidaste mis besos
Si aún recuerdas la forma de tenerme a toda hora
Mi entrega sin fronteras ni escrúpulos
Es de noche y llueve en la resaca
Se adentra la primavera en celeste cofradía
Surgen rosas de colores diferentes
El cielo sigue azul
Se encapotan las nubes
Pero mi corazón se siente desplazado
En un silencio grande
Confuso
Incomprensible
Y no logro saciar tu ausencia a pesar de las fotos
Siguen mis sentidos revelándome
Un sentimiento agudo
Que transita sin paz entre mis cejas.
Y le pide por Dios
Que no demores.
Me entregué a tus destellos
Como más te gustaba
Nadando en la humedad de tus excesos
Poseída por la magia impoluta
De la caricia cómplice
El vientre nos temblaba
La tentación
Las ganas
Y la llama extinguible de toda la belleza
Llegabas sin pedírtelo hasta el último gesto
Y me saciabas toda
Con la parte más tierna
Los dos sobre aquel lecho
Que se quedó grabado
Los dos desnudos y fieros
Como lava de volcán a puro grito
Fuiste mío lo sé
Fui tuya lo supiste
Y en los brazos de Eros
Ciframos cada éxtasis
Hoy es difícil soportar
Cuando la fiebre llega
Y comienza el temblor a bocanadas
Imprudente y confuso
Te busco nuevamente
Transito cada ruta
Me pierdo en el recuerdo.
Y en el legado que dejó la demencia
Pero nunca regresas
Regresas y no te palpo
Y comienza la noche a perturbar mi insomnio.
¿Dónde estarás ahora
Qué no siento tus manos
Ni tus gemidos?
¿A dónde te llevó
El viento milenario?
¿Eres mi inocencia o mi capricho?
¡Espejismo hecho hombre
Que me habita en secreto!