ENTREVISTA LOS AZOTES DEL EXILIO NOVELA

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TRADUCTOR

DEDICADO A MIS PADRES

Wednesday, June 29, 2011

CUALQUIER DIA



Cualquier día despierto

y encuentro a esta mujer fuera del cuerpo

con la palabra en celo

y los ojos legendarios

Cualquier día descubro

que la duda no fue la mejor arma

sino la oferta a los que pedían mucho


Cualquier día amanezco en las puertas del tiempo

y rescato a la mujer que aun vive en el alero

a la ingenua adolescente

que lo entregaba todo por un poco de olvido


Cualquier día me abro

y regreso a mi cuerpo

definitivamente.

Tuesday, June 28, 2011

Puerto Pesquero


A modo de prologo.

En los años 90 cuando el período especial u opción cero comenzaron a azotar sobre la población cubana, la gente desesperada buscaba afanosamente una vía de escape a la realidad que les golpeaba con todas sus fuerzas.

Acostumbrados al Marxismo Leninismo, ideología impuesta por el gobierno desde su triunfo en l959, los cubanos habían cambiado la creencia por el machete, el fusil, la hoz y el martillo. Las creencias religiosas habían pasado a segundo plano, y la falta de espiritualidad era increíble.

Al caer el muro de Berlín las familias no sabían como enfrentar la crisis económica, entonces comenzaron la búsqueda espiritual en diferentes doctrinas.

Así se les veía de religión en religión y de sexta en sexta buscando alivio a su hambre mística, y no más de uno encontró la verdad en la palabra de Dios, pero otros se dejaron llevar por los acechos de Belcebú y sucumbieron en la increencia, por supuesto los más incautos, y aquellos que a pesar de la tan promocionada revolución , continuaban en el atrazo, en la falta de capacidad , y fuera de toda civilización. Éste es el caso de Sarita una jovencita residente en las afuera de la ciudad de Pinar del Río.-


Sarita muchacha joven e inexperta como cualquier mujer a su edad criada sin madre, con dos hermanos vagabundos y un padre alcohólico, todas las noches iba hasta la orilla del mar en busca de paz para su insomnio.

Se subía sobre los dientes de perro y metía los pies en las aguas turbulentas para calmar su mal de amores, que aunque nadie lo había descubierto era su gran enfermedad.

Desde que Lucio se marchó, los días le parecían garfios, y aunque el viejo Cuco, santero popular de su aldea, le predijo que Lucio no era el verdadero amor, sino el capricho, y sus caracoles se lo reafirmaron muchas veces, la muchacha empecinada seguía esperándolo en el mismo sitio por donde una noche de verano izó velas al futuro.

Desde su partida Sarita nunca más supo de él, solamente por algún comentario de los chiquillos del barrio, que la seguían gritándole “loca”y afirmando que Lucio se había casado en el extranjero con una vieja ricachona.

Todas estas cosas se las gritaban al son de las pedradas, que la hacían enfurecer y regar por el pueblecito pesquero una sarta de palabrotas que ofendían la moral y la decencia de cualquier persona.

Su hogar como todos los de Cuba, lleno de miseria y complicaciones. Sus dos hermanos colgados a la neurosis que provocan las sociedades cerradas y sin soltar las anclas de la vagancia y lo peor de todo, sin querer establecer ninguna comunicación humana con su abandonada hermanita.

El padre de ambos llamado Donicio, siempre en el portal escupiendo aguardiente por todos los poros, la hacía huir como una prófuga, por eso se pasaba las horas en los muelles contando las lanchas y los barcos que entraban y salían, y sobreviviendo con las sobras de un comedor obrero que por lastima le daban algo que llevarse a la boca.

Otras veces se reunía con los más pequeños y les narraba fábulas y cuentos del lugar y hasta les enseñaba el muelle por donde descargaron en siglos pasados la trata de sus ancestros.

Sarita a pesar de que para todos estaba medio chiflada, conservaba en las pupilas el color natural de la cordura y aunque encorvada por el maltrato el tiempo y la falta de amor filial, cierta esbeltez, como el ave fénix le resurgía en cada movimiento.

Rosendo un pescador del lugar, de ves en cuando le ofrecía trabajo en sus barcos de pesca y aunque el pago era ínfimo, ella lo aceptaba para entretener el estómago y la inercia.

Las mujer del pescador le había hecho un gran favor meses después de la perdida de Lucio, precisamente cuando ella casi sin raciocinio decidió lustrar su piel bajo el agua, el sol y el sereno y su cuerpo fue poniéndose flácido, incoloro y desnutrido.

Gracias a los alimentos que le llevaba todas las noches Petra la mujer del pescador, no murió bajo los tinglados de mangle seco donde se tiró a morir.

También las terapias de convencimiento, explicándole que sí no comía, el cuerpo no le funciona y para que la entendiera mejor se lo comparaba con un barco sin combustible no podía navegar. Además debía cuidarse de lo contrario nunca más podría volver a ver a su querido Lucio.

Por suerte decir Lucio era una palabra mágica y gracias a eso pudo salir del bache emocional lo que era comprensible, pues desde que abrió sus ojos solamente tuvo el cariño de este hombre que aunque unos años mayor que ella, siempre la respetó y cuido hasta que un día por problemas económicos tuvo que marcharse en busca de un futuro mejor.

Algunos aseguraban había naufragado en medio del océano, y sus carnes fueron manjar de los tiburones. Otros que estaban en el extranjero acomodado, pero la verdad no la sabía nadie, por eso Sarita lo esperaba ansiosamente.

Su madre murió al nacer ella, y los hermanos mayores y el padre nada hicieron por ayudarla.

Había crecido como un animalito huérfano y desvalido y ahora sin Lucio estaba demasiado sola.

Algunas veces le escuchaba consejos al viejo Cuco, santero del ligar, que con sus escudriñadores ojos la seguía a todas partes.

Muchas veces en sus consultas espirituales le aseguraba a la jovencita que Lucio jamás regresaría en su busca , que sus muertos y sus caracoles no se equivocaban.

Pero la muchacha algo incrédula le refutaba la predicción y se aferraba a sus esperanzas

Lo único que consolaba a Sarita era irse todos los días a mirar el horizonte esperando ver aparecer a Lucio por algún lugar.

De pronto comenzó a sentir el ruido de los barriles, y los contenedores con taras de un tonelaje no imaginado, y el grupo de viejos adiposos desfilando como si lo estuvieran haciendo en una pasarela.

Todo esto al son de un brillo relampagueante en los cuellos, brazos y dedos que encandilaban los ojos de los desposeídos del lugar que no dejaban de clavar sus interrogantes sobre el enorme cajón de planos topográficos con letreros de exportación.

¿Quiénes serán? Se preguntó para sí la jovencita, mientras se peinaba el lacio cabello por detrás de las orejas, herencia de la mestiza madre con el padre blanco.

Todo indicaba que el puerto había sido conveniado con otras partes del mundo para mejoras sociales, o del mago por eso pensaba muy preocupada, sí le quitarían el lugar donde ella se sentaba día tras día a esperar a su amado.

Allí entre bulla y varios idiomas, los hombres recién llegados se abrían paso con un andamiaje de tres patas y escala de medición, mientras a corta distancia un grupo de carretoneros se disputaba los servicios de alquiler.

Todo parecía una gran locura, pero ella no dijo nada, solamente observó todo en silencio, mientras su corazón se zarandeaba violentamente.

Al fin descubrió a lo lejos un enorme cartel con letras góticas que aunque no se distinguía muy bien lo que decía, le pareció que una de las palabras decía FUTURO, o algo parecido.

Si realmente era eso lo que decía no había porque preocuparse, se repitió mil veces y hecho a correr sobre el árido terreno pesquero.

Para asegurarse de la prosperidad que podían traer aquellos visitantes fue a consultarlo con Cuco que además de ser espiritista y oportunista, era el más viejo del poblado, por lo que hacía a veces de consejero, curandero, adivino y hasta mago.

Le comentó al supuesto espiritista lo sucedido en los muelles, y el le dijo confidencialmente que todo lo que ella veía allí había sido su obra y la de sus santos.

Le aseguró que la cosa iba a cambiar gracias a sus actos de hechicería, incluso que habría trabajo para todos y hasta viviendas nuevas y lujosas, comida al por mayor y los salarios serían codiciados por muchos.

La jovencita incauta al fin, tragó en seco y miró a Cuco como si mirara a un Dios omnipotente, entonces pensó que sí Cuco había logrado todo aquello, le sería menos trabajoso traerle de vueltas a Lucio y poniéndose de rodillas ante el viejo le suplicó le devolviera la felicidad de su amado lo antes posible.

Incluso juró postrada ante sus pies que si se lo devolvía ella cumpliría al pie de la letra con todas sus órdenes.

El viejo Cuco después de absorber el humo de su tabaco varias veces, aceptó y Sarita contenta le pidió las primeras encomiendas.

Cuco inteligentemente comenzó con indicarle cinco baños con miel de abejas, tres flores amarillas, tres rojas y tres blancas. Rezar un padre nuestro y tres Ave María, todo esto en medio del camino real.

Sarita lo copio todo en un pedazo de papel para que no se le olvidara y salió a toda carrera del lugar.

Al llegar a su vivienda corrió el deteriorado lienzo que servía de puerta y penetró en la salita que como siempre permanecía ocupada por sus dos hermanos , los que bajo la tenue luz de una vela a punto de extinguirse tiraban los dados sobre una tabla , ebrios de tanto alcohol de bodega y apostando siempre a la suerte sin suerte.

Al otro extremo de la salita sobre las rotas pajillas de un sillón, descansaba el viejo Dionisio, que sin mirarla le preguntó sobre las nuevas del Puerto y ella tratando de buscar simples palabras para que la entendiera, trató de comenzar por la llegada de los inversionistas, pero el ronquido seco y pestilente que produce el alcohol le puso punto final al aparente diálogo familiar.

Sarita acostumbrada a aquella indiferencia fue hasta la cocinita , se echó dos cucharadas de azúcar prieta en un vaso de agua fresca y comenzó a ingerirla como el mejor licor.

Se dio el primer baño ordenado por Cuco precisamente en el camino que quedaba tras su casita, y regresó al hogar dejando caer su cansado cuerpo sobre el camastro donde asfixiados por el polvo yacía los deteriorados tapujes.

Trató de conciliar el sueño sin dejar de pensar en lo que habló con Cuco, pero como de costumbre el sueño no llegaba a sus ojos.

Lo forzó, le contó ovejitas, pero no logró nada, al fin decidió levantarse y salir al patio.
Hacía rato escuchabas que los cachorros de Negrita tenían hambre y la buena perra ya no le quedaba leche para amamantarlos.

La temperatura estaba muy alta, el sofocante calor la hacía sudar copiosamente, pero aún así comenzó a deslizar sus descalzos pies sobre la arena y las piedras de la orilla en busca de algunas sobras para aquellos animalitos hambrientos.

Por suerte los recién llegados habían dejado platos con sobras y vasos con buen vinos sobre la arena, y ella con su jabita en mano comenzó a recogerlas seguida por la buena perra.

En algunos platos plásticos quedaban grandes trozos de pescado sin utilizar, camarones en salsa y ostiones, pero aunque la boca se le hacía agua no dejaba de pensar en los cachorros, aunque el hambre que sentía la hizo recoger una de las botellas de vino, y aunque desconocía en su paladar el sabor y los efectos de las bebidas, se la empinó hasta el fondo, con el objetivo de calmar los gritos de sus tripas.

Recogió todos los residuos alimenticios en su jaba, mientras escuchaba a lo lejos las autosuficiencias de los recién llegados haciendo blanco en las necesidades de los pescadores. Escuchaba risas, proyectos y notas de baladas antiguas.

No se detuvo, continúo en su misión de llevarle de comer a los perritos de Negrita, pero los estragos del vino sobre un estómago vacío comenzaron a azotar aquel cuerpecito endeble y no acostumbrado a placeres alcohólicos y de tanto dar tumbos cayó rendida sobre las piedras y el agua.

Ella no supo el tiempo que transcurrió en aquel letargo pero de pronto vio una luz sobre su cuerpo que la recorría de pies a cabeza .Sintió miedo pero las palabras no le salían ni para pedir auxilio, los efectos del vino la dominaban sin remedio.

Sin poder moverse se mantuvo por un buen tiempo, hasta que de pronto sintió las palpitaciones de un pecho varonil casi asfixiándola .Pensó pedir ayuda pero su corazón le decía que era Lucio que había regresado por ella.

Se abrazó fuertemente a aquel espejismo y se dejó amar como antes, así se pasó las horas contoneándose sobre el cuerpo de Lucio, a la vez que le pedía que nunca más la dejara sola.

No había salido de su éxtasis y ya el fuerte sol le quemaba el rostro, se puso de pie sorprendida pero por mucho que busco nada quedaba, había amanecido sin Lucio ¿váyase a ver quién la tomo en sus brazo y le hizo el amor sobre la arena? pensó por unos instantes, pero trató de salir de aquel pensamiento lo antes posible.

Sin explicaciones corrió a casa de Cuco y se lo contó todo, mientras este le afirmaba abusadoramente que estaba seguro que había sido Lucio quien la tomó en la orilla de la mar , pero se había tenido que marchar a toda prisa, porque tal vez alguien lo perseguía.

Sarita sin titubeos le creyó ciegamente y comenzó a hacer todo lo que Cuco le pedía y de forma religiosa.

Con estos cumplimientos, baños, limpiezas y quién sabe cuántas cosas más ,estuvo la pobre jovencita casi dos meses y Lucio no regresaba, aunque ella no dejaba de ir noche a noche al mismo lugar donde creyó haberlo encontrado nuevamente.

Desesperada le pidió a Cuco que hiciera algo por ella , porque su desespero la estaba enfermando, entonces el viejo aprovechándose de la situación le recetó un nuevo baño con albahaca y tres huevos, después tenía que hacerse una limpieza con una gallina prieta , dos palomas rabiches, un ramo de espanta muertos y yo puedo más que tú durante tres días y tres noches, pero eso tenía que hacérselo él y en su casa.

Sarita no se opuso, fiel y creyente comenzó con la limpieza en casa de Cuco. Tres días y tres noches estuvo la jovencita en la habitación de éste desnuda sobre la cama y recibiendo en cada limpieza sorbos de aguardiente y ron Pinilla como parte del ritual sagrado, además cortejada por siete velas y la cabeza de siete pollitos muertos, a la vez que Cuco le echaba de cuando en cuando con una latita agua con las siete potencias africanas dentro de las piernas.

Al llegar al tercer día de tratamiento Cuco le pidió paciencia, asegurándole una vez más que Lucio llegaría en su busca en cualquier momento.

Sarita a partir de ese día continúo noche a noche visitando el mismo lugar en espera de su amado, pero no llegaba aunque ya no se desesperaba mucho, pues creía en lo que Cuco le decía, hasta lo que le dijo muchas veces de que estaba engordando con su tratamiento espiritual.

Diciembre llegó con muchos vientos y el fuerte frío comenzó a soplar enfureciendo las olas que llegaban a la orilla con sus fauces hambrientas.

Sarita comenzó nuevamente a desesperarse por el tiempo que transcurría sin resultados para sus deseos, por lo que le pedía a los santos de Cuco, y a la luna y a las estrellas.

Así se le escuchaba noche tras noche alabar al cielo sentada sobre las piedras, a pesar de la extrema gordura que le molestaba hasta para sentarse.

De pronto le comenzó un dolor de estómagos terrible, este le pasó al bajo vientre y así le cogía la espalda y las piernas. Sin casi poder ponerse en pie, y sin comprender lo que le sucedía, se arrastró como pudo hasta llegar a casa de Cuco, que por suerte vivía cerca de la orilla.

Cuando Cuco la vio llegar, rápidamente la condujo hasta la cama, mientras ella desconsolada le preguntaba sin parar, qué le estaba sucediendo.

Los dolores continuaban arreciando y Cuco sin darle respuestas solamente caminaba de un lado al otro con la mano en la barbilla, hasta que de pronto se le acercó y separándole las piernas comenzó el llanto de un bebé

-¡Ya está aquí ¡- gritó Cuco satisfecho

-¿Quién?- preguntó la jovencita mucho más asustada

-¡Lucio!- dijo el viejo alegre

-¿Cómo Lucio?, ...¿Dónde está?.-

-Aquí,... transformado en este niño.-

Sarita no sabía ni qué decir ni qué hacer, estaba segura que aquel niño salió de su vientre, pero cómo fue no, tenía que creer en Cuco, él no le mentiría, aunque ella no comprendía sus palabras.

Cuco insistió en convencerla diciéndole con voz comprensiva y dulce, a la vez que le acariciaba el cabello de forma parternal, pero en el fondo malsana.

- Como puedes ver Lucio no pudo venir, pero te envió a su retoño .Yo no te dije que mis poderes eran divinos, ya vez te lo prometí y te lo cumplí. -

LA MENDICIDAD EN CUBA.



El régimen comunista ha lacerado en toda la extensión de la palabra, los factores socio-económicos y político, que unido al alto costo de la vida, han propiciado que en la isla exista una imagen precaria de aquellos hombres y mujeres que en su momento lo dieron todo, y ahora malviven en la peor de las inclemencias.

Por eso nos abismamos al ver ciertas cosas que no solamente nos lastiman, sino que son inconcebibles en un país donde se promociona la igualdad y donde se dice que la vejez esta asegurada.

Tan sólo caminar por algunas cuadras del casco turístico de la Habana Vieja, comenzamos a tropezar con estos ancianos convertidos en mendigos, ante la situación tan deplorable que enfrentan, Unos porque llegaron a la vejez sin un futuro asegurado, y otros porque simplemente no tienen los suficientes medios para resolver la hambruna que circula a lo largo y ancho de sus vidas.

Lo mismo en el Parque de la Fraternidad, que el Bulevar de la calle Obispo, o en la zona de la Catedral por mencionar algunos lugares de afluencia de mendigos.

Los puedes encontrar, lo mismo vendiendo los cigarrillos de la cuota normada al menudeo, que el azúcar o el café, para poder compensar la mísera chequera que reciben de la seguridad social, o simplemente porque nunca tuvieron esos beneficios por diferentes causas.

Lo mismo porque a pesar de haber laborado durante más de 30 años el expediente acumulativo se perdió en el órgano del trabajo, o porque la administración no tramitó en tiempo sus derechos.

También existen ejemplos como los trabajadores de la cultura que trabajaban por contratos, y al llegar a la vejez no los contrataron más y tuvieron que resignarse con hacer de bufones en la vía pública o vender algo por cuenta propia para poder sobrevivir.

De estos casos existen muchos, pero para poner uno muy visible en la zona de la Catedral, voy a referirme a Juana Bacallao, quien fuera gloria de Cuba, y hoy realiza trabajos de bufón con más de ochenta años en su esqueleto, por un plato de comida, un trago de ron, o algún dólar que el buen samaritano que disfrute por sus bufonadas le deje caer al terminar la función, que ella ameniza vestida a la moda sobre zapatos de altos tacones, pelucas, su inseparable tabaco y moviendo su prominente nalgatorio, a la vez que entona algún estribillo popular con el objetivo de hacer reír a la concurrencia.

Cuando debía estar descansando sus aguerridos huesos en un hogar confortable y con la vida asegurada.

Como ella existen otros que sobreviven de bufonada en bufonada, o vendiendo baratijas por unos míseros centavos, y huyendo del acoso policial.

Otros se dedican a hurgar en los basureros de las zonas turísticas o de las privilegiadas de la nomenclatura gubernamental.
Lo mismo en busca de vestimenta, algo de comer, o simplemente recogiendo latas vacías, botellas, cartón, o algún objeto que les sirva para después venderlos por unos centavos en las tiendas de la Empresa de Materias Primas.

La mayoría de estos “ancianos mendigos”, duermen a la intemperie, unos en los bancos del Parque de la Fraternidad, o en cualquier rincón donde puedan depositar sus harapos y tirar sus huesos al llegar la noche.

El régimen cubano conoce de estas cosas, pero no ha mostrado preocupación en solucionar este problema social que cada día gana en intensidad pica y se extiende. Lo que ha hecho como medida de solución es dictar leyes para prohibir la mendicidad y sancionarlos con toda la severidad de la ley.

Muchos han ido a prisión por delitos de acaparamiento, ventas ilícitas, peligrosidad, acoso a extranjeros y otros.

No hace mucho supe del caso de Facundo Pérez un anciano de 89 años residente en el reparto Juanelo, que recogía latas de aluminio en los basureros de la ciudad.

Facundo dijo que fue sancionado a tres meses de privación de libertad por acaparamiento y peligrosidad, porque en su choza le encontraron mil latas vacías de refresco, que recogió en las zonas de los restaurantes para turistas, pero como el aluminio pesa poco, tenía que reunir muchas más para poder al venderlas recibir una suma favorable.

Otro caso fue el de Luis de la Cruz de 77 años, jubilado de ómnibus urbanos, con una chequera mensual de 200 pesos en moneda nacional, que necesitaba un frasco de bálsamo ruso para la úlcera de su esposa Conchita, la cual esta invalida a causa de una accidente automovilístico, pero no recibe pensión por haber sido siempre ama de casa.

Dijo Luis que ante la falta de divisas, se fue a pedir limosna a la entrada de los hoteles cinco estrellas, pensando que allí al visitar más turistas tendría mejor suerte con la recogida y poderle comprar el frasco de bálsamo a su esposa, pues solamente este medicamento se puede adquirir en las farmacias de venta en moneda dura.

Comentó que fue acusado de peligrosidad y acoso a turistas, porque desesperado al llegar la noche del 22 de mayo y después de más de tres días de limosnear sin recaudar lo que necesitaba, suplicó a varios turistas extranjeros, que no le dieron nada, solamente lo evadieron de mala forma, acto que vio uno de los policías de custodio y sin averiguar se lo llevó detenido para la Jefatura de la Policía.

Allí, sin indagar su situación, ni las causas, lo denunció de acoso a turistas, y tuvo que cumplir seis meses de privación de libertad, y no pudo nunca comprar el frasco de bálsamo ruso para su esposa.

El drama humano de estos ancianos extendiendo la mano a transeúntes y turistas, implorando la caridad, escarbando en la basura, haciendo de bufones, y durmiendo en la vía pública marca profundas huellas en el presente y el futuro de Cuba, así como en la opinión de los visitantes extranjeros y por qué no dentro de los propios cubanos que sentimos ante estos actos lastima e indignación.

Por eso la mayoría de los turistas que visitan este lugar regresan a sus países con diferentes opiniones detractoras sobre el cubano de a pie, sin percatarse qué la situación económica y social es tan deprimente y desoladora que los obliga a mostrar estas posturas para “hacer el día o resolver un problema de vida o muerte” como muchos dicen.

Increíblemente la situación de la tercera edad tanto en asilos, como en la vía pública es algo que lacera profundamente el sentimiento humano, pero desgraciadamente pasa inadvertida ante los dueños del poder que tratan de ocultarla, no la difunden, y la disfrazan con esa fuerza descomunal de hipocresía que los caracteriza en los eslogan y los titulares, que publican, y donde no dejan de ratificar al Mundo .

“La revolución cubana es para todos y para el bien de todos”…que adversidad verdad.

Wednesday, June 22, 2011

JESUS DE NAZARET


Jesús de Nazaret ¿cómo limpiaste los pecados del mundo?

Si el mundo sigue con su cadena a cuesta

Los hijos son la eterna bofetada

Que engendra soledad y te aniquila

¿Entonces por qué crucificarte?

Si el pecado es mayor

Y los barcos se hunden

Y los hombres se matan

Y yo no tengo abrigo

Ni siquiera una casa donde posar mi insomnio

La vida es un golpe que rueda insatisfecho

Un soplo de maldad que acecha en cada esquina

Y los cuerpos deambulan con cuentas mal sacadas

Y el pan es una alucinación para los que no tienen parientes soberanos.

Jesús de Nazaret mi corazón se agita

Al ver al narigón atar las ninfas

El cóndor cruza y se lleva a los peces

Prometiéndoles estar más cerca de la gloria

Jesús de Nazaret cuanta ignominia

Sembrándole muertos a la tierra

Donde un montón de impíos se drogan la conciencia

Y otros razonan por costumbre

En qué regazo inclino la cabeza

Con qué bálsamo sano mis rodillas

Si el resplandor es hierro

Y los ojos del perdón no oyen mi alabanza

Porque igual que echaste a los mercaderes

Del templo de tu padre

No echas de esté siglo la impiedad farisea

Y riegas la semilla del fruto primogénito

Donde no tenga acceso la maldita serpiente

Jesús de Nazaret que triste decepción me conduce al abismo

Los jueces me sobornan

Los reos me apedrean

Y no tengo manos para implorarle al cielo

Dime cuándo será el final de la injuria

Como salvar mi cuerpo del agravio

Si naufrago soy yo

Y aunque me aturda

Las penas se amontonan y me agraden

Y ya no sé si existo o me sumerjo.

Tuesday, June 21, 2011

SOY


Soy la sospechosa delirante

Que lleva la bomba en la palabra y en la pluma

La comunicadora que refutan y ridiculizan

Y hasta pretenden quitarle su amuleto

De inspiración y lirica

Soy la loca que vive su propia guerra

Según afirman los insípidos de turno

Cuando me acusan de libre pensadora

Tratando de neutralizar mi rebeldía

Estúpidos e incoloros vasallos

Atados al pan y al vino

Sin ver como se vaporiza el mundo

En el pequeño espacio de una hermética isla

Que esclavizan y confinan

A una hambruna irreverente

Es cierto soy culpable de todo

Pero nunca impura, ni traidora a mis ideas

Mucho menos cautiva de mi clase

Porque tengo tentáculos para la ignorancia

Y una lengua con filo

Contra los inseguros

Vivo fuera del circo, feliz y complacida

Publicando en mi cerebro

Mi impublicable pensamiento

También mis poemas circulan clandestinos

En impresiones rusticas, condenadas, y prohibidas

Para muchos peligrosas, cúrsiles, y oblicuas

Aunque no sepan lo que significa esta palabra

Es cierto soy culpable

De no llevar credenciales ni estandartes

A la fuerza

Y sí de ir de frente

Contra todas las batallas

Con un coraje a prueba de calabozos

Y sin permitirme ser títere de nadie.

Sunday, June 12, 2011

GRAN SILENCIO


Haz un gran silencio

Para que no se despierte el corazón

Y comience a latir sin condiciones.


Haz un gran silencio

Para que duela menos este olvido

Que dejas como legado

A tanto amor sin freno.


Primero fuiste espejismo

Sobre marasmo

Después la posibilidad de entregarnos del todo

Sin importarnos fronteras

Ni precipicios


Y me icé medieval

Con todos los hálitos a contraluz

Para que no sangrara


Fuimos juntos al aposento de los Dioses

Sin pensar en el caballo de Troya

Que penetraría hasta la última arteria


Tú y yo

Como la más tierna ceremonia

Inmersos en el hallazgo de lo eterno

Hasta que los buitres del interior despertaron

Y comenzó la pausa

El extremismo

La falsa luminiscencia

Y por mucho que las rectificaciones acudieron

Estábamos frente a la puerta del Infierno

Con las ilusiones quemándose


Haz un gran silencio

No importa lo insólito que parezca

Hazlo

Para dejar de sumar instantes

Sin atreverme a aceptar

Que los finales llegan