ENTREVISTA LOS AZOTES DEL EXILIO NOVELA

SEGUIR...

TRADUCTOR

DEDICADO A MIS PADRES

Tuesday, May 31, 2011

SOMBRA QUE CRECE



Toda la carga
Sobre señales ácidas y sombrías
La risa en vendaval
Sin pensar en los pedazos
Que caen sobre las horas
Ni cuánto hubiera dado
Porque el festín de cuervos
No fuera tan preciso

Pero la vida cruzó
Y nada pude contra la alta marea
Se afanaron los dardos
Llegó la indiferencia
Y en un cerrar de ojos
Todo fue impreciso

Hasta la desventura resultó flamante
Y me vi de rodillas
Suplicando unas gotas

Yo la más sublime
De todas las mortales
La mujer que nunca atizo disparates.
Bendijo la magia
Y se prendió en su signo
Como algo imprescindible

Ahora llueve y no escampa
Escampa y nunca llueve
Y me siento perdida
En una tembladera
Donde no existe escape
Ni siquiera una braza
Para encender la hoguera


Qué será de mis ojos perdidos en la niebla
Que será del amor
Que nunca llega.

CASI DESCONOCIDA.

Yo, casi desconocida por quienes me rodean
tal vez con nombre propio en viejas inscripciones
carcomidas y cursiles
Utilizó un sinónimo que no me corresponde
mientras mi risa se espanta
y el pájaro se muere

Yo la mujer valiente
la que enfrentó con uñas los lobos del camino
y nunca tuvo tregua ante los desarmados

Veo mis sueños secos
al borde de cuatro décadas que se unen punzantes
para gritarme desde un tiempo perdido

Que mi paso fue inútil
que el árbol no fue frondoso
y el libro fue leído tal vez por unos cuantos

Del hijo nada dicen
ese tal vez nació o se quedó en mi vientre

Yo la mujer violenta aferrada al espejo
que regó las semillas de todo el optimismo
con lágrimas y desvelos
para que germinaran
y no verlas secarse lentas y descarriadas

Yo totalmente desconocida
ausente y polvorienta
deambulo por la vida
y fundó con mis pies los lamentos que ruedan

Hoy arrastro la cruz de los desposeídos
y veo cruzar los días como una bofetada
mientras mis labios silban el mismo sobresalto

Me duelen las costillas
me duele mi intuición clandestina y cobarde
el amor que oculté y oculto todavía
en mi pecho sediento
de grabadora rota

Yo la más desconocida de todas las mortales
me abandona la suerte
en esta madrugada de cenizas
creyendo en la reconciliación de mis propios conflictos
mientras mi angustia la aumenta los golpes a mansalva.

LA ODISEA DE UN CAMPESINO CUBANO

LA O


Todavía recuerdo la odisea de Camelo Mesa, un campesino noble, honrado y de muy buena familia que vivía en la barriada de las Ovas provincia de Pinar del Río.

Su única hija Margarita vivía en el extranjero desde hacía cuatro años casada con un italiano que por suerte conoció en sus andansas por la capital en busca de mejor vida, y gracias a sus encantos, se pendó de ella y en menos de dos meses se la llevó a Italia.

No se supo nunca la verdadera causa que le provocaron el supuesto infarto ,pero según se dijo había sido por el exceso de peso y al salir del gimnasio y como nadie estaba presente en el momento del desenlace hubo que creer la historia y así lo certificaron los médicos del lugar, y la joven de solamente veinticuatro años tuvo que permanecer por quince días dentro del ataúd hasta que sus padres vendieron todo lo que tenían de valor, más la ayuda familiar, la limosna que pudieron darle los amigos , y los ahorros del viudo, para poder trasladarla hasta su país, de lo contrario tenían que sepultarla en el lugar donde falleció.

Según aseguraron los familiares de la occisa, el pago fue de 38 mil dólares, tal vez uno vivo no valga tanto, pero muerto vale más de lo que nadie soñó.

Carmelo tenía una finquita herencia de sus padres, una yunta de bueyes y un carretón destartalado, todo bien valorado no llegaba a 11mil pesos moneda nacional, y el pobre hombre no sabía que hacer con su desgracia.

Convocó a la familia más pudiente, a los amigos, y le hizo una carta al viudo para que cooperara en el asunto, pero ni aun así completaba la suma.

Desesperado y sin salida se pasó más de una semana dándole vueltas a las posibilidades a ver si podía resolver el problema, pero nada pudo, y en Cuba no existen préstamos de banco, ni créditos de compañías , ni nadie tiene un centavo para prestarle a nadie.

Dionisio Herrera su compadre al verlo desesperado le dio una idea brillante, pero Catalina la esposa se la cuestionó por miedo a caer en problemas judiciales, aunque en esos momentos no podía espera ni siquiera pensar, y haciendo caso omiso a la compañera de la vida, salió con Dionisio y metió mano a la obra.

Afiló sus cuatro mata vacas, y se los puso en al cinto. Llegó al cuartón previsto y con seis puñaladas terminó con la vida de 6 reses de pura raza.

En un dos por tres y con la ayuda de su compadre los desmembró metiendo las paletas y los muslos en diferentes sacos de yute.

Entre los dos repartieron el producto a diferentes matarifes especializados en el asunto y en menos de dos días ya Carmelo tenía en su poder el dinero que le faltaba para traer el cadáver de su hija desde Italia.

Sin pensarlo dos veces hizo todas las gestiones burocráticas y consulares y pagó la cantidad asignada por el envío del cadáver a distancia.

Todos se congregaron en casa de Dionisio pues ya Carmelo no tenía vivienda, a esperar que llegara el féretro para seguir para el cementerio

En las primeras horas de la mañana llegó el carro fúnebre y sin más preámbulos todos acompañaron a la pareja al último adiós de su querida hija.

Cuando se disponían a salir del camposanto junto a toda la concurrencia, varios carros policiales detuvieron la marcha junto a Carmelo y en un santiamén cuatro gendarmes lo esposaron sin decirle ni media palabra.

La esposa de este preguntó asustada el por qué de la detención, si venían de enterrar a su única hija, y nada había hecho.

Pero su pregunta quedó sin respuesta, solamente pudo mirar turbada lo que estaba sucediendo con su esposo, que a empujones lo metían en el vehículo policial.

A los varios días y después de investigar de unidad por unidad de policía el paradero y las causas de la detención, supo que estaba acusado de sacrificio ilegal de ganado vacuno.

El juicio se celebró rápidamente y fue condenado a 15 años de privación de libertad.

Catalina se quedó a vivir en casa del compadre, sin hija, marido, vivienda, finca, carretón, ni yuntas de bueyes.

Se supo que a los pocos días del sufrimiento y la vergüenza a Carmelo le dio un infarto en la cárcel donde fue llevado a cumplir con la sanción impuesta.

"EL ADIOS DE LOS VIVOS"





El último adiós es cosa triste, diría que horrible, desgarra corazón y vida. Nunca me gustaron las despedidas, ni siquiera imaginar no volver a ver a seres queridos, ni amigos fieles. Pero como todo en la vida no es lo que uno anhela, nada de lo que no me gustaba pude conseguirlo, y este día recibí el mensaje de mi amiga Lucia de qué fuera a su casa a despedirme.

Rogué a todos los santos, pedí hasta de rodillas fuerzas para enfrentar ese momento, pero no tuve más opción que salir como un resorte al encuentro final, tratando de no perturbar mi psiquis y poder sacar de lo más hondo esa fuerza superior que tanto ella como yo necesitábamos en un momento así.

Por eso nunca se me olvidará esa tarde de invierno cuando caminaba rumbo a la casa de mi amiga y colega Lucia López, vecina de años, amiga inigualable, y colega inseparable de múltiples tertulias, de poesía, música, y té de cualquier hierba que apareciera en medio de nuestra miseria. Lo importante era brindar por el futuro, si es qué en algún momento decidía darnos el frente.

Ya en el lugar y después de titubear por varios segundos empujé la puerta de madera podrida, que rechinó como si se percatara del momento y necesitara como yo quejarse a puro grito.

Detrás de la misma estaba mi amiga sudando a más no poder, y con un ánimo asombroso repartía a varios vecinos sus desvencijados sillones, su mesa con tres sillas construida por Pepe el cabillero, la humilde cama con su colchoneta con más huecos que un famoso colador, a la vez que quitaba de los clavitos, dos cuadros y dos diplomas ganados en su desempeño en las letras infantiles.

En un rincón en espera de ser obsequiadas se podían apreciar tres cazuelas llenas de tizne y abolladuras, y sobre uno de los cajones, los cuatro trapos con que se vestía. Implacables y limpios, en turno para también ser donados a la vecindad. que atropelladamente se debatían en el pequeño espacio, a ver quien se llevaba más.

Saludé a mi amiga con un fuerte abrazo, y con la gentileza que la caracterizaba me pidió esperara terminar con la repartidera, por eso fui y me arrinconé en uno de los bordes del camastro que aún estaba por desarmarse.

De inmediato reconocí a Lula la presidenta del CDR que nunca la saludó y estuvo todo el tiempo tras sus huellas, pero tan necesitada como el resto, colgó los ideales y se unió a la donación de los beneficiados con la huida de Lucia.

Increíblemente era la que más pedía y sin esperar a que le dieran agarró el viejo fogón Pike y salió horonda como si llevara en su mano una reliquia de gran valor.
Desgraciadamente hice acto de presencia de este trance tan ridículo de la presidenta, por lo que la indignación me segó de repente, pero salí rápido de ella comprendiendo como muchas veces la necesidad desdobla a las personas.

Pero realmente me chocaba que fuera Lula la heredera de aquel fogón viejo y herrumbroso que tanto trabajo le costó a Lucia adquirir después de estar más de 15 años cocinando con lo que apareciera. Entre leña, aserrín, y un viejo fogoncito de mecha que mi difunda abuela Carmen le regaló en uno de sus desesperos sin tener donde hacer ni un poco de café

Emeregilda Luisa, más conocida por Lula como presidenta del CDR era diabólica, metida en todo, y no salía del borde de la ventana escudriñando la casa de Lucia día y noche. Y cuando ésta salía al portalito, disimulaba escondiéndose detrás de la cortina de palitos de bambú que a los embates del aire la descubría con el constante tintineo.

Pero así es esta vida, los peores enemigos a la hora de la partida van a recoger los despojos de lo que en vida fueron sus victimas.

Aunque a Lucia esto no le importaba por su carácter afable, y ese don de no odiar ni a sus peores detractores. Y si la reprendía me sacaba sus conocimientos en numerología, unidos a la energía y en ese mejunje me callaba y calmaba el enojo, haciéndome entender que siempre es mejor dar que recibir.

Allí sentada esperando terminara con sus entregas personales, estuve todo el tiempo. Algunos vecinos y colegas entraban y salían a despedirla con afecto y miedo, una combinación difícil de comprender, pero muy real en la Cuba de hoy donde la doble moral impera como en un reino construido por las altas dosis de pánico que les inoculan a los hombres.

Fue muy triste el panorama, porque mientras mi amiga descendía todas sus pertenencias al fondo de una gran java de nylon, y algunos cajones, entre lágrimas, abrazos silenciosos, y golpecitos en el hombro. La mayoría daba la espalda con rapidez para no ser descubiertos a la hora de la salida del humilde hogar por los búhos a sueldo y también gratuitos que abundan en estas zonas cubanas.

Quizás para otra persona hubiese parecido un acto risible, aceptar como regalo aquellas baratijas, pero para mí que todo lo analizaba, no era más que un episodio normal de un país donde existen lugares donde se vive como mendigos, y aunque Lucia tenía muy pocas cosas materiales para dar, muchos de sus vecinos tenían menos que ella.

Mientras ella se enfrascaba en terminar de dar lo poco y único que tenía, un fuerte toque en la puerta nos puso a todos a la expectativa.

Sin inmutarse caminó tranquila y sin miedo hacia la puerta, era la funcionaria de la Reforma Urbana que llegaba a realizar el inventario y a recoger la llave de la casucha.

Suerte al animoso saludo que dio Lucia con el objetivo de avisar a los allí presente para que los beneficiados con sus harapos y minucias salieran por el fondo a toda prisa.

Mandó a pasar a la funcionaria que como buitre en acecho miraba para todas partes inventariando hasta un ventilador descabezado que se había quedado rezagado en la entrega a los vecinos. Las cuatro cucharas, los dos vasos de aluminio, una cafetera del tiempo de la quimbumbia, y un jarrito de loza que decía Viñales, regaló de un colega.

Con voz de pocos amigos, le preguntó qué si era todo lo que poseía aquella casa. Lucia la miró tranquilamente y le dijo que sí, señalando para el camastro donde yo estaba sentada, a la vez que le decía, -es lo que falta por desarmar- y aquello que ve en la otra esquina.
Y era cierto aún quedaba la cama donde yo estaba sentada, sin colchoneta, un espejo de pared antiguo, y un cenicero de mesa con una esquina rota, la escoba de palmiche deteriorada y un invento casero de palo de trapear tapujado con un pedazo de tela de tapado metido dentro de una lata vieja de pintura que servia de cubo. Lucia sin mucho titubeo le dijo que era todo lo que poseía.

Sin pronunciar palabras revisó la lista antes realizada en el lugar por otro funcionario, y preguntó con voz imperativa por los faltantes. Lucia le respondió que los había votado porque no servían.

No se escuchó ni una sola palabra, solamente el trazo apurado del bolígrafo sobre la planilla de la Reforma Urbana donde inventarían todas las pertenencias de los que se exilan.

Mientras esto ocurría, mi mente comenzó a viajar por la vida de Lucia. Su nacimiento en medio de la tierra gorda, su exilio al pueblo en busca de una mejor vida, y donde poder escribir y desarrollar su intelecto literario, soñando con ser una gran escritora cubana.

Su afán por la literatura infantil. Las noches en vela que pasaba logrando un poema, canción o simplemente un cuento que llevara a los niños los valores que debe tener todo ser humano. Y después tan mal interpretados por los asesores que siempre leían entre líneas cosas que no existían en su mente.

Había pasado toda su vida escribiendo cuentos infantiles, poemas y canciones para la radio local. También escribía música infantil, para concursos literarios, como Planeta Azul y otros eventos cubanos.

A veces le pagaban, otras le decían que no habían fondos, pero ella seguía escribiendo en su desarticulada máquina de escribir, que por suerte y buena vibra le regaló Fernando uno de sus amigos faranduleros en un arranque de impotencia y desencanto, de los que tenemos muchas veces los escritores y que nos conducen a dejar de crear y dedicarnos a otra profesión menos espiritual, que nos aplasta pero no nos queda más remedio que aceptarlo.

Siempre me había dicho que aquel regalo para ella fue lo más importante de su vida, porque ya tenía callos en los dedos de tanto escribir a mano.

Nunca se me olvidará como la limpió con esmero, y tapó con un pedazo de cortina vieja para que el polvo no se la ensuciara.

La llamaba mi "NANA" y hasta besos le daba al teclado, porque suerte a aquel artefacto más viejo que Matusalén podía escribir mejor y más rápido.

Mi amiga era tremenda, considero que la más optimista de las personas que he conocido a pesar de su clase humilde y su poca suerte dentro de un mundo farandulero, donde si no tienes una palanca no puedes mover el mundo artístico, y mucho menos a los compinches del sociolismo que lo domina.

Me extasié tanto en mis pensamientos que no dejó de aparecer la humilde salita que tantas veces visité con mis manuscritos e indecisiones literarias para consultarlas con ella y me diera su sana opinión.

La cocina comedor, dividida con un camastro en uno de los rincones de la entrada, adornado con un hermoso cuadro al óleo regalo de un amigo pintor, que naufragó en su arte y también se había dedicado a otros menesteres fuera de la plástica.

Cuadro que ahora iba a pasar al patrimonio de la ciudad, así por qué si, aunque ella en ese momento quisiera arrancarlo del lugar y devolverlo a su dueño, solamente por decidir vivir en otro lugar del mundo había perdido todos los derechos sobre sus pertenencias.

Inevitablemente clave mis ojos en las paredes carcomidas por la vejez y la lluvia, destruidas por los embates de cuanto ciclón pasó por la ciudad y que nadie se ocupó de repararle.

Todas llenas de agujeros, al igual que el techo, que en una de las esquinas permanecía sujeto por el mismo tronco de árbol, que ella misma arrastró desde un campito cercano hacía más de cuatro años.

Por todas estas calamidades fue que no tuvo un buen lugar para situar la máquina que le regaló Fernando, pero con su convicción desbordante y ante la falta de ventilación y luz, buscó un cajón de madera, y la puso encima arrastrándola al mismo medio del patiecito.

Allí se sentaba sobre una lata vacía de galletas con un almohadón hecho por ella misma de residuos de poli espuma, escoltada por altas arecas y pequeños cubos de helechos risados que todos tenían nombre.

Horas y horas bajo la sinfonía de los ladridos de los perros del vecino, el griterío de las turbas y pregoneros clandestinos, o el ruido de los vehículos descompuestos que circulaban a pesar de sus gomas gastadas, y sus rechines a la hora de cambiar las velocidades.

Hasta que el sol batía su cuerpo fuertemente, y entonces arrastraba el cajón con la máquina hasta la solera de la casa contigua buscando un poquito de resguardo solar y allí seguía produciendo sus fabulosas historietas infantiles hasta que la sorprendía la noche.

Por eso digo lo de excelente escritora, porque tenía el don de poder concentrarse de una forma magistral y sus obras guardaban la frescura y coherencia que muy poca veces se logra bajo condiciones tan desfavorables.

Era tan buena escritora que a pesar de las confabulaciones y el amiguismo muchas veces fue premio nacional en literatura infantil, pero los obsequios no pasaban de un cuadro, un diploma o invitarla a comer a un restaurante de mala muerte.

Indudablemente su obra era muy buena, pero su suerte muy mala, y aunque sobresalía por encima de los demás escritores de su género, no tenía ni amigos ni figura, solamente corazón y sentimientos. Pero eso no vale dentro de la palestra literaria.

Su silueta regordeta y su paso cansado daban la imagen de un hipopótamo en pura faena, sin embargo nunca faltó en su humilde hogar una de las infusiones que les habló en otras anécdotas, ni una sonrisa para el recién llegado.

Todo esto sin hablar de su talento, e inteligencia para las letras y llegarle a los niños con una ternura inigualable.

Por eso un buen día, pensó que su vida podía cambiar y decidió salir de su realidad y buscar un mejor camino.

Su decisión fue mal interpretada como todo en mi país, y la expulsaron de la radio, la expulsaron de las tertulias, la expulsaron de la vecindad. Pero aun así, ella repartió lo poco que tenia entre los que a pesar de los prejuicios continuaron dándole los buenos días y deseándole suerte.

Ahora en ese mismo instante había llegado el momento. Su fuerte voz me sacó del cúmulo de pensamientos y recuerdos. Fue un catorce de noviembre cuando la vi salir de su pueblucho y exiliarse en otro país para que los trompetas y el escuadrón de represivos no la siguieran persiguiendo día y noche por sus ideas liberales y su anhelo de un futuro mejor.

Quien no vivió esta época no la puede comprender a plenitud, incluso sospecharía de su veracidad, pero todo fue tan cierto como lo relato y quien la lea si la vivió estará feliz de que se la cuente a los que no la conocieron.

De mi amiga Lucia López nada he vuelto a saber en concreto. Algunos dicen que le va muy mal, otros que le va muy bien. Alguien dijo que vive deshabilitada en un estado donde solamente la acompaña la nieve, y una fuerte melancolía.

De la máquina de escribir supe que días después de su partida fue a parar a una oficina de la Reforma Urbana, a pesar de lo desmantelada y antiquísima.

Quienes la están utilizando ni siquiera imaginan cuántas historias guarda ese teclado, ni cuánto amor quedó grabado en su rodillo.

Wednesday, May 25, 2011

TU NI TE IMAGINAS.


Todas las ilusiones al barranco

Y aun así

No me importo tu ronco olvido

Ni siquiera que legaras al viento

La tragedia del gemido

Y continúe viviendo

Unas veces a oscuras

Otras alimentada de poemas inconclusos

Que al final lanzaba al mar

Para no ver morir el corazón de tanta ausencia

Si supieras la verdad

Y el egoísmo y orgullo te dejaran

Adivinar cuanto te extraño

Las noches que me acuesto prendida de tu voz

Para que duela menos

Tú ni te imaginas

Las lágrimas que ruedan por este amor

Que se aleja de mis manos

Con fuerza sobrehumana

Sin hacer alusión a la primera palabra

A la caricia llena de añoranzas y apuros

Que lanzamos desmoronados de cariño

Y ya vez sigues más allá del sol

Y los Glaciales.

Sin permitirme ser la epopeya de tu boca

Ni la eterna guardiana de tus ojos de cielo



Saturday, May 21, 2011

ME HUBIERA GUSTADO AMOR.




Es domingo y llueve en la alborada

Tu recuerdo deambula por mi pecho

Agrietado y confuso

Con ganas de olvidarte

Y no puedo


Me hubiera gustado amor

Tenerte en este día donde lloran las hojas

Y las rosas comienzan a deshojar sus pétalos


La noche pide a gritos me devuelvas tus mimos

El calor de tu arrullo

La constante caricia, la palabra y los sueños

Todos atribulados

Desde que te marchaste

A ese lugar oscuro

Donde llamo y no me oyes


Tan sólo responde el viento

Y el polvo que dejaste


Me hubiera gustado amor

Tenerte en este día donde sangran las huellas

Y siento una tristeza indómita

Como trueno

Sin alas


Reniego del tiempo

El futuro me duele

Y no quiero otra cosa

Que verte llegar como misión estética

A acabar con las sombras que turban

Mi aposento.


Me hubiera gustado amor

Y ya vez...nada puedo.


Tuesday, May 17, 2011

EN EL MEJOR LUGAR DE MI MEMORIA


Yaces como sombra inevitable

En cada intersticio

Estas ahí a toda hora

Con tu sonrisa estridente

Y tierna

Acariciando este ir y venir

De góndolas de paso

Muchas veces la nostalgia me devora

Y quiero regresarte vivo

Inquieto y tempestuoso

Y la verdad arremete sin conciencia

Y me lleva al sepulcro

Que guarda tu verdad

Ya sin colores

Cuánto hubiera dado

Porque a una sola voz

Te levantaras

Y vinieras a mí sin ataduras

Abierto

Sin fronteras

Ni cúmulos de prejuicios provincianos

Que fueras nuevamente el lobo

Que desmembró mi amor

Haciéndome dichosa y virgen

Original

Y pura

Pero entre tú y yo existen pausas

Distancias atroces

Infierno y Paraíso

Y yo me he vuelto tan defensora de la lógica

Que mi ego y mi orgullo

Son mayores que una montaña

Con la cúspide tocando el cielo

Más siendo así

Te concedo el privilegio

De anunciarte

Que éste poema es tuyo

Y aún te guardo

En el mejor lugar de mi memoria

Wednesday, May 11, 2011

CONTEMPLANDO TÚ OLVIDO EN EL DESVAN DEL TIEMPO



Se agolpan los recuerdos en mis sienes
Todos son tuyos,
Muy bien los reconozco,
Y regreso a la foto
Donde te contemplo atribulado
Con los cabellos lisos
Y los ojos de escarabajo torpe

Solamente tu boca permanece
Sonora
En actitud de reclamo perenne

Y descubro más allá de tus pupilas
Un cielo encapotado
Con la misma tristeza
Del pájaro que emigra

También descubro sombras
Lentas y turbulentas
Tratando de limpiar penas y culpas

Y me pregunto a solas
Por qué tanto desvío
Qué sucedió aquel día donde descalificaste
Mi paso por tus horas

Rebusco detrás de las siluetas
Tu rostro transfigurado
El mismo que me amo
Con una eternidad tan provisoria
Que me resulta demasiado patética
La forma de alejarte
De convertir en escombros mi corazón aciago
Los días de dulces trinos
Colgados a la cámara que atenúo la distancia

Y vuelven a mi mente
Tus ojos entre abiertos
Cuando pasé mis manos por tu pálido rostro
El asombro,
El deseo
Aquel rubor expresándolo todo

Te imaginaba sabio, sin nostalgias
Ni odios


Un ser tan importante para mi sed tremenda
Que hoy contemplo tu figura a través del silencio
Y tu risa perfecta
Se me convierte en mueca

Dolor y desamparo replican sobre el tiempo
Y no puedo salvarte
Del cúmulo de ideas que atropellan tu mente.

Mi pobre trotamundos
Caprichoso y cobarde
Quien prefiere vagar por la distancia
Que dejar el orgullo sin legado

Se agolpan los recuerdos en mis sienes
Todos son tuyos
Muy bien los reconozco

Más tu voz se marchta tras un largo silencio













Monday, May 09, 2011

SOMBRAS Y VIENTO



La sala a oscuras recubierta con un raudal de espejos
Sombras y vientos cruzan sonoros
Mientras yo me acurruco desvalida
Al montón de recuerdos que dejaste




Quien nos hubiera dicho que todo acabaría
Dulzura y dedicación
Pasión y sobresaltos
Fueran solo el fantasma
De mis noches indómitas



Ni siquiera el susurro de tu voz
Me hace menos triste



Un saludo quizás
Lanzado del oriente
O desde aquella clave de ruidos y sirenas
Que inventamos los dos
Para llamarnos




Los recuerdos penetran
Como dagas punzantes
Y siento como sangran las heridas
Que jamás elegimos




Sin embargo me ofertas
Un olvido imprevisto
Condenándome a verte cadáver en la memoria




Y ya vez
Sigo anhelando el roce de una estrella
Que me devuelva tu boca inolvidable



Que tu sonrisa sonora
Envuelva de estridencia
Mi aturdido esqueleto
Y juntos de la mano volvamos al jardín
Donde crecen los álamos




Para que bajo de ellos
Me hagas el milagro
De convertirte en cuerpo.

AGUDO SENTIMIENTO








Es de noche y llueve en la resaca
Tus ojos se introducen en mi piel
Y vuelven las cadenas del amor a cautivarme




Imposible olvidar tu voz profunda
Tus palabras siempre en La Mayor
Acariciando




La constante estadía
Sin idilios ni rebuscamientos
Pero segura y penetrante

Hasta llegar a mí última estallido
Y sucumbirme en este recuerdo permanente
Que nunca se va
Y aprisiona esta falta de ti



Si supieras cuánto necesito de tu vida
Saber qué tal te va sin mí
Cómo amaneces
Con qué mataste la costumbre
Si olvidaste mis besos
Si aún recuerdas la forma de tenerme a toda hora
Mi entrega sin fronteras ni escrúpulos

Es de noche y llueve en la resaca
Se adentra mayo en celeste cofradía
Surgen rosas de colores diferentes


El cielo sigue azul
Se encapotan las nubes
Pero mi corazón se siente desplazado
En un silencio grande
Confuso
Incomprensible
Y no logro saciar tu ausencia a pesar de las fotos



Siguen mis sentidos revelándome
Un sentimiento agudo
Que transita sin paz entre mis cejas


Y te pide por Dios

Que no demores