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Tuesday, June 27, 2006

POESIA DE PASO.

POESIA DE PASO


Poemas del cuaderno inconcluso Poesías de Paso escrito en Miami 2005


Por: Adela Soto Álvarez



I

Se me desnuda el cuerpo
cada vez que encuentro tu voz en mis sentidos
Como fuerza telúrica te apoderas de todo
y me lanzas al pozo de los abandonados
Será tu cuerpo el humo que emana del recuerdo
O serás la verdad que de nuevo me toca
en este ir y venir de góndolas de paso
Nuevamente te anudas
y te metes ahí donde nadie a podido
hombrecillo de antaño
mi guerrero inconcluso
mi pirata arriesgado
¿En qué lugar estabas cuando el agua caía
por qué tus fuertes brazos
no anclaron en mis manos?


II

Yo no soy como la gente me adivina
llevo polvo en los ojos
y una niñez con golpes en la tripa
Me hice adulta a fuerza de espuelazos
y aunque no abandone el quejido
no encontré el centro de la rosa
Así crecí de encontronazo en encontronazo
ahuyentando la lucidez de los finales,
y sacándole filos a la memoria .
Algunas veces me bebí la rabia
y después la vomité entre el olvido
Otras ponía siempre vivas a mis sueños
y los verdugos me anticipaban el pésame
A veces fuí cómplice de mi melancolía
y me daba yo misma la estocada
Pero a mi eso que me importa
Porque aprendí la manera de dinamitar
mi lengua
y con ella hacer blanco en cada intruso

También amé a mis semejantes
y hasta aquellos que supe mis verdugos

He tratado de meterme en mi misma
Para poder encontrar la respuesta de tantos pajarracos
con mascaras y ruedas
Incluso el por qué de tanta ausencia
entre las cenizas y el estiércol
como hormiguero
que se empeña en agredir mis sensaciones
Cincuenta y tantos años es una buena edad
para apegarse de una vez a la tristeza
Pero cada vez que me agarran sus tentáculos
me asalta el punto virgen

Mi amiga Diana me lo dijo
"Que era mejor enajenarse en la escritura
para que todo vaya a la inmensa tubería''

Pero ella no sabe que hay fantasmas que no saben despedirse
y serpientes ciegas que te cosen la garganta
De nada vale dinamitar el puente
después de haber cruzado
si quedan centinelas esperándote

UNA ALMENDRITA CUBANA


Una Almendrita cubana.. Es un cuentecito infantil escrito para que los niños conozcan como una persona nace, crece y se desarrolla, con ideales, y principios definidos a pesar de las adversidades.

En ciudad de la Habana allá por los años cincuenta nació una niña muy pequeñita, tanto que muchos familiares la llamaron Almendrita como la del cuento infantil. Y aunque no cabía en una hoja silvestre, ni tuvo que casarse con un sapo toro, les dio mucho trabajo a sus papás para que creciera aunque fuera un poquito.

Para eso tuvo su mamá que alimentarla con la leche de una chivita muy graciosa que cada vez que la ordeñaban berreaba a más no poder, aunque nunca negó su leche para la pequeña que gracias a todos estos cuidados comenzó a crecer y crecer increíblemente.

Esta niña nació en un hogar humilde como el de casi todos los cubanos , pero tenía lo necesario para vestirse, comer y jugar como todos los niños.

Su mamá era maestra y su papá militar académico. Un hombre muy honrado y servicial que sentía mucho orgullo y respeto por el uniforme que vestía en honor al ejército de la República al cual pertenecía desde los años 40. Disciplina que le trasmitió a toda la familia entre los valores humanos.

La vida de la llamada Almendrita transitó feliz todo este tiempo, llena de mimos y todo el cariño que los padres le profesan a sus hijos. Al año le nació una hermanita con quien compartir, y entre las dos llenaron de orgullo el hogar familiar.

Almendrita desde los cuatro años comenzó a asistir a la escuela, porque aunque no tenía edad para eso, lloraba tanto que una "maestra normalista", como se les llamaba a las maestras de kindergarten en aquellos tiempos, convenció a la madre de esta para que la matriculara. Y como su mamá daba clases en el mismo centro escolar, asintió sin mucha oposición.

Desde que comenzó el Preescolar era muy aplicada, e inteligente, y lo que más le gustaba era declamar y bailar el zapateo cubano, por eso en todas las actividades de la escuela la escogían para que participara en las danzas y hasta una que otra vez interpretó papeles en el teatro escolar, porque además la actuación era otro de sus gustos predilectos.

Su maestra la quería mucho porque además de obediente no dejó un sólo día de ponerle flores al busto de nuestro apóstol José Martí. También compartía su merienda con los niños que por problemas económicos de la familia no podían llevar ni un pan con azúcar.

Un día inesperado comenzaron las revueltas en el país, y de pronto se fue un gobernante y llegó otro y como es lógico las cosas cambiaron para muchas familias entre ellas las de Almendrita.

Entonces comenzaron las dificultades en el hogar, y las humillaciones por problemas ideológicos, porque existen personas que no comprenden que cada cual cree y piensa como quiere y nada es a la fuerza.

El país se convirtió en una eterna lucha por la supervivencia. Ya su papá no tenía trabajo, por lo que tampoco volvieron los Reyes Magos el 6 de enero a dejar sus regalos sobre los zapatitos que esperaban impacientes debajo de la cama.

A la mamá también la expulsaron de la escuela porque decían que era esposa de un esbirro y podía hacerle daño a los niños de los revolucionarios.

Almendrita tuvo que sufrir muchas humillaciones que las personas de mala fe les hacían a sus padres, y aunque era muy pequeña para entender de clases, ni de política, razonaba como una adulta y le aseguraba a sus papás que algún día las cosas serían diferentes.

Su papá fue expulsado de las filas del ejército porque la nueva clase que comenzó a surgir después del 1959 no lo quiso más, acusándolo de muchas cosas feas, y por esas causas le prohibían hasta transitar por las calles libremente.

Un mal día del año l961, comenzaron a volar unos aviones sobre Cuba y detuvieron al papá de Almendrita llevándolo inmediatamente para la cárcel, donde lo confinaron primero a solitario y después a calabozo.

Almendrita lloraba mucho por lo de su papá y cuando iba a la visita se colgaba de las puertas del penal para que no se la llevaran, porque ella quería quedarse allí con él.

Muchas veces le suplicó a los militares que cuidaban el lugar que lo soltaran porque el nada había hecho, pero sus súplicas quedaban sin respuestas, solamente el silencio, y un hasta luego que le dolía mucho.

No existen palabras suficientes para narrar todo lo que la niña sufrió viendo a su papá preso y a su mamá haciendo labores domesticas para poder sobrevivir.
Y así se le veía con su hermanita ayudando a la madre a entregar los cajones de ropa lavada y planchada a personas que recibían el trabajo por la cerca y no les abría la puerta, sumiéndola en el peor de los desprecios porque se creían superiores.

Esta pequeñita niña al fin se hizo mujer y un buen día se propuso averiguar si existía algo qué pudiera hacer para liberar a personas que como ella vivían sin derechos ni justicia

Por eso comenzó a leer materiales libres y a conocer a personas que pensaban como ella, y denunciaban al mundo todas las violaciones de los derechos del hombre.

Entonces nuestra Almendrita se llenó de valentía y comenzó la lucha pacífica. Primero se integró a grupos de Derechos Humanos. Después fundó la prensa independiente junto a hombres y mujeres de a pie, además de escritores y poetas que pensaban al igual que ella.

Pero a partir de esta decisión la vida se le comenzó a complicar, pues existen hombres que no entienden la palabra independiente, y todo se convirtió en una lucha.

Detenciones, encarcelamientos y registros, por doquier, pero mientras más hostigamiento existía más deseos de luchar tenía la niña hecha mujer.

Para llevar también el saber a los lugares más intrincados de su pueblo, se integró al Proyecto de Bibliotecas Independientes. Un proyecto que surgió en la parte más oriental de la isla, gracias a la iniciativa de dos personas que no pudieron soportar las mentiras del gobernante cubano cuando aseguró delante de un alto número de periodistas extranjeros que en Cuba no habían libros prohibidos, sino que el pueblo no tenía con que comprarlos…

Nuestra amiguita no sólo puso su biblioteca al servicio del pueblo, sino que hizo muchas actividades para los niños, al igual que repartió ropa y zapatos a los más necesitados, confeccionadas con ropa reciclada y con sus propias manos.

Pero todas estas cosas tan bonitas y humanas fueron mal vistas por los militares del gobierno y más de una vez invadieron la vivienda de Almendrita revolcándolo todo, y llevándose los libros, las revistas, y todo aquello que para ellos era subversivo.

Almendrita no sabía que hacer, pero aún así y a pesar de la cantidad de militares que acechaban su casita diariamente, no se detenía, porque estaba muy segura de que algún día las cosas cambiarían y el pueblo sería libre y feliz como una vez le prometió a sus padres.

En uno de los últimos registros Almendrita sufrió un golpe muy fuerte porque después de un intenso registro donde le llevaron hasta una maquinita de escribir muy viejecita y llena de oxido, regalo de uno de sus compañeros de lucha, su anciana madre se puso tan nerviosa por la cantidad de policías que entraron a la casa, que le comenzó un dolor muy fuerte en el pecho y falleció, quedándose Almendrita sola con su papá también anciano, ciego e invalido.

Pero esta mujer no desfalleció, al contrario continúo la lucha a pesar de su dolor y del año que tuvo que permanecer bajo prisión domiciliaria, acusada de intentar contra la soberanía del país, mercenaria, contrarrevolucionaria, y espía entre otras calumnias desestabilizadoras que le hizo la gente mala que no entiende de libertades.

Cuando cumplió su sanción, hostigada y acosada a cada paso, además del sin número de agresiones físicas y emocionales que recibía como castigo a su desobediencia civil decidió ante una instrucción de cargos impuesta por el gobierno de 20 años de privación carcelaria si continuaba en sus actividades de comunicación social independientes, pedir asilo político a la Embajada de los Estados Unidos para salvarse de la cárcel o de la muerte de ella y de su familia.

Hoy Almendrita, ya vieja, cansada, llena de heridas en el alma, sobrevive en el noroeste de Miami. Pocos son sus amigos, y su economía familiar es sumamente difícil.
Tal vez nadie la recuerde. Otros ni siquiera les importe recordarla, pero sigue viva a pesar del olvido de aquellos que consideró sus hermanos de lucha, y con la esperanza de que un día no muy lejano poder regresar a su patria querida.

Wednesday, June 21, 2006

POBRE TOMÁS

(Esta crónica fue publicada en la Revista Hispano Cubana en España en el año 2003, pero por su actualidad dentro de Cuba, es un tema que merece ser renovado cada vez que sea necesario.)
Por: Adela Soto Álvarez

Tomás es un mulo pinareño que después de desafiar los malos caminos, el fango y la pesada carga que le imponía su arriero en la Tierra Gorda, uno de los más intrincados lugares de la provincia de Pinar del Río, fue trasladado a la ciudad con el fin de ponerlo a disposición de un coche de tracción animal.


Fue la decisión de su dueño ante la caótica situación del transporte público, lo que además le permitiría obtener recursos con los cuales satisfacer sus apremios económicos.


A Tomás lo he visto transportar desde el hospital Abel Santamaría hasta la terminal de ómnibus interprovincial, la astronómica cifra de 16 pasajeros de diferentes talla y peso, con sus respectivos equipajes, y en un coche con capacidad para diez personas a lo sumo.


La verdad es que a su dueño debían sustituirle el coche por un biciexpreso para que demostrara con sus propias piernas y su malnutrición la valentía que refleja en su rostro a expensas del indefenso animal que corcovea, resbala, o incluso se niega a caminar ante la desmesura del esfuerzo a que le obligan.


Pobre Tomás, a rastras con una carga con la que no puede y ante la que cede finalmente por el látigo y los insultos, a pesar de que probablemente no ha podido tomar un sorbo de agua fresca o un bocado de yerba.


Este pobre animal, con melena recortada y cola deshecha, ayuda día a día a aliviar la pésima situación del transporte en la ciudad, sobre todo a la hora en que la cosa se pone caliente, al tiempo que ofrece un extraordinario aporte al bolsillo de su amo abusador.


Con perdón del que hace las leyes, yo le añadiría una página al Código penal que sancionara con severidad el abuso de los animales, tanto o más que al hurto o sacrificio de ganado mayor.


Si Tomás es obligado a continuar con ese ritmo de trabajo por más de doce horas de labor diaria, no le pronostico ni un año más de vida. Además de que afectaría al transporte público, incluso para trasladar enfermos al hospital sustituyendo a las inexistentes ambulancias.


Nada, que en una sociedad con tantas penurias y en las que existen demasiadas leyes para prohibirlo casi todo, alguna ley debia existir para proteger a los animales.


La deshumanización consecuencia de la miseria va siendo cada vez más un rasgo de nuestra sociedad, al extremo de que nadie considera las dolencias del prójimo, imaginense la de un equino, mal oliente, viejo y que no puede quejarse, ni siquiera patear al dueño, que sería su única arma de combate.


Wednesday, June 14, 2006

APUNTES DEL RECUERDO

(Este es el prólogo del libro de crónicas del periodista Raúl Delgado Baguer editado en Miami 2006, que relata sucesos ocurridos en la provincia de Pinar del Río-Cuba antes y después del 1959.
Raúl con una maestría inigualable, recopiló en este anecdotario lleno de pinceladas cubanas, y un costrumbrimos que contagia, sus recuerdos y su amor a la patria que un día tuvo que abandonar por razones políticas.)

P r ó l o g o
Por: Adela Soto
Cuando vamos a prologar, rebuscamos adjetivos para dar ejemplos de fidelidad y belleza. Otras veces transitamos por los tropos literarios en busca también de lo perfecto en el arte de decir, pero cuando lo hacemos frente a una obra como la de Raúl Delgado Baguer, uno de los cubanos desterrados al exilio; quien ha tenido que sufrir el inmenso dolor de ver lejana y cautiva la patria que lo vio nacer, es un honor y un privilegio.


Por lo que las palabras sobran ante la innata hermosura que ha dejado en cada sílaba de este anecdotario, escrito con todo el amor y la añoranza que lo embarga y dedicado especialmente a un recuerdo que prevalece a pesar de las 90 millas, y los años que hoy curten su piel y su memoria.

Crónicas costumbristas y tradicionales, llenas de remembranzas, donde el sufrimiento por su país, y su pueblecito hundido en una de las provincias más occidentales de Cuba, conocido como San Luís, son los protagonistas que componen las páginas de este libro, donde relata con frescura y cariño las vivencias de una larga vida de más de ochenta años dedicados a la construcción de la armonía, la paz y la justicia.

Este hombre, simple, atinado, honesto, con una rectitud personal que ennoblece, nos relata la savia de su terruño, con hechos muchas veces insólitos, pero tan reales como lo son los personajes populares que describe con una maestría admirable, ocurridos en su amada Cuba o fuera de ella, pero donde cada narración es un testimonio de sus inquietudes, sus preocupaciones, la forma en que vio y ve la vida, la nostalgia que siente cuando el horizonte le parece más lejano. Unas veces como hermano, hijo, tío, amigo, Pastor auxiliar, Jefe de un periódico, Procurador Público, o simple periodista, pero más que todo eso…como ser humano.

Sus amigos de la niñez, la juventud. Su familia, el crujir de la tierra bajo los pies descalzos, o la tenue luz de una lámpara casera. Las golondrinas de Mario que no volverán mientras la patria continué esclavizada.

Sus amigos Marimón y Sotolongo, dos médicos cubanos trágicamente fallecidos. Adolfo Valdés, Lino Falero, Los cuentos de Cheo, Perico Pajuela, u otros tantos personajes llevados a la crónica con destreza y devoción. Todos envueltos en una gama de experiencias, y consejos bastos en la filosofía de la vida que ha transitado, y donde la fe en Dios ha sido su mayor arma de combate, su asidero, su salvación y su gloria.

La conmovedora carta de su sobrina Carmita escrita desde la patria querida. El regocijo de haber llegado a los 85 años y continuar aportándole a la vida su sabiduría y presencia. En fin una avalancha de reminiscencias inolvidables envueltas en la más fina de las ternuras a pesar de su temperamento lacónico y grave, las que reviven en cada crónica las múltiples noches de insomnio dedicadas al trayecto que lo separa de sus raíces.

Raúl Delgado Baguer, nació en el municipio de San Luís provincia de Pinar del Río Cuba el día 28 de marzo de 1916 bajo Aries primer signo del zodiaco, asociado con la primavera y el renacimiento, además de su franqueza, energía, entusiasmo, capacidad e independencia y el cual recoge toda la delicadeza, la humildad y la tenacidad de una naturaleza armoniosa.

Hijo de Julián y Amada de origen campesino, luchó incansablemente por lograr uno de sus anhelados sueños juveniles que no fue otro que ser Periodista y con su trabajo, enarbolar la libre expresión de las ideas, y la libertad total de la palabra.

La vida de este hombre ha sido intensa. Con una inteligencia tajante y una apasionada forma de expresión, ha rechazado las transigencias y las mentiras, y ha ido dejando en cada paso una fábula preñada de sabiduría para el aprendizaje de las nuevas generaciones

Cada crónica escrita con el corazón y la añoranza revela las costumbres de la Cuba de ayer, los sucesos acaecidos en los años posteriores a la toma del poder del tirano Fidel Castro, las arbitrariedades del sistema, la represión y la huida de sus pobladores ante la ignominia que los aplasta.

La obra de Raúl Delgado Baguer es una fuente de realidades, preceptos, y discernimientos, la que a pesar de los conflictos emocionales, va cargada de la más hermosa melodía.

Dejemos pues este hermoso anecdotario a la reflexión y a la lectura y aprendamos que la vida no es más que un almacén de frustraciones, alegrías, y experiencias que todas juntas salen a la pluma para que quienes tengan la dicha, puedan descubrir en su contenido la mejor forma de vivir a pesar de los golpes del camino.


NOSTALGIAS EN LA MAYOR


(Poesía 2005)
Por: Adela Soto)


No sabes cuanto siento seguir en esta sombra
Sin saber en qué noche regresaré del todo
con las alas abiertas y los ojos en siempre

Siento escuchar tu voz rompiendo mi paciencia
tú ronca voz de ángel taciturno
para mi pena aguda

Ayer no es suficiente
mañana será poco

Te necesito ahora
sorprendida
desnuda
aunque sea en la pausa
pero inmortal y libre
para que no me duela haberte abandonado

Este sueño que vaga
me lleva a tus esquinas
me revuelca y me mata

Y por mucho que sueñe
permanezco sin ti

Pedacito de isla
que se me clava fuerte


II

Voy por la calle sedienta y siento frío
Un frío que lacera y me consume

La añoranza también me llena sin saberlo
Y siento que me faltas en todas las esquinas

Que me faltas y duele
duele sin repetirlo

Aunque nadie lo note
Aunque nadie descubra mi lágrima infinita

Cuánto diera por transitar tus montes
tus montes más profundos,
soberanos del todo

Sin que nadie se interponga a que te llame mía

Y poder abrazarme a tus terruños

Mi pobre tierra ausente
que abandoné en silencio
pero que llevo a gritos

En cada dolor seco
en cada poro abierto
en cada bofetada que me concede el tiempo.


III

La casa está muda
como una caracola enroscada y sin ruidos

Solamente se escucha el dolor de los puertos
y el arpa solitaria de un pasado nulo

Cuanto quisiera desempolvar el tiempo
y hacer una gran fiesta

Gritarle que me muero
de tanta algarabía
patética y volcánica

Pero mi voz se apaga
entre lágrimas feroces y malévolas

Y tú sigues ahí eternamente triste
mientras se acaba el sueño
en mi festín de auroras