LA OPOSICIÓN POR DENTRO
"ALFREDO MESA"
UN ANCIANO DE ESTIRPE
Por: Adela Soto Álvarez
El valor y la justicia prevalecen siempre a pesar de los años y las adversidades que engendran los regímenes totalitarios.
Así lo podemos ver en este anciano de 81 años de edad, de origen Mambí y veterano del béisbol profesional cubano. Este hombre sencillo, que eligió su camino hace ya mucho tiempo, se puede ver todos los días arrastrando sus piernas por las calles de La Habana, con el fin de descubrir la verdad cubana en cualquiera de sus rincones, además de mantener una admirable atención directa con los que cumplen privación de libertad.
Alfredo Mesa Alfonso, nació en el Municipio de El Cerro, Ciudad de La Habana, el 1 de Octubre de 1920. Católico por excelencia y con una estimulante vitalidad muy envidiable, colabora incansablemente desde su fundación con los diferentes grupos opositores y la prensa independiente.
De rostro menudo y canas en la frente, pero con una mirada limpia y digna, sopesando la vida con la balanza de su signo zodiacal, Libra, es un ejemplo de la lucha de la resistencia cubana, que sin pertenecer a ningún grupo opositor, hace la luz en medio de las tinieblas que cubren la patria que lo vio nacer.
De rostro menudo y canas en la frente, pero con una mirada limpia y digna, sopesando la vida con la balanza de su signo zodiacal, Libra, es un ejemplo de la lucha de la resistencia cubana, que sin pertenecer a ningún grupo opositor, hace la luz en medio de las tinieblas que cubren la patria que lo vio nacer.
En los años 40, fue pelotero profesional, y representó al equipo Cuba, en Panamá, Venezuela y EU, aunque prefiere que hablen de él como un luchador social inclaudicable.
Al arribar a la edad límite para un deportista, realizó trabajos como conductor de ómnibus urbano y además como gastronómico.
Al arribar a la edad límite para un deportista, realizó trabajos como conductor de ómnibus urbano y además como gastronómico.
Actualmente se encuentra jubilado de su último oficio, con un mísero salario de 93 pesos mensuales, pero a pesar de su pobreza y avanzada edad no cesa en sus actividades opositoras, anhelando que su sueño de libertad, se cumpla antes que Dios lo recoja en su seno.
Al culminar sus funciones como deportista, y ante el acontecer social y político de su país, el cual siempre le preocupó —y ya en otras funciones como obrero—, comenzó a introducirse dentro de la oposición cubana.
La mentira, la manipulación, los actos brutales en plena vía pública, las injusticias cometidas contra el pueblo, y su ferviente devoción por el catolicismo, lo hicieron tomar conciencia de la necesidad que tenía su país de que la verdad saliera de su escondite. Por eso se le ve muchas veces aportando su granito de arena para la lucha por derrocar el régimen que impera en la isla.
La mejor lectura para este hombre de fe es la Biblia por eso cumple a cabalidad con uno de sus mandamientos, de amar al prójimo como así mismo.
La mentira, la manipulación, los actos brutales en plena vía pública, las injusticias cometidas contra el pueblo, y su ferviente devoción por el catolicismo, lo hicieron tomar conciencia de la necesidad que tenía su país de que la verdad saliera de su escondite. Por eso se le ve muchas veces aportando su granito de arena para la lucha por derrocar el régimen que impera en la isla.
La mejor lectura para este hombre de fe es la Biblia por eso cumple a cabalidad con uno de sus mandamientos, de amar al prójimo como así mismo.
Bajo esta concepción cristiana comenzó a ayudar directamente a los presos políticos teniendo como precepto la ayuda que los santos, en los que él cree, le han dado a los afligidos que sufren de privación de libertad en cualquier penitenciaria cubana. Refiere, emocionado el acto que presenció en la parroquia de La Virgen de la Caridad hace algunos años, donde el sacerdote, después de terminada la misa de ese día, y pedir ayuda para los presos y sus familiares, soltó una paloma que tenía enjaulada.
Eso lo impactó tanto que desde ese entonces juró ante Dios, que mientras le quedara un hálito de vida, ayudaría a los presos y a todo aquel que lo necesitara, aunque él era muy pobre... Pero eso no importaba porque estar preso era una de las cosas más triste que podía existir en la tierra, y él ama mucho la libertad.
El anciano Mesa es del criterio que el futuro de su isla está en el acuerdo que deben tomar los de aquí y de allá, para que el pueblo sufra menos. Dejar la soberbia, los rencores, el fanatismo de querer abarcarlo todo, sin importar que otros no tengan nada.
Alfredo Mesa Alfonso desea entrañablemente que el pueblo de Cuba en aras de su libertad no pierda la fe en Cristo. “Él es el único que puede salvarnos de la catástrofe”, dijo.