ODA A LA JUVENTUD CUBANA DE LOS AÑOS 60
En esta época todo eran limitaciones, prejuicios, por cualquier cosas te acusaban y condenaban por diversionismo ideológico
Del poemario (Exilio Interior)
Por: Adela Soto Álvarez
Por: Adela Soto Álvarez
A LOS SOBREVIVIENTES
Recuerdo nuestra juventud regalándonos lluvias
Caracolas y rosas
La gente se afanaba por destruir la imagen
Tan sólo por tener el pelo largo
Y larga las verdades
Pero nuestro deseo era mucho más largo
Y entre las madrugadas y los simples acordes
Contábamos estrellas y Olguita se reía
Olguita la más debilucha de nuestras consagradas
Sus piernas como flecos y sus ojos redondos
Parecían doblarse al son de las guitarras
Y todos a escondidas escuchábamos a los Beathes
Sus eléctricas voces eran un evangelio
Invadiendo los bafles
Que lejos estaba la civilización en ese entonces
Creyendo que en una canción cabía el mundo
Pero estaba prohibido escuchar esa música
El rock era un pecado mortal
Pecaminoso
Y Jonh, Paul ,
Lenon, George, y Ringo toda la mala suerte
Eran como la droga o un arma de exterminio
Y por diversionismo y conceptos confusos
Condenaron a Rembert, a Nicolás y a Ranfy
Los tres más entusiastas de nuestro colectivo
Su delito eminente fue escuchar a los Beathes
A Paul Anka y Elvis
Ponerse un pantalón con las rodillas rotas
Porque otro no tenían
O anudarse un pañuelo sobre la joven frente
Y fueron confinados a la UMAP, y al exilio
Ese que tanto duele
Ellos los más entusiastas de nuestro colectivo
Que al igual que los otros
Ansiaban sólo un cielo lleno de confituras
O un pan con longanizas
O pan con viento y viento
Pero para ellos era pan de colores en pop-art
Y en peace-and-love
Brillando en lo más alto
Ya todo esto ha pasado
Y siguen los prejuicios azotando mi tierra
Siguen las expulsiones, el destierro, las cárceles
Recuerdo nuestra juventud regalándonos lluvias
Caracolas y rosas
La gente se afanaba por destruir la imagen
Tan sólo por tener el pelo largo
Y larga las verdades
Pero nuestro deseo era mucho más largo
Y entre las madrugadas y los simples acordes
Contábamos estrellas y Olguita se reía
Olguita la más debilucha de nuestras consagradas
Sus piernas como flecos y sus ojos redondos
Parecían doblarse al son de las guitarras
Y todos a escondidas escuchábamos a los Beathes
Sus eléctricas voces eran un evangelio
Invadiendo los bafles
Que lejos estaba la civilización en ese entonces
Creyendo que en una canción cabía el mundo
Pero estaba prohibido escuchar esa música
El rock era un pecado mortal
Pecaminoso
Y Jonh, Paul ,
Lenon, George, y Ringo toda la mala suerte
Eran como la droga o un arma de exterminio
Y por diversionismo y conceptos confusos
Condenaron a Rembert, a Nicolás y a Ranfy
Los tres más entusiastas de nuestro colectivo
Su delito eminente fue escuchar a los Beathes
A Paul Anka y Elvis
Ponerse un pantalón con las rodillas rotas
Porque otro no tenían
O anudarse un pañuelo sobre la joven frente
Y fueron confinados a la UMAP, y al exilio
Ese que tanto duele
Ellos los más entusiastas de nuestro colectivo
Que al igual que los otros
Ansiaban sólo un cielo lleno de confituras
O un pan con longanizas
O pan con viento y viento
Pero para ellos era pan de colores en pop-art
Y en peace-and-love
Brillando en lo más alto
Ya todo esto ha pasado
Y siguen los prejuicios azotando mi tierra
Siguen las expulsiones, el destierro, las cárceles
La represión, y el miedo
Solamente en la mente el recuerdo lacera
Y la historia continua sin permitir borrones.