Adela Soto
DENTRO DE MI NOSTALGIA
A veces te me antojas posible y subterráneo
Luego te me escapas
y comienza la lluvia a perforar mis huesos
Pero siempre regresas con tu mirada suave
Aunque el polvo te envuelva en su cauce impreciso
Y te traiga sin voz
Sin ojos
Sin palabras
Y me grite
Que eres un hombre imaginado
Que nunca serás cuerpo
Ni caricia,
Ni rabia
El que nunca me llega
El que nunca ha llegado
El que vive sin nombre
Dentro de mi nostalgia
EMBRUJO SIDERAL
Hoy me vi en el patíbulo
Con mil perros lamiendo mis heridas
Yo la que siempre me creí perfecta
Fuerte
Impenetrable
Segura de todas mis acciones
Regrese de súbito
O no me he ido
De la tempestad que me derriba.
Sólo sé que palabras elocuentes
Se empeñan en mis vísceras podridas
Y sigo galopando en el mismo espejismo
Donde no encuentro la exacta luz
Ni bálsamo para mi agreste grito.
Por eso es que a veces pienso que eres un idilio sideral
Una transmutación de mi impaciencia
Y descubro como se abortan mis mañanas
Aferrada a la magia que transpiras.
Incluso hasta me afano en salmos y oraciones
Para evitar esta sed de contubernios
Este orgasmo a destiempo
Que recorre mis brazas
e incendia mis pasiones
II
Antes que anochezca tal vez regrese a la razón
Y comprenda que tu cuerpo no es el cosmos
Que se retuerce en el mar de mi lujuria
Ni siquiera que la melancolía que padezco
Es tu abismo suicida
O esa forma que tienes
De aferrarte a mi locura
De hacer que tu boca
Se meta entre la mía
Y me haga permanecer atada a tu recuerdo
Antes que anochezca tal vez ya éste muy loca
Transpirando tu voz como saeta
Derribando los muros de todos los prejuicios
Para de un solo sorbo llegarte justo al fondo
Antes que anochezca tal vez no quede nada
Tal vez nos quede todo
Y seas el amor
Ovillando mis horas
Con esa forma que
Que tienes de colarte
Pero ahora
En este preciso momento
Como Alfonsina busco el mar
Y una ola que me atrape y que me lleve
Porque de lo contrario
De tu embrujo sideral… nadie me salva
UNA VEZ MÁS
Una vez más con la dolencia a cuestas
Las flores muertas
La pasión con bridas
Escarabajos sobre la alambrada
La mariposa ausente
Y la voz de la dicha cruzando el infortunio.
Qué será ahora de mi barcaza
Anclada a un nuevo mástil
Olfateando el por qué
Del silencio profundo
Después de tantas horas húmeda y grave
Después de tantas horas
Atisbando la aurora
Tan sólo por salvarme la ternura