Adela Soto Álvarez
No quiero la oscuridad
Ni el paso inseguro
Después de haber dado hasta la transpiración
Señor tú conoces los demonios
Que cargamos los poetas
Por eso te suplico
No condenes mi inconformidad
Pero necesito ser luz capital
No una pieza inanimada
En medio del museo de la vida
Donde los espectadores desconocen el alma
No es justo pasar a un estatus inclemente
Tan sólo porque el albur
Propagó sus designios sobre mis retinas
Endebles e inseguras
Ya no me podré mirar nuevamente al espejo
Ni ver las páginas del esplendor
Solamente el ámbito discordante
De un cerebro a mil por horas
Aferrado al titilar de lo imposible
¿Qué será de mi corazón a prueba de crujidos
Conformándose con mensajes a tientas?
El que siempre fue lozano
De pronto atado
Al ángulo sórdido y confuso
Sin poder divisar los prodigios de la pluma
Cuando quieran derramarse
Perpetuando la belleza
¿Por qué entonces esta suerte de epitafio
En plena transparencia?
¿Por qué me desheredan del albor
Condenándome a vivir un cataclismo
Que disloca sin piedad mí presente y futuro?
¿Qué podré hacer Señor anta lo irreversible?
Sí por mucho que imploro
Todo me suena injusto
Los árboles, las rosas
Las aves,... hasta las piedras
Añosas y apagadas
Sólo me responde el conformismo
Del poemario ¨Viaje hacía la nada¨
Miami-2009
¿Por qué esta realidad arruinadora
Precisamente ahora
Que estoy en medio de una guerra libre?
¿Por qué esta realidad arruinadora
Precisamente ahora
Que estoy en medio de una guerra libre?
No quiero la oscuridad
Ni el paso inseguro
Después de haber dado hasta la transpiración
Señor tú conoces los demonios
Que cargamos los poetas
La necesidad de describirlo todo
Por eso te suplico
No condenes mi inconformidad
Pero necesito ser luz capital
No una pieza inanimada
En medio del museo de la vida
Donde los espectadores desconocen el alma
No es justo pasar a un estatus inclemente
Tan sólo porque el albur
Propagó sus designios sobre mis retinas
Endebles e inseguras
Ya no me podré mirar nuevamente al espejo
Ni ver las páginas del esplendor
Solamente el ámbito discordante
De un cerebro a mil por horas
Aferrado al titilar de lo imposible
¿Qué será de mi corazón a prueba de crujidos
Conformándose con mensajes a tientas?
El que siempre fue lozano
De pronto atado
Al ángulo sórdido y confuso
De una bomba de tiempo
Sin poder divisar los prodigios de la pluma
Cuando quieran derramarse
Perpetuando la belleza
¿Por qué entonces esta suerte de epitafio
En plena transparencia?
¿Por qué me desheredan del albor
Condenándome a vivir un cataclismo
Que disloca sin piedad mí presente y futuro?
¿Qué podré hacer Señor anta lo irreversible?
Sí por mucho que imploro
Todo me suena injusto
Los árboles, las rosas
Las aves,... hasta las piedras
Añosas y apagadas
Sólo me responde el conformismo
Y la eterna soledad por compañía.