No sé si llegarás tarde
Cuando las oropéndolas
No crezcan en mis ojos
O en el mismo instante
En que se agriete mi rostro
Y el corazón me lata
Con un tintinear lento
Y sin voz
Pero no tengo remedio
Con esta soledad tan apegada
Te recuerdo
Tierno y lozano
Tratando de conquistar mis horas
Con la boca ardiente
Y desbocada
Regalándome trinos
Islotes de paz
Estabilidad eterna
Recreo en silencio
Tu sonrisa limpia
Y trato de mirarme nuevamente
Dentro de tus pupilas verdes
Soy tuya en mis anhelos
Y eres mío
En la tranquilidad de mis quimeras
No en vano
Me sabe dulce
El espejismo del retorno
Escuchar tus pasos
Acampados en mi vejez
A la vez que me libras
De éste sentimiento
De abandono
No sé si llegará tarde este poema
Pero créeme
Te necesito urgente
Puede ser majestuoso
El volver a encontrarnos
Que sientas nuevamente
Los relámpagos
De mi fuego
La emoción absoluta
Que resbala por mi piel
Y se queda intacta
En espera
De volverte a ver
Deslizándote
Por los antojos de mi cuerpo.