Así como una mujer puede ser otra y vive
Así como el dolor despedaza y construye
Permanezco ceñida al pedazo de alma
Que aunque estéril respira
Que aunque lánguido y grave
Continúa adherido a sus viejas usanzas
Usanzas cotidianas de regar sus caprichos
De inocularse al aire su nueva sinfonía
Créese juvenil ante unos ojos vírgenes
Sentirse abeja, gorrión, rosa, y paloma
Cada vez que una palabra
Le hace nido en el pecho
Así como la creación preocupa a los incrédulos
Así como a la ciudad le duele ser la misma
Cuando no tiene un banco, un árbol o una lluvia
Donde poder retener las caricias del viento
Voy de noche en noche reviviendo cadáveres
Para si por casualidad la muerte me descubre
Sepa que siempre fui la inocente muchacha
Que nunca quiso irse
A pesar de los golpes.