Creo
Porque tengo que creer.
En las balas que impulsa el enemigo
En los hombres que se vuelven lobos
A pesar de que la luna no sea llena.
En las estacas que clavan al corazón
Y después se vuelven chupa sangre
Y mienten al ver caer mis días
Sobre el pavimento cotidiano
Creo en este amor descomunal que no me tienes
Ni me tendrías aunque vuelvas a nacer
Y yo calme tus excesos.
Con mi huracán de deseos destinados
Creo en los argumentos de la felicidad
Porque la siento
Pocas veces
Pero absoluta
Desbordarte
Casi asfixiante
Creo en los granos del café
En los de mostaza
En el pan diario
Y hasta que mi torpeza
Es culpable de mi desequilibrio espiritual
Creo en la escolta de ángeles
Náufragos que asedian mis entendederas
A la hora que me pongo a puro grito
Porque quiero que estés
Y te me escapas
En la ira de Dios y su venganza.
Cuando me pone de rodillas
Suplicante,
Y me creo dueña
Y soy menos que una servil mujer
Sin candelabros.
Creo en este amor gigantesco que no me das
Ni me darías aunque tuvieras la esperanza
De que mi fortuna fuera más que las polillas
Que mancillan mis libros
Todos escritos en un cautiverio emocional
En orfandad de sueños
En viudez de compromisos
Creo en la maldad de tus ojos
En el destino final de tus instintos
En el incierto rumbo que padeces
Y las gotas de sangre que me sacas.
Creo en este amor lejano
En este que no me crees
Aunque te jure
Aunque cometa adulterio
Aunque atice a todos los demonios
A la hora de darme y entregarme
En cada poesía articulada
Creo en el ayer y el hoy
Tal vez también en el mañana
Donde siempre cabalgues sin destino
Y siga presa entre tus redes.