La mujer confinada
Camina insatisfecha
Demasiados pretéritos
La chancla al cuello
Y el montón de racismo
Clavado al mismo centro
Horas de vuelo
En zonas pantanosas
bituperios en ziza
A boca de jarro
Son las únicas dadivas
Que
recibe en gratitud
No
queda estancia en los espejos
Ni
halagos de otras bocas
Ni
siquiera el susurro armonioso
Del
agua donde ahogan al pez
Madrigueras
sin auxilios
Topos
encaletados
Rumiadores
y porcinos
En la
misma cesta
Son el
pan nuestro
Para ella no existe
absolución
La
mujer desterrada
Lleva
arena en los ojos
Rutina
y barbitúricos
Junto a estocadas
de milenios
A tanta
vida ausente