Siempre creí era
dueña de, mi y
mis ideas
que nunca nadie
conduciría mis
dominios
y por eso
me mantuve
despierta
a pesar del
aguacero y el terremoto
la embestida del
dragón
y sus lacayos
derrumbando la aldea
Erguida
dentro del
basurero
amamante a las
cabras
y a los demonios
del plebeyo mayor
mientras las
lágrimas corrían
arruinado mi piel
y mis sentidos
Me mantuve silente
aun conociendo el
derrumbe
emocional y las
avalanchas
de blasfemia que
me ganaba
junto a los punta
pies con filo
de estilete para
que penetraran
hasta la misma
medula
tan solo por observar
al horizonte
Hasta ese día que
me miré
al espejo en
busca de mi corona
de oro puro y
piedras preciosas
y tan solo vi
una corona de
espinas
Pobre mujer errante
dueña de qué
si nunca alcance
tronos reales
ni frases que
calmaran el tedio
aunque viviera
con las uñas por fuera
desafiante y valiente
El corazón era un
pedazo
de esquirla
el amor algo
invisible
el cuerpo
crucificado
entre la ballesta
del mandril
o cualquier
tirapiedras
dispuesto a la embestida
Que hicieron
de la niña gélida
con voz de sirena
melancólica
escribiendo
poemas amorosos
dejando en cada página
En qué
convirtieron
a la muchacha
erótica
de ojos
incandescentes
que al declamar
despertaba los
instintos
más ocultos
¿A dónde fue a
parar la que nació conmigo?
poemas
desgarrados
historias que
conducen al crimen
o continua
enfrentando
amores de
mentiritas
soñando con
príncipes azules
que nunca
llegaron en caballos
a sacarla del
agujero?
El tiempo le paso sobre la vida
y convertida en cordero,
esclava y prisionera,
Es esa de harapos raidos
que se le va la voz
los oídos y la
sonrisa
Es esa mujer de
la tercera edad
llena de hilos de
plata y mirada perdida
La que tenía
labios hermosos
y hoy están convertidos
en mueca
Ese encorvado
esqueleto
que camina por los juglares
disfrazada de
emperatriz
con un donaire
traído de otros mundos
más perversos
Es esa que fue leña
y carbón
que se ata entre
corchetes
con miles de
papeles
que para nada
sirven
Montones de
títulos colgados
condecoraciones,
cuadros empolillados
que solamente
sirven
para limpiarle el ano
a los plebeyos