PREJUICIOS RACIALES
Por: Lic. Adela Soto Álvarez
La raza ha dividido a los pueblos durante milenios, a pesar de que la perspectiva bíblica no permite estas diferencias, porque Dios de una sola sangre hizo toda la estirpe de los hombres, pero aún así el racismo ha sido el flagelo de la humanidad, donde la intolerancia y la discriminación es el resultado más áspero.
Muchos ejemplos pueden citarse en cualquier documento que retome el tema racial, donde no dejan de existir los resentimientos y el orgullo de la raza mayoritaria que sin analizar explotan y discriminan a la raza minoritaria, convirtiéndose estas actitudes en las más despreciables de la misericordia.
Para hablar de exclusiones tenemos vastos temas, pero uno de los más notables debemos retomarlos en Cuba, la que consideró a partir del año 59 resuelto el problema racial con las promociones antirracistas que daba el gobierno y demostraba, mediante la educación y las medidas institucionales, de abrir las puertas al negro en lugares prohibidos, con el objetivo de mejorar sus condiciones de vida, tan reprimidas antes de esa fecha.
Tales beneficios no dejaron de excluir los instrumentos insustituibles del asociacionismo civil, la prensa y los debates públicos, regresándolos en este sentido a la peor posición de toda su historia.Por todas estas razones el racismo sigue constituyendo uno de los fenómenos más complejos de la isla caribeña.
Esta concepción por llamarla de alguna manera, debatida durante décadas por diferentes movimientos de integración racial, no ha cambiado y continúa definida como una de las exclusiones sociales que más gravita sobre la vida de una gran parte de los ciudadanos cubanos.
Se ha llegado a la conclusión de que el negro en Cuba no es excluido por decreto, pero los prejuicios estereotipados le impiden llegar a las elites sociales, y así se puede comprobar constantemente.
El Marxismo Leninismo, doctrina que predomina en la isla a pesar de lo arcaica, buscó la posibilidad de la integración, condicionando su participación a la aceptación de una ideología excluyente.Sin embargo estas cuestiones en la práctica, no acarrean otra cosa que no sea la discriminación constante y no solamente en las manifestaciones burguesas, sino que se palpa en un país supuestamente socialista, y que reafirma constantemente su igualdad ciudadana.
En Cuba el pequeño grupo de negros que ha tenido posibilidades de escalar los peldaños de la elite social no define nada, porque en los análisis de los prejuicios, la discriminación y el concepto de raza sigue excluyendo a la mayoría.
Y así se pude comprobar en diferentes trabajos realizados por los Movimientos de Integración Racial, y algunos periodistas independientes amantes de la investigación, entre ellos los de la provincia más occidental del país Pinar del Río.
En este análisis se conoció que del 100 por ciento de los habitantes que tiene la provincia vuelta bajera, el 40 por ciento son negros, de ellos solamente el 0.002 por ciento han hecho maestrías y doctorados.
El 4 estudia en universidades, el 1 ocupa cargos directivos, y los que han logrado puestos de trabajo en las áreas de la divisa, la mayoría realiza labores de servicio, como choferes, cocineros, auxiliares, porteros, vigilantes de parqueos de bicicletas, camareros, etc. Todos de baja remuneración.
Se conoció además, que del 100 por ciento de la población penal de esta provincia, el 70 por ciento son negros y mestizos.Estos datos estadísticos demuestran la falta de representatividad, confiabilidad y exclusión a que son sometidos los hombres de la raza negra en una isla que promociona al mundo lo contrario.
De igual forma ocurre en el resto de la isla donde la realidad del negro no es otro, que ser la minoría dentro de los cargos confiables.
Dentro de estos prejuicios raciales podemos destacar la doble discriminación que sufre la mujer en cualquier sector de la economía nacional, incluyendo los primeros niveles del estado cubano, donde de 274 féminas que ocupan cargos directivos ninguna es negra, ni siquiera mestiza.Todas estas cuestiones demuestran que el problema racial en la Constitución Caribeña no ha sido otro que un tratamiento formal, pues a pesar de que la mal llamada revolución del 59 propinó un golpe duro al racismo, o por lo menos logró que el pueblo lo sintiera, se equivocó al igual que con otras cuestiones.
Porque el problema del negro no alcanzó la solución definitiva.A causa de esta realidad, en los años 90 con el derrumbe del socialismo, se interrumpió el lento proceso de integración que se venía produciendo y se estableció un rebote social, que los sorprendió indefensos ante el resurgimiento de severas condiciones económicas que empeoraron los prejuicios raciales y por ende la supervivencia.
En la provincia de Pinar del Río, por mencionar una de las más occidentales del archipiélago se puede observar que en los barrios marginales residen muchos más negros que blancos.Sus viviendas se encuentran en mal estado, otras no han pasado de ser barracones.
Un alto número de sus familiares tiene que vivir hacinados en chozas inmundas, así como sus posibilidades económicas también son drásticas, ya que la bolsa de empleos los discrimina a la hora de ofertarles trabajo.
En casi todos los casos las ofertas son para auxiliares de limpieza en los diferentes hospitales, o trabajos en el tabaco para manojeo, ensarte, o recolección, al igual que en la caña como alzadores o macheteros, o la construcción como ayudantes.
Es decir trabajos expuestos al sol, con mala alimentación y de mano de obra fuerte y barata.Todo esto va unido a las palabras despectivas de muchos ciudadanos que al referirse a ellos los llaman por su color, no por su nombre, con el fin de humillarlos y recordarles su raza.Otra muestra de racismo lo pude observar en una de las panaderías estatales de la provincia occidental.
Un blanco le decía a un negro, de forma aparentemente juguetona, qué cómo era posible que hubiera conseguido una plaza de panadero, porque los negros solamente servían para esclavos.
En la Academia de Ciencias de la misma provincia por los años 80 -90, asistieron a una reunión nacional, el contador principal que era de la raza negra y el chofer que era de la raza blanca.Cuando llegaron al lugar los representantes del nivel superior mandaron a sentarse al blanco y dejaron al negro de pie..
Cuando el contador aclaro la equivocación uno de los representantes lo miró de arriba abajo, a la vez que sin pedirle disculpas, exclamó extrañado, de qué cómo era posible que un negro tuviera un cargo.Anécdotas como estas son muchas las que pueden comentarse pero realmente la situación del negro en Cuba es alarmante con más dureza en los últimos años del desastre económico y social.
Y no solamente en la discriminación verbal, también lo es en el desempleo que para el negro frisa cifras alarmantes.Muchos para poder sobrevivir tienen que dedicarse a trabajos ilícitos y otras formas de supervivencia inimaginables.
La juventud y la niñez enfrentan diariamente la discriminación en las escuelas, centros de recreación y la misma calle.Un alto número de jóvenes deambula en la mayor inercia, de esquina en esquina, llenos de complejos y sin opciones para su futuro.
En la actividad de cine, teatro, o cualquier puesta en escena dentro de las artes dramáticas, también son discriminados.
A los negros solamente le ofertan papeles secundarios, como esclavos, chóferes, porteros, o tarugos
.En algunos casos en la radio por ser un medio que solamente la voz predomina, a los que poseen timbre grave, les permiten papeles principales, de lo contrario van a parar al mismo repudio que les ofrece el resto de los medios.Un alto por ciento de la comunidad negra en Cuba es de bajo nivel intelectual a causa de la propia discriminación a que son sometidos.
Muchos se alejan de sus posibilidades aunque tengan amplia capacidad por evitar el desprecio y la burla a que son sometidos por cualquier causa.
El negro cubano por sobradas razones históricas no emigró, quedó en su propia tierra mucho más excluido, sin remesas familiares, ni vías de adquisiciones privilegiadas, teniendo que acudir al matrimonio con extranjeros, al jineterismo o proxenetismo
Muchos viven en sus diferentes barriadas expuestos a las constantes acusaciones delictivas sean o no culpables, porque el concepto general es, de qué si ocurrió un hurto, una agresión, un abuso sexual o un asesinato o cualquier manifestación en la conducta, detrás está la mano del negro, porque lo consideran capaz de todo.
Por eso se les ve deambular asustados porque si ocurre cualquier delito saben que aunque sean inocentes, las represalias van sobre ellos.La policía en muchos casos los detiene por simples sospechas y a cada paso les pide la identificación y si no la poseen los esposan sin conciencia y les propinan fuertes palizas públicas y bajo las peores ofensas raciales.
Hay personas en la isla extremadamente racistas que tienen un concepto muy equivoco del negro. Dicen que cuando nacen lo hacen con una gallina hurtada en la mano, y que donde vive un negro, el robo es seguro.
El problema del negro en Cuba se puede definir como un proceso histórico y de lucha contra la subordinación a causa de las injusticias y desigualdades que ha sufrido y sigue sufriendo a lo largo y ancho del tiempo.
La colonización ha persistido como un componente consustancial en la historia negrera y solamente podrá tener solución cuando existan procesos vitales en la conformación nacional, que erradiquen tales prejuicios.
La interrelación histórica de diversas comunidades en la isla, iniciada con la fusión de europeos y africanos, reducida por su condición de desposeídos a esclavos, y por el color de su piel a negros, fue un proceso de inversión que impidió formar una conciencia única de pertenencia, identidad y destino.
En este caso lo esencial y la pertenencia del género humano quedaron subordinados a la apariencia y al color de su piel.La subordinación fue la causa de la transformación de las ideas irracionales en prejuicios raciales e ideología racista por la clase dominante.
Este proceso de identificación fue frenando posteriormente cuando los negros se fueron a la guerra con José Martí y muchos se convirtieron en héroes, pero cuando regresaron, la República los recibió como lo que habían sido antes,… negros y sólo negros.
No les cambio el concepto, y la causa por la igualdad y la justicia social por la que pelearon continúo sin solución.Se conoce además que no fueron representados por ningún partido tradicional, y los intentos de crear partidos independientes sucumbieron en la masacre que existió y existe todavía.
Fue así como los patrones blancos comenzaron a discriminar a sus similares con menor cultura.Posteriormente la participación en las luchas dentro de los sindicatos y partidos de izquierda le propiciaron algunas conquistas plasmadas en la Constitución del 40, pero la Colonia no tenía interés en solucionar el problema del negro, aunque la República permitió el asociacionismo y el debate público.En fin durante los siglos el problema del negro adoleció del tratamiento integral que requiere un fenómeno social de tan alta complejidad.
El prejuicio racial requiere de cierta prioridad y de facilidades en el acceso a la integración con los mismos espacios y derechos civiles que permitan una reconciliación entre negros y blancos.El término raza es un término impreciso porque no está basado en datos científicos, prueba de ello lo es que personas de diferentes razas pueden entrecruzarse y producir descendencias fértiles.
Lo que indica también que el racismo va más allá de actitudes simplemente individuales. Estas actitudes raciales pueden convertirse en la mentalidad de un grupo de personas que usan estas normas y leyes culturales para ser usadas muchas veces por inferioridad y temor
Se deben tomar experiencias positivas alcanzadas a través de estudios, que lograron pautas contra la discriminación ayudando al desarrollo de la cultura del negro, y a la formación en los valores de la conciencia nacional.
Con una comprensión integral dirigida simultáneamente contra prejuicios y causas, se puede lograr un proceso de justicia social que haga desaparecer los dogmas y las exclusiones raciales, así como la identidad del hombre sea el fruto de la reconciliación de su conciencia, y donde negros y blancos tengan un destino común dentro de la sociedad que vivan sea cual sea.
Por todas estas razones los movimientos raciales en Cuba deben luchar incansablemente por lograr la reconciliación y la igualdad tan merecida y derrocar de una vez por todas con la discriminación y el abuso que existe en esta gran brecha racial y cultural, tan sólo porque la epidermis lleva un color u otro. Que de una vez se alce la dignidad y la entereza de todos los hombres por su valor neutral.