Divino
Presa perfecta
Para el deseo que llevaba
Por eso comencé a penetrar tus ataduras
Todas exorbitantes
Para una mujer sin bridas
Traté de penetrar hasta la médula
Visité los rincones silenciosos
Incluso estrené cosas nuevas
De forma organizada
Creo que llegué hasta la aorta
Donde no encontré
Ni la más leve sofocación
No llevabas latidos
Ni siquiera pasiones secuestradas
Para mi tiempo
Todo lo que parecía limpio
Tenía un resplandor maloliente
Y confuso
Para mi forma de ver la vida
Entre daga y soez
Habitaban demonios
Incalculables
Eras un hombre sin ilusiones
Sin ese encanto que vi
Con mis ojos deformes
Qué equivocación contigo
Por eso
Cuando saltó la primera mordida
Y comenzaron las palabras
A inundar la tranquilidad
Descubrí un valle de sombíes
Presuntuosos
Empecinados en hacer polvo
Mi devoción
Creía que eras Mágico
Mágico y soñador
Y tan sólo eras de albardilla
Sin cocer
Un pedazo de hombre
Como especie
A quien le falta sublimidad
Y no sé cuántas cosas