POESIA
AUTOR: ADELA SOTO ALVAREZ
---------------------
-------------
---------------------
-------------
MI CORAZON
Hasta hoy guié a mi corazón
ahora es un simple latido
talismán que aguarda
todos los zarpasos
Así lo acepto
después de tantos golpes
y tantas embestidas
Déjalo funcionar
a media máquina
aunque no sea óptimo
ni siquiera un corazón auténtico
Y solamente le queden aurículas deformes
y una pequeña arritmia
consumiendo su tripa
Hasta hoy guié a mi corazón
ahora es un simple latido
talismán que aguarda
todos los zarpasos
Así lo acepto
después de tantos golpes
y tantas embestidas
Déjalo funcionar
a media máquina
aunque no sea óptimo
ni siquiera un corazón auténtico
Y solamente le queden aurículas deformes
y una pequeña arritmia
consumiendo su tripa
SUEÑO
Yo la soñé despierta
y estaba allí
sobre el mástil del puerto
Era una cartomántica con los ojos serenos
henchida de placer sobre las aguas
A su lado un delfín repetía tu nombre
mientras miles de estrellas caían como ráfagas
Habían muchos coches,
muchos caballos flacos, sin jinetes ni rumbo
Y una gran multitud tambaleando en el puente
Entonces me aferré a mi velero
Y regresé a mi casa
Mi casa sin paredes
Mi casa sin jardines
Ni siquiera quedaba una cuerda
donde poder asirme
Y busque entre las hojas del único arbolillo
aquel donde grabamos nuestros nombres y un beso
Nada quedaba allí
todo desconocido
Mi casa
mi ciudad
mis árboles
el tiempo
Solamente encontré una mujer ajada
apretando en sus manos
un motón de recuerdos.
MINIMA MUJER
Ha sido una mujer
que se extingue en la sombras
de una ciudad inmensa
donde brillan las nubes
y el cielo se engalana.
Una mujer tan mínima
que a veces no aparece en ningún calendario
y aunque busquen su rastro no encuentran ni una huella
a pesar del cúmulo de batallas ganadas
y batallas perdidas.
Ni siquiera en los diarios aparece su nombre
aunque un día fue voz de muchos titulares
Vive bajo fuertes dosis de fármacos silentes
y en la incertidumbre del beso que no llega
o la caricia cómplice que calme todo el miedo
Es una mujer pequeña
en un mundo muy amplio
Una mujer sin uñas
para enfrentar las turbas que cruzan a su diestra
No tiene ni una luz
ni siquiera antifaz
para esconder el rostro a la hora del fuego
Y ahí la ven intacta
hostigada
y vacía
En una calle seca
en un ciudad seca
en un planeta seco
Donde nadie le oferta
ni un gallardete en blanco.