Voy a convivir con mis demonios
A colgar de sus costillas mi locura
Me duele el corazón de tanta horca
Me duele la razón
Me duele todo
Yo que siempre hablé el mismo idioma’
Y enfrenté las sombras dignamente
Sin condenar mis pensamientos
Ahora me cambio por un triste mendrugo
Me cambio por piedad
Me cambio por un gesto
Que no me sepa a miedo.