En este recinto mal trecho
Sin
Nada que reportar
Solamente las penas del demente
Con más neuronas que los juiciosos
Aunque me saquen del combate
Porque miró con cien ojos
Y protesto con cien lenguas
Veo desde mi oscuridad a una gaviota
Con luz provisoria
Sobre el mismo tejado que me ampara
Diviso moscas y arañas
Dejando sus tentáculos sobre la incertidumbre
Se marchitan los álamos.
Resuena un tiroteo de peñascos y piedras
Contra gente sin pecho
Y me aferro a la razón para olvidar
Los indicios que revelan
Que soy una extranjera
Residiendo
En el insólito desdén de un cruel camino
Donde tratan de hacer
Nuevas historias
Con mi cuerpo.
Desentonado
Y
Casi nulo