De repente
El ruido de los pájaros
Destruyendo las hojas
Todo era tan perfecto
Que no creí en la estampida
Ni en la alucinación
Del parpadeo
Deje tu cuerpo sonar como una ola
Sobre el hemisferio de mi melancolía
Y allí fuimos a la antigua
Dos locos en apuro
En medio de un abismo que nos ata
Ahora somos menos
Que la palabra que el viento deteriora
Menos que el chirrido de la niebla
En la respuesta que nunca pronunciaste.