Una
ola y otra
Surcaron
por mis ojos aguerridos
No
había pausa para mi infortunio
Y
continúe el camino
Creyendo
en la ventura
De
los desventurados
Muchos
caminos cerraron a mi paso
Muchos
crédulos me dieron de beber
De
su pócima inconclusa
Otros
me lanzaron desde el primer saludo
No
había eso que se llama corazón
Todo
era piedra
Que
rueda y rueda cada vez mas piedra
Oportunismos
Disfraces
de mejor postor
Y
la lágrima asesina
Agotando
la entereza
Todo
parecía sólido y sereno
Que
no podía creer
Salir
de mi fascinación
Tan
a la fuerza
Y
así comencé a quedarme nula
A
perder la voz
La
que con tantos bríos
Alce
siempre en pos
De
la vergüenza
No
hubo más reino para mí
Que
la jaula
Y
el arrebato
Paredes
de aflicción
Puertas
cerradas
Ni
siquiera una planta que cultivar
La
tierra era infecunda
También amistades
Y familia
Esa
que dicen los libros
Es
la célula de la sociedad
No
pude por mucho que me esforcé
Sacar
a la luz mis testimonios
Carcomidos
Tampoco
el sin fin de poemas
Narrando
cuitas y pasiones
Así
fue llegando poco a poco
La
tiranía de dolencias
Todas
de golpe
Mancillando
espíritu y cuerpo
Cuerpo
y espíritu
Ya
ni siquiera podía postrarme de rodillas
Para
pedir dicha o perdón
No
era época de afortunados
A
pesar de las luces
Y
el brillo incandescente
Solamente
Existía
una verdad tremenda
La
mía
La
que destroza el pecho
La
que a nadie le importa