Hundida en imágenes hurañas
Voy dejando de ser.
La gélida muchachita
Que temía a los murciélagos
Al chocar con las tablas.
Húmedas y polvorientas
Que cobijaban la choza familiar
El recuerdo es como talismán sagrado
Permanece engalanado sin cansancio
Cierro los ojos y veo el aguacero
Penetrar sigiloso
En cada crepitar
Del el dolor
Y la remembranza
Siento alivio de a guarecerme
Bajo este manto de tristezas múltiples
Sé que no es hora de soñar
Aunque la mente siga haciéndome sus guiños
A pesar del lasitud y los sablazos
Que aún no doblan mis piernas.
La casualidad me asalta
Y grita desde
lo más profundo
Por eso es que me siento viva
Después de las batallas
A tiro cruzado
Perpetuadas
contra mí
Llevo coraza de hormigón
Que no se extingue
Ni aun estando
Frente al espiral de la muerte
Será por eso
Que siento quietud
Aunque la imagen
Comience a exhibir sus grietas
Pletórica en cifras abominables
Sigo aquí
Prendida con alfileres
Recreando el pasado con el presente
Imaginando que el tiempo es de arcilla
Y puedo modelarlo
A mis antojos