“El mayor enemigo del hombre no es otro que su propio ego, pues este, mientras no está dominado, lo vuelve sordo y ciego al bien. Pero Dios le ha dado al hombre una amiga preciosa, su propia alma, que no ha dejado de hacerse escuchar por él y de guiarlo hacia la Luz que busca más o menos conscientemente”. Marie Corelli (1864-1924) Novelista británica.
ENTREVISTA LOS AZOTES DEL EXILIO NOVELA
SEGUIR...
TRADUCTOR
DEDICADO A MIS PADRES
Monday, April 30, 2012
ARMADURA
Sunday, April 22, 2012
DENTRO DE MI NOSTALGIA
posible y subterráneo
a perforar mis huesos
con tu mirada suave
en su cauce impreciso
Thursday, April 19, 2012
ENTRE EL RECUERDO Y LA NOCHE

Entre el recuerdo y la noche
Se levanta tu majestuoso cuerpo
Esbelto y varonil
Y comienza a navegarme la esperanza
De que tal vez un día
Llegues como la tarde
A rebanar mi amor
Entre tus ojos cristalinos
Y precisos
Créeme
No puedo evitar
Que comiences a lloverme como bruma
Y regrese al pacífico momento
Donde me aprendí tus labios
De menta, y yerbabuena
Como duele recordarte
Bajo la enredadera
De incienso y no me olvides
Saberte un muchacho del cosmos
Modelando
En las docilidad
De mis piernas
Tus agudos deseos
Mientras el mundo gritaba
Sus cantares pecaminosos
En protesta
Cómo recuerdo ésta noche
Los cánticos pluviales
Donde enlazábamos
El tiempo al sexo
Viendo pasar la vida
Con su argucia
Y su dolor
Dispuesta a disolvernos…
Como lo hizo.
HILVANANDO TÚ NOMBRE

Te busco en mi aposento
Te llamo
Con voz desesperada
Y sólo logro rescatar recuerdos
Entre las partículas
Que forman mi cerebro
Aturdido y sonámbulo
Tú nunca sabrás de este lamento
Que surge entre mis nervios
Como daga incansable
Me dueles
Y vives desarmando mis horas
Entre el por qué
Y el miedo
De que te hagas de viento
Si supieras
Como persiste
Tu risa contagiosa
Tu piel fantástica y suave
Te busco incansable
En cada día
En cada madrugada
En mis pupilas
Con sabor
A lejanía
Y a destiempo.
Si oyeras mi llamado
Aunque fuera el susurro
Que permanece virgen
Si volvieras
Con tus manos de seda
Siempre alertas
Pero todo permanece
Inmutable
Como adiós sin vuelta
Desde que te marchaste
Paso las horas
Hilvanando tú nombre
Me he vuelto navegante
De lágrimas inmensas
Suelto las amarras
Y te veo sediento
Saciándote en mis aguas
Mientras muero de cólera
Por no tenerte cerca
Añoro tu regreso
La fuerza de tu fuerza
El amor que me diste
Y no supe
Retenerlo