De nada vale tener tres ojos, o tres manos
Un espíritu multiplicado en sueños
O una barita mágica
Para creer que atrapamos la luz
Cuando realmente se nos hace escurridiza
De nada vale ser fiel a nuestras alas
Y echar a un lado los misterios
Para que fluya el corazón soberanamente
Si los brujos acechan
La parte más enclenque
Y nos llena de pócimas la realidad
Convirtiéndonos en un ir y venir
De caracolas torpes
De nada vale izar al viento la modestia
Si la muchedumbre entorpece cada callejuela
Cada intento que se atreve
A declinar su obra
De nada vale amigo mío
Querer ser tigre o León
Si simplemente somos su manjar más predilecto
En esta sociedad
Donde vale más la intolerancia
Que la sangre
Que va irradiando el alma.