Ya no me
sensibilizan tus mensajes
Ni el pequeño
recuerdo
De cosas
aceptables.
No me salta
el vientre
Cuando escucho
tu voz
O imagino
tus pasos
Tampoco me
tiemblan las manos
Si pienso
en las tuyas
Abrazándome
Ni siquiera
cuando confundida y sublime
Me llene de
valor
Al cobijarte
Sé que todo
pasa
Que la vida
nos lleva con sendas de optimismo
Y después nos
arroja a ese vacío atroz
Por suerte
el golpe, fue profundo
Pero revotó
como lo hace todo
Y nuevamente
Me llené
De sensaciones
nuevas
Y de una fe
tan grande
Que al escuchar
tu nombre
Nunca sé si es que existes
O sólo eres
el polvo
Que habita
en los rincones.