ENTREVISTA LOS AZOTES DEL EXILIO NOVELA

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TRADUCTOR

DEDICADO A MIS PADRES

Friday, April 26, 2013

ARMADURA INFALIBLE




DEL POEMARIO (MI HIJO EL REO)

 
Pensé
Que mi armadura era infalible
Que jamás la impotencia
Acecharía sonora
Lanzando mi equilibrio
A la inclemencia

Tampoco presentí
El descontento
Que cabalga
Por mi piel a toda hora

Mucho menos
Saberte sometido a la impiedad
De los fríos barrotes

Cuando tanto he hecho
Por desterrar de ti
La mala suerte

Hijo mío
Hoy te veo sumido
En una espera larga
Mientras tus piernas
Dejan de responder
Tú hígado se inflama
Tus dientes se desprenden
Encanece tú pelo
Y no le importa a nadie...

TREINTA AÑOS






 Del poemario (MI HIJO EL REO)


Treinta años es como decir

La vida toda

Poner el corazón en crisis

Y ver que la esperanza va rumbo

A un asidero.


Difícil

Cacareo

Indefinido

Que todos los días

Regresa el torbellino
Y rugen los fantasmas
Envueltos en fétidas excretas

Y orinas putrefactas


Roedores, insectos

Agua insalubre

Filtraciones de cal

Muertes

Suicidios

Enfermedades

Y amenaza


La luz es tenue

Tal vez no existe luz….Es más posible

Porque la neblina

Los va dejando ciegos

Y regresan los péndulos

A recordarles

Que el período

Es feroz

Y que devora


Comienzan a dolerles las angustias

 El grito se hace hondo

Irresistible

Y el amo sigue ahí

Alzando la palabra

O el látigo palabra


Se inflama la gente de todo el hemisferio

Empinan un nuevo desafío

Y sólo encuentran una tortura nueva

Porrazos a mansalva

Altas tensiones de quién sabe cuántos Volts.


Colgaduras monstruosas

Golpes con torvas,

Torvas con espinas sobre la piel desnuda

Y la apetencia lacerándoles


Dolencias y calvarios.

Los diarios se disparan

Suenan voces, relámpagos

Se elevan madreselvas,

Flores rojas,

Blancas,

Marchitas

Se hincan de rodillas los hombres y los peces

Suplican a la razón

A los santos infiernos

Al sepulcro de Cristo

Hasta a las maldiciones que evocan los guerreros

Y no encuentran el as de basto

Ni logran entender tantas razones


Flácidas

Oscuras

Insípidas

Nauseabundas


Lo cierto es que la injusticia zarpó

Contra los cuerpos

Hay lágrimas regadas

Aullidos incontrolables,

De madres, hermanas, amigas, esposas, forasteros

Hijos que van perdiendo la sonrisa del padre

Padres que van perdiendo la sonrisa del hijo


Todo en enorme mueca

Una estocada al centro

Aunque relinche el mundo



MADRE




DEL POEMARIO (MI HIJO EL REO)

Madre como duele la distancia atroz
Que existe entre mi desconsuelo y tu osamenta

Busco tu rostro en las sombrías paredes
Suplico la miel de tus palabras
En este momento en que nuestro hijo
Perece entre barrotes
Indefenso y cautivo

Mi dolor y su dolor son tan inmensos
Que sólo tus socorros pudieran aliviarlos
Pero nos falta tu abrigo
Y galopan cadenas
Como fieras insaciables
Golpean nuestras horas
Perturban nuestros sueños
Y solamente nos permiten la soga

Desde que te fuiste
Dejaron de existir las mariposas
Sólo errantes fantasmas y una atmósfera turbia
Acecha nuestros días

También hay detractores que someten la luz
Y otros que se columpian entre el negro y el rojo

Madre nuestro hijo se muere
A pesar de qué no me quedan rodillas
De suplicarle al verbo
Un poco de agua fresca
Para el desbalance que invade su esqueleto

Enséñame qué hacer con las culebras
Que devoran sus piernas casi nulas
Su hígado y vesícula
 Danzando entre crueles dolencias
Su glucosa alterada
Su psiquis turbulenta
Y sus manos exhaustas tendidas hacia la nada

La impotencia socava la fe que me inculcaste
Me vuelve irracional
Con la esperanza convertida en espanto.

Y mucho más
Cuando lo veo crispado a la incertidumbre

De ese silencio salvaje que habita tras las rejas

Es un sufrimiento tan hondo el que me invade
Que siento mi intelecto chocar contra las piedras
Y hacer que mi interior
Se vuelva un buitre hambriento
Que lleva entre sus fauces
Todo un volcán del odio



Saturday, April 20, 2013

DE REPENTE










De repente

El ruido de los pájaros

Destruyendo las hojas


Todo era tan perfecto

Que no creí en la estampida

Ni en la alucinación

Del parpadeo


Deje tu cuerpo sonar como una ola

Sobre el  hemisferio de mi melancolía


Y allí fuimos a  la antigua

Dos locos en apuro

En medio de un abismo que nos ata



Ahora somos menos

Que la palabra que el viento deteriora



Menos que el chirrido de la niebla

En la respuesta que nunca pronunciaste.